Fraudes, plagios y cortinas de humo

Pedro Sánchez, en una entrevista en La Moncloa.
Pedro Sánchez, en una entrevista en La Moncloa.

Se piensa que los disparates que dice y hace Pedro Sánchez, son cortinas de humo para tapar el fraude de su tesis doctoral y, a lo mejor, es al revés y el fraude de la tesis, es la cortina de humo que tapa los disparates de un gobernante disparatado.

No deja de ser triste y preocupante que se pretenda hacer caer a un presidente del Gobierno porque se supone que ha engañado con su tesis doctoral que parece un plagio de principio a fin, mientras ese presidente está dando, a todas horas, motivos más que sobrados y mucho más graves, para pedirle que se vaya cuanto antes del palacio de La Moncloa.

Sin restar un ápice de gravedad al caso de la tesis doctoral de Pedro Sánchez, hay que convenir que, en ningún caso, es lo más grave ni lo más alarmante de la gestión del presidente del Gobierno. En consecuencia no parece lo más acertado que sus adversarios políticos y muchos medios de comunicación, se empecinen en que la caída -para algunos irremediable- del político socialista, tenga que producirse como consecuencia de su fraude académico.

Se piensa, se dice y se escribe, que los disparates que dice y hace Pedro Sánchez son la cortina de humo con la que, desde La Moncloa, se intenta ocultar el fraude, el engaño y el bochorno de lo que está ocurriendo con su tesis doctoral pero, a lo mejor, es al revés y la tesis es la cortina de humo con la que se está distrayendo a la opinión pública de los disparates de un gobernante disparatado.

Porque lo de la tesis -con toda su carga de mentiras, falacias, engaños y “trilerías”- pasará, mientras que quedarán en el debe de un presidente de Gobierno, y por ende de todos nosotros, asuntos tan graves y trascendentes como las dimisiones exprés de varios ministros, los fraudes de ley para intentar aprobar el presupuesto, la reforma urgente, frívola y sin sentido de la Constitución, la desastrosa -y de consecuencias imprevisibles- gestión del problema en Cataluña, las cesiones y concesiones ante los separatistas, las alianzas con populistas sin rumbo, con pro etarras de dudosa moral política o con partidos nacionalistas faltos de escrúpulos.

El fraude en una tesis doctoral es poca cosa comparado con la dejación de derechos de España referente a Gibraltar, la vergonzante aceptación de las humillaciones de los jueces belgas a nuestro estamento judicial, las ofensas al Rey de España, los desórdenes callejeros, los ataques y tergiversaciones de nuestra historia o el asalto injustificable a nuestro sistema fiscal.

Lo que mal empieza, mal acaba. Sánchez no empezó bien y puede acabar peor, pero lo triste sería que acabara por el plagio de libros e informes en una tesis doctoral y no por la serie de desmanes que está cometiendo desde que se hizo, sin pasar por las urnas, con la presidencia del Gobierno.

 
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