Por la boca… Campaña: del prostíbulo a la lona (debates aparte)

Cristóbal Soria, Macarena Olona y Miguel Lago se desmarcan de las quinielas de 'Gran Hermano VIP’.

Ahora la batalla por los votos, está en las lonas y en los burdeles. Hay lonas y prostíbulos de todos los tamaños y para todos los gustos, por más que las lonas de unos y otros, las de la derecha y las de la izquierda, sean más bien una muestra del mal gusto de los políticos.

Salvo Alegría -que dicen que está en alza y que será la sustituta de Sánchez cuando se vaya con Von der Leyen- y que se fotografía pegando carteles, aquello tan tradicional de la escoba, el engrudo y la foto de uno, mientras ese uno pega el cartel  electoral en las paredes, ha desaparecido.

También han desaparecido las ingeniosidades de Tierno Galván cuando decía que las promesas electorales se hacen para no cumplirlas.

Y es que ya nada es lo que era, ni las frases de Tierno, ni la pegada de carteles.

Las frases del que fuera alcalde de Madrid, son una homilía más bien rancia, comparadas con las mentiras de Sánchez y las promesas de Díaz y no se diga nada si se cotejan con las memeces de López (pero Pedro ¿tú sabes lo que es una nación?) o los videos reivindicativos de Belarra.

El caso es que los mítines se quedan para Feijóo y Abascal y para Díaz, porque Sánchez almacena sus eslóganes y diatribas para cuando entrevista ministros o prepara debates.

Ahora la batalla por los votos, está en las lonas y en los burdeles. Hay lonas y prostíbulos de todos los tamaños y para todos los gustos, por más que las lonas de unos y otros, las de la derecha y las de la izquierda, sean más bien una muestra del mal gusto de los políticos.

El eslogan es general: tú insulta desde una lona, o haz campaña desde un burdel, que algo queda. Y si además de la lona, te vas a un prostíbulo a hacer… patria, pues mucho mejor, que eso sí que es ser progre.

Ahora los ingeniosos profesionales de la comunicación política, que viven del cuento, se han enseñoreado de las campañas y vivaquean entre lonas y redes.

 

Ya no se trata de lanzar mensajes más o menos estudiados para dirigirlos a las distintas sensibilidades. Ahora la elección se reduce a la categoría del prostíbulo o al tamaño de la lona.

Ya no se trata de las ambigüedades de la derecha para no quedar mal y no espantar a posibles votantes. Ahora el secreto está en rectificar a tiempo, porque las rectificaciones se han puesto de moda.

Ya no se trata de las caravanas con destino a los mítines aplaudidores, ahora hay que valorar los impactos y analizar los “trakings”.

Ya no se trata de programas electorales. Ahora se analiza el lenguaje corporal y los desfiles de moda de Díaz, la mala cara de Junqueras, y hasta la vuelta de Puigdemont con el indulto en el “todo incluido”.

Ahora la batalla está en las lonas, a cual más mema, boba, tonta o mentecata, pero como esos adjetivos solamente se pueden atribuir a personas y no a lonas, hay que averiguar quién es el hacedor de lonas, más mentecato, más bobo, más tonto y más memo.

Degenerando hemos llegado a una campaña electoral en la que no se salva nadie. Todos fingen, todos ocultan, todos rectifican y todos hacen y dicen mentecateces.

Una campaña electoral zafia. Según el DRAE zafio es referido a una persona grosera y tosca en sus modales y carente de tacto en su comportamiento. Si esa definición la trasladamos a una campaña electoral es evidente que la actual para las elecciones generales, es una campaña zafia.

Y es lo que dice mi portero: Mire usted, yo me malicio que cuando se hacen y se dicen estas cosas, es porque en algunos sectores de la sociedad son eficaces y hay votantes que se sienten a gusto con la zafiedad, con las lonas y hasta con los prostíbulos. Y es de suponer que las zafiedades, los prostíbulos y las lonas, dan votos.

Porque ¿a qué estamos, a lonas y a prostíbulos o a votos?

O sea, una campaña, además de zafia,  degenerada.

La carcajada: Dice Almodóvar, respecto a las apariciones y peroratas de Sánchez en los medios de comunicación: “Oralmente es imbatible”.

Comentarios