Depresión en Podemos

Cada partido político se aferra a la encuesta que más le conviene, y es algo muy humano, como casi todos en todas las facetas de nuestra vida. Tras las encuestas de las últimas semanas a nivel nacional, y las más recientes de hace dos días de los diarios “El País” y “ABC”, sólo Podemos está “socarrado” de verdad, y con unas cifras que no le permiten ilusionarse bajo ningún argumento sólido: Pablo Iglesias es el líder peor valorado, la caída en picado de intención de voto es llamativa, y lo más significativo en mi opinión es que responde a lo que palpamos en la calle, que ese populismo de partido emergente ha defraudado.

La “varita mágica” de Podemos es subir los impuestos. Donde ahora gobierna con otros partidos de izquierdas es más que polémico e, incluso, inane o irrelevante, con astracanadas y golpes dictatoriales como el que acabamos de vivir en el Ayuntamiento de Zaragoza, en que el alcalde podemita Pedro Santisteve se ha quedado con el control de 4 sociedades públicas y sus 72 millones de presupuesto: eso recuerda a una variante de “todo por el pueblo pero sin el pueblo”, y que vendría a ser un “todo con socios de gobierno, pero sin ellos”.

La “utopía” de Podemos está acabando como la utopía marxista, de la que procede. Y se cumple en el ejemplo de Zaragoza lo que Pablo Iglesias dijo de que el populismo es un modo de llegar al poder.

Ciudadanos está más que crecido por las encuestas, pues le sitúan como el partido político que sería más votado en estos momentos. Sólo la del CIS – la que reconocen casi todos que es la que vale- le sitúa en tercer lugar, tras el PP y el PSOE.

Es muy relativo el valor de las encuestas, por diversos motivos: por la muestra de opiniones recogida – a veces muy reducida -; porque faltan 15 meses para las elecciones autonómicas y municipales, y más de dos años para las elecciones generales; porque conozco algunos que expresan cosas distintas a las que votarían de verdad – fruto de la desconfianza en este tipo de encuestas, o por “fastidiar” a alguien en ese momento -, y en definitiva en la mente de todos están las encuestas del pasado, que con frecuencia no han reflejado bien las “tendencias” o se han equivocado sin paliativos.

Nadie acertó que el 21-D catalán colocaría a la antigua Convergencia por delante de Esquerra Republicana, y así Puigdemont sigue haciendo su penoso juego para la mayoría de los catalanes y para los españoles.

PP y PSOE se aferran a los resultados de la encuesta del CIS de la semana pasada: salen bien parados para lo que se temían. Y la de algún medio de comunicación da alas a una perspectiva de pactos en ciudades y comunidades autónomas, que por ejemplo permitirían a PP+Ciudadanos gobernar en el Ayuntamiento de Zaragoza.

No olvidemos que quedan 15 meses para las elecciones autonómicas y municipales. Sí se abren expectativas de posibles pactos que podrían cambiar mucho el panorama, pero ojo a Ciudadanos, PSOE y PP: PP y Ciudadanos pueden pactar, pero también puede Ciudadanos pactar en otros sitios con el PSOE. Y no hay que cerrar las puertas a que PP y PSOE quieran orillar en algunos gobiernos a Ciudadanos, lo cual sería una novedad reseñable: PP y PSOE pactando. Hay que esperar a los resultados, y según ellos llegarán pactos: atentos a las sorpresas de las urnas.

 
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