Derecho natural, relativismo y democracia en Ratzinger

El Papa Benedicto XVI, en una foto de archivo.
El Papa Benedicto XVI, en una foto de archivo.

Tres, entre otros muchos, son los aspectos que se pueden destacar de la obra teológica y hasta pastoral de Joseph Ratzinger y que son perfectamente actuales: su defensa del derecho natural, su crítica firme y razonada a la dictadura del relativismo y su análisis de la democracia que en la actualidad, se vive en muchos países de occidente.

La muerte de Benedicto XVI ha puesto de actualidad su pensamiento. El pensamiento de un teólogo señero, desde sus primeros tiempos en Alemania, hasta sus últimos días en el Vaticano.

Las opiniones sobre sus ideas y sobre sus escritos han sido muy variadas y muchas de ellas apenas han diferido de las que se plasmaron durante su vida. Ya desde sus tiempos de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, hasta sus encíclicas una vez elegido Papa, esas opiniones- de las que en muchos casos no se puede obviar una cierta mala fe- sí que pueden pecar de una superficialidad acorde con la fluidez del pensamiento que se vive en estos tiempos.

Desde el “panzercardenal” hasta su integrismo o ser el perro guardián de la Iglesia en tiempos de Juan Pablo II, de Benedicto XVI se han dicho muchas cosas y no siempre justas por reduccionistas.

Limitar su figura a la de un Papa que luchó contra la pederastia en la Iglesia o como adversario de la Teología de la Liberación o azote de la heterodoxia en su propio país, es demasiado simple.

Tres, entre otros muchos, son los aspectos que se pueden destacar de la obra teológica y hasta pastoral de Joseph Ratzinger y que son perfectamente actuales: su defensa del derecho natural, su crítica firme y razonada a la dictadura del relativismo y su análisis de la democracia que en la actualidad, se vive en muchos países de occidente.

Un relativismo que “lo inunda todo en nombre de la tolerancia, provoca que también los derechos humanos se relativicen y eso abre la puerta a la intolerancia”.

“Se niega la existencia de una verdad absoluta, lo que cada uno opina es la verdad y se establece como dogma, la ausencia de dogmas.

“No existe una verdad absoluta que sea válida para todos los hombres, sino que la verdad se construye en cada época de la historia.

 

Se niega de esta manera la existencia de un derecho natural válido para toda la humanidad que esté por encima de modas, de opiniones y por supuesto de mayorías supuestamente democráticas.

Dice Ratzinger que la “vedad existe y el hombre puede encontrarla y es libre para hacerlo”

A este respecto, vienen a cuento las palabras de Chesterton cuando decía que “nosotros los católicos no queremos una religión cuando nosotros tenemos razón. Lo que queremos es una religión que tenga razón cuando nosotros estemos equivocados”.

La verdad, la búsqueda de la verdad, fue una de las constantes de Ratzinger como pensador. Decía que “ahora a la búsqueda de la verdad se la llama absolutismo”.

Y de ahí su pensamiento sobre la democracia. “La democracia solo puede florecer cuando los líderes políticos son guiados por la verdad. Una democracia sin valores puede perder su propia alma”.

“La democracia opera con el principio de las mayorías, pero la historia nos enseña que también las mayorías pueden ser ciegas e injustas. La razón y el derecho son condiciones necesarias para conservar la salud de la democracia y de las instituciones”.

Y continua su razonamiento: “No debe tener vigencia el derecho del más fuerte sino más bien, la fuerza del derecho”. “Como es difícil encontrar la unanimidad entre los hombres, la formación democrática del consenso tiene como instrumentos la delegación y la toma de las decisiones por mayoría. Pero ¿se puede seguir hablando de justicia y de derecho cuando una mayoría aplasta a una minoría?”.

“El principio mayoritario deja siempre abierta la cuestión de los principios éticos del derecho, algo que es injusto en sí mismo o algo que es incuestionablemente conforme a derecho. Algo que precede a cualquier decisión de la mayoría y que debe ser respetado por ella”.

Ideas claras, actuales y vigentes, que deberían hacer reflexionar a muchos más allá de integrismos, ortodoxias y heterodoxias.

Comentarios