Por la boca… El “rata primero”

Lo mejor de todo es que “los ratas” de zarzuela no tienen pretensiones, no presumen de lo que no son, no amañan currículos, no conquistan unanimidades y ni siquiera tienen a mano el BOE, ni las encuestas de intención de voto.

Ahora que por mor de Ayuso y de Almeida, Madrid está tan de moda y tan presente en los rencores de algunos políticos, puede ser oportuno recordar una de las mejores y más divertidas zarzuelas que tiene por escenario las calles de la capital y que con música de Chueca y Valverde y libreto de Pérez González, lleva por título “La Gran Vía”.

Uno de sus números más celebrado es la “jota de los ratas”, que se presentan cantando aquello de… soy el rata primero y yo el segundo y yo el tercero. Con esto de las listas electorales y los codazos por los sueldos, para interpretar al segundo y al tercero, seguro que ha habido “bofetadas” en muchas sedes de partidos, pero para representar el personaje del “rata primero” no hay disputa, está asignado por mayoría cualificada o por esa unanimidad ahora tan en candelero. 

Porque unas estrofas que dicen, entre otras “confesiones” de “los ratas”… siempre que nos persigue la autoridad/ es cuando muy tranquilos timamos más… o aquellas otras de carácter académico y con sabor a tesis doctoral… a muchos les “paece”/ que nuestra carrera/ sin grandes estudios/la sigue cualquiera, no pueden ser más apropiadas, ni más echas a la medida.

Los “ratas” viven del cuento, engañan, roban carteras en los tranvías y se ríen de la ley porque… cuando nos echa mano la policía/ estamos seguritos que es para un día… y si no, se cambian las leyes para indultar “ratas” de zarzuela aunque no lo digan “los ratas” de “La Gran Vía”. Y cuando los meten en el “Saladero” (la cárcel del Madrid de “los ratas”) y los sueltan al día siguiente, afirman que… así tan sólo se puede apreciar/ lo que vale luego tener libertad.

Pero hay una gran diferencia: “los ratas” de “La Gran Vía”, caen bien, son simpáticos y hasta hacen pasar buenos ratos a la ciudadanía y cuando comparecen en público los aplauden y nadie los abuchea.

Y lo mejor de todo es que “los ratas” de zarzuela no tienen pretensiones, no presumen de lo que no son, no amañan currículos, no conquistan unanimidades y ni siquiera tienen a mano el BOE, ni las encuestas de intención de voto.

 “Los ratas”, no se meten en las vidas de los demás, ni hacen leyes para dirigir conductas, ni intentan que nadie piense como ellos. No pretenden ser más de lo que son, no se pavonean y no engañan o intentan engañar sobre la naturaleza de sus “quehaceres”. No van de altruistas, ni cuentan que están al servicio de los demás y no hablan de su conciencia.

Y lo que es muy de agradecer, no comparecen ante ningún micrófono sin preguntas o con preguntas.

 

La carcajada: Decía Sánchez en Dos Hermanas a propósito de su andadura: “Se han hecho políticas sociales como jamás, como jamás”.

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