Malabarismos de Duran i Lleida

Duran Lleida ha escenificado su apoyo a Mas, cuando algunos síntomas apuntaban a que podía "pasar algo" nuevo entre Convergencia y Unió. Todo mero teatro, porque acepta también que se pacte con ERC para gobernar "establemente" Cataluña, y sólo pone una condición: que la consulta soberanista se haga dentro de la "legalidad". Así se cumplirá lo que parecía inevitable: un gobierno de CiU con apoyo de ERC, que va a traer más de un susto y un equilibrio nada estable, por mucho que diga lo contrario Duran Lleida. Esta situación, precisamente cuando hoy celebramos los 34 años de la Constitución, inquieta, al menos a mí.

Seguir las declaraciones del presidente de Unió Democrática de Cataluña, Josep Antoni Duran Lleida, es interesante y complejo, o tal vez porque resulta complejo es interesante. Duran Lleida me recuerda lo que afirmó W. Churchill respecto a los buenos políticos: aquellos que son capaces de predecir lo que va a pasar mañana, y si no sucede son capaces de explicar por qué no ha sucedido lo predicho. Con una buena dosis de ironía británica, Churchill resumía lo que algunos piensan de la política, o simplemente cómo la viven en la práctica: un malabarismo permanente. En otras palabras, un triunfo de la dialéctica frente a la coherencia y el gobierno en beneficio del bien social, es decir, de los ciudadanos. La supervivencia política por encima de lo que la mayoría pide ahora en Cataluña: que se prime el gobierno para superar la crisis económica y laboral.

Ante la locura independentista de Artur Mas, Duran Lleida está exhibiendo sus ya conocidas dotes malabaristas. Por un lado, pide a su partido –que preside, y está federado con Convergencia Democrática de Cataluña, es decir, gobernando y apoyando el independentismo de Mas- que "no se deje arrastrar más hacia la división" en Cataluña tras las elecciones del 25-N; por otro lado, hace tres días dijo que no contemplaba un pacto de gobierno que no sea con ERC –expresamente separatista- o con el PSC; y sólo excluye pactar con el PP, que defiende la unidad de España.

En el seno de UDC, esos malabarismos de Duran Lleida ya han provocado serias fracturas en estos días. Hay un sector independentista en UDC que se ha sentido defraudado ante estos nuevos juegos malabares de Duran, y ello ha llevado al líder de ese sector – Vila, el alcalde de Vic- a abandonar el partido, iniciando así una hemorragia que el tiempo nos dirá si es significativa o anecdótica.

El malabarismo es el arte de manipular y ejecutar con uno o más objetos a la vez volteándolos, manteniéndolos en equilibrio o arrojándolos al aire alternativamente, sin dejar que caigan al suelo. Es la atracción clásica de un circo. Duran Lleida es hábil y buen orador, equilibrista por historia y presente, pero hay momentos en que conciliar posturas antagónicas puede llevar al fracaso del malabarismo, y es que se caigan al suelo o se rompan los objetos que se voltean.

Unió tiene mayoría no independentista; Convergencia tiene ahora mayoría independentista. Apoyar unas elecciones anticipadas con miras independentistas, y ahora rechazar y apoyar el independentismo simultáneamente, sencillamente invita a irse a un circo real, sin hacer caso a Duran Lleida. Así desprestigia la política.

 
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