Para crear empleo

Desde luego, la demagogia tampoco ayuda. El dato del número de afiliados a la Seguridad Social es revelador, aunque también habría que compararlo teniendo en cuenta el número de jubilados, prejubilados y personas que desisten de inscribirse en el INEM, así como el “goteo” incesante de jóvenes que emigran a otros países para poder trabajar. Todo esto son realidades, no impresiones.

El título de estas líneas no pretende ser la varita mágica, que ojalá existiera, para remediar el alto desempleo que todavía existe. Sin embargo, me atrevo a insistir en unas pocas medidas que, aunque parezca mentira, unos y otros parecen empeñados en no ponerlas en práctica, algunos por evidentes principios ideológicos que van en detrimento de la creación de empleo. Anteponen el control o la imposición ideológica.

Hay que seguir bajando los impuestos, para que las empresas y los particulares emprendan mucho más y, por tanto, creen puestos de trabajo reales, productivos, con contenido, y se sigan reduciendo el número de funcionarios y asesores a todos los niveles. Cuantos más particulares emprendan iniciativas docentes, por ejemplo, mejor para todos, y más reducción de gastos para los demás: no piensan así algunos. Insisto: sobran funcionarios, y es una opinión generalizada.

Estoy en contra de las prejubilaciones, porque supone engañarnos todos: se prescinde de personas con años por delante –y mucha experiencia – para rendir a un nivel más que aceptable, y parecemos olvidar que una prejubilación nos toca pagarla entre todos. Crear empleo no ha de ser a base de jubilar a partir de los 52, 55 ó 57 años. Es falaz que un joven parado ocupa el puesto de un prejubilado. Con medidas como ésta, resulta el dato actual de que en España estamos a punto de llegar a un dato aterrador: cada trabajador sostiene a dos españoles más, contando los menores de edad, jubilados, etc.

Y un apunte más, dirigido al INEM. Es inadmisible que una persona mayor de 55 años, que cobra el subsidio correspondiente, pierda los 426 euros mensuales – y la cotización de un mes a la Seguridad Social – si un mes obtiene un ingreso superior al 75% del Salario Mínimo Interprofesional – 486 euros brutos -, ya sea porque hace algunos trabajos esporádicos y se los pagan con retraso en un mismo mes, ya sea por rendimientos agrícolas. Así se fomenta la economía sumergida y la decisión de no trabajar, porque se penaliza a quien se esfuerza por obtener ingresos y luchar por un contrato o llegar a ser autónomo. ¿No sería más justo estipular que ese subsidio valore los ingresos obtenidos en un año, y no mes a mes, penalizando injustamente?

 
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