Por la boca…Calviño y Escrivá, sociedad limitada…por Díaz

 Una era la experta en economía y la que dominaba Bruselas. El otro pasaba por saber todo sobre la Seguridad Social y lo de las pensiones. Pero las esperanzas se desvanecieron y a una, Díaz,  le pegó en toda la cara con lo del salario mínimo y al otro le dio donde más duele con lo de las jubilaciones.

Fueron la coartada y hasta el señuelo del Gobierno de Sánchez. Cuando los ministros comunistas creaban desconfianza y el resto no inspiraba la menor tranquilidad, la presencia de Escrivá y de Calviño “embalsamó” a muchos que pensaron que no solamente iban a ser un contrapeso sino los verdaderos hacedores de la política socioeconómica de Sánchez.

Una era la experta en economía y la que dominaba Bruselas. El otro pasaba por saberse todo sobre la Seguridad Social y lo de las pensiones cuyo problema resolvería en menos de un minuto.

Ambos tuvieron sus batallas –más bien de flores- con Iglesias, más atento a su imagen, a quedar bien con los “inscritos” y a su porvenir, que a otra cosa. Pero el prestigio de los taumaturgos anticomunistas seguía intacto.

Y en estas estábamos cuando Iglesias llegó a Madrid, fracasó y se fue a Barcelona. Y Díaz se aposentó y las batallas de flores se terminaron y Díaz acabó con la sociedad de Calviño y Escrivá y los limitó a tope.

Las esperanzas se desvanecieron y a una le pegó en toda la cara con lo del salario mínimo y al otro le dio donde más duele con lo de las jubilaciones. Y en eso estamos.

Pero que no se entusiasme nadie con que en el Gobierno hay disensiones (que las hay) o discrepancias (que también las hay) y enfrentamientos personales (que tampoco faltan). No se dude de que en el Gobierno hay una sola voluntad y esa voluntad es la de Sánchez. Ordena y manda e incluso se encarga o “encarga” el lanzamiento de globos sonda. Nombra sus ministros, asesores y a los asesores y colaboradores de los ministros, esos de los de usar y tirar (aunque a algunos los recicle como a Ábalos o a Calvo, y a otros los ponga en la calle sin más miramientos).

Solamente se las tiene tiesas con Díaz. ¿O es Díaz la que se las tiene tiesas con Sánchez? Y es que si con Iglesias, Sánchez no podía dormir, con Díaz ni entorna los ojos.

Ocurre que mientras Escrivá y Calviño no tienen con sus votos la llave de la presidencia de Sánchez, los votos de Díaz si la tienen y Sánchez necesita esos votos para seguir con sus noches de insomnio en La Moncloa

 

La carcajada: Dice Bacigalupo, consejero de eso de la competencia y marido de la vicepresidenta de la cosa ecológica: “Es inaudito, insólito y sin parangón en Europa, que los telediarios abran a diario con los precios del mercado eléctrico”.

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