La cabeza del Bautista

Se autodenominaba ‘cespìalidoso’ y se dedicaba, se supone que entre vista y vista, a eso del tuiter. Además le echaba ingenio al asunto. Con cierta contumacia, diseccionaba las vidas y los milagros de sus compañeros y hasta de su jefe el Fiscal General del Estado. Sobre el mejor o peor gusto de sus comentarios que juzguen quienes tengan la curiosidad de leer las ‘obras completas’ del fiscal  de la Audiencia Nacional Carlos Bautista.

Afirma el fiscal Bautista que se trata de ‘una broma entre amigos’. Lo de la broma –pesada eso sí- puede colar, lo de ‘entre amigos’ cuela menos a la vista de sus jocosidades. Como atenuante no pasa.

Dicho lo cual, lo de menos es la anécdota del aficionado a lo de las redes sociales e incluso la mediocridad del pseudónimo (que Julie Andrews le haya perdonado). Lo que de verdad debe de preocupar a la carrera fiscal es la avispada personalidad de este caballero que, además de escribir lo que escribe, se deja pillar. Un fuera de serie.

 Y ya puestos a preocuparnos, por si alguna vez tenemos que pasar por la Audiencia Nacional, también convendría conocer a los miembros del tribunal en el que el señor Bautista aprobó las oposiciones. Y es que nunca se sabe.

Ya se habla de sanciones, de investigaciones y, por supuesto, de expedientes. Y hay quien pide su cabeza. Eso es lo de menos, lo importante es lo otro y como dice mi portero, lo preocupante es,  ‘j…. en qué manos estamos’.

Y es que con esto de la justicia teníamos de todo y solamente nos faltaba la danza del vientre, Salomé, Herodes y la cabeza del Bautista.

Aunque siempre se ha dicho que la policía –la fiscalía en este caso- no es tonta.

 
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