Por la boca… Guardiola, el embajador de Qatar, miente

Que los separatistas catalanes mienten en todo, es un axioma tan cierto como que la tierra gira alrededor del sol. Mienten en el plano político, en las pretensiones territoriales, en los razonamientos jurídicos, en los análisis sociológicos…Por eso no es extrañar que el ‘cristobita de guiñol’ elegido para popularizar el separatismo y el odio a España, mienta, tergiverse y falsee la realidad más palpable de Cataluña.

Pero sí extraña que el Guardiola de la selección española de fútbol, el futbolista sobresaliente, el entrenador triunfador en el Camp Nou, el ‘emigrante’ ventajista en Alemania, en el Reino Unido, en Italia o en Qatar, el señorito multimillonario y el que ha vivido desde su nacimiento en la más absoluta libertad, ejerciendo sus derechos democráticos, se haya prestado a desempeñar un papel tan deshonroso y de baja estofa, en plena calle de Barcelona.

Aunque en nuestra vida política la mentira es moneda de uso corriente, hay mentiras que, por la desfachatez de quien las sostiene, llaman más la atención. Las de Guardiola –o las del ‘negro’ autor del discursito- son de esas.

Puesto a mentir y a insultar a España y a los españoles, Guardiola podría haberlo hecho con un poco más de categoría (no mucha porque tampoco hay más) y algo de ese seny que parecía tener en sus comparecencias, humildes, hipocritonas, melifluas, blandas y cortesanas, cuando era entrenador del Barcelona.

Ya que se ha prestado a ser el muñeco del guiñol cutre y destartalado de Puigdemont, de Mas, de Homs o de Junqueras, podría haber elegido un personaje menos indigno, camuflando sus mentiras con algún razonamiento que otro y ‘aliviando’ sus carencias públicas con alguna verdad, aunque fuese por equivocación.

Se rumorea en Barcelona que, tras el arrebato oratorio, Guardiola estaría sopesando la posibilidad de devolver a España las primas y los dineros que gano en sus 47 partidos con la selección.

Pero ya verán como no pasa de rumor.