Claves de la campaña contra Cañizares

La presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, la ha calificado como “impropia”, defendiendo la libertad de expresión del prelado para defender unos valores, como otros lo hacen al defender los suyos.

Los socialistas valencianos promovieron una reprobación institucional en las Cortes, aunque me parece que no lo han hecho por iniciativa propia, sino para contentar a sus socios de gobierno, una vez más.

La iniciativa parece haber venido de Mónica Oltra, vicepresidenta y consellera de Igualdad, que por la materia que ha tratado el arzobispo puede haber soliviantado a la consellera de Igualdad, mucho más radical que los socialistas.

Oltra es hábil y sabe que los socialistas han de tenerla “contenta” en el actual tripartito de izquierdas, aunque Podemos no esté en el Gobierno. Compromís y Podemos han “cargado” contra Cañizares, como era de esperar, en una reacción “coral” - término acuñado recientemente por partidos de izquierdas - que pretende dar la apariencia de unanimidad en la reprobación.

La postura contraria a la reprobación del PP impedirá que prospere la declaración institucional reprobando al arzobispo, ya que se requiere unanimidad de todos los partidos presentes en las Cortes.

Pero no parece que en el tripartito estén satisfechos, y seguirán intentando que el arzobispo sea diana de sus dardos. Probablemente, una táctica para poner los focos en este asunto de los gays y la ideología de género, distrayendo a los ciudadanos de los auténticos problemas que nos aquejan, como son la situación económica y el desempleo.

Si se leen las palabras que ha ido pronunciando el arzobispo, se observa que es la doctrina de la Iglesia. Podrá gustar o no el modo, el enfoque con el que ha ido vertiendo sus declaraciones, pero en el contenido ha recibido miles de adhesiones, tanto de instituciones valencianas como de particulares. Se ha dicho que las declaraciones de Cañizares “dañan la convivencia pacífica”. Sorprendente: se busca precisamente intimidar y asustar a quienes piensan como el arzobispo.

En el PP valenciano existe la convicción de que esta campaña va dirigida contra el PP, para presentarlo ante los votantes como los únicos que arropan declaraciones del arzobispo. Al menos, así lo piensa su presidenta, Isabel Bonig.

Cañizares ha hecho un llamamiento a desobedecer las leyes sobre ideología de género. Requiere una reflexión por parte de todos, porque lo legal no coincide con la moral en ocasiones, y se ha de respetar la objeción de conciencia, como sucede en las uniones de gays, en que un concejal puede alegar objeción de conciencia. De lo contrario, estaríamos en una dictadura, que parece que algunos desean.

 

Desde la Generalitat Valenciana se está fomentando la crispación contra el arzobispo, rehúyen el diálogo, pese a los intentos de Cañizares. Una actitud más que sospechosa de que se busque el debate abierto sin prejuicios, y de que estamos en campaña electoral.

De nuevo, se comprueba que sale gratis insultar, tergiversar y atacar a la Iglesia, pero estas maniobras son imprevisibles, en la medida que cada vez más los votantes distinguen mejor las campañas polémicas y artificiales ¡ y hasta puede beneficiar al PP! No se sabe.

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