Discotecas mortales

Bomberos de Murcia trabajan frente al Teatre, en la zona de ocio de Las Atalayas, donde ocurrió el incendio, a 2 de octubre de 2023, en Murcia, Región de Murcia (España).
Bomberos de Murcia trabajan frente al Teatre, en la zona de ocio de Las Atalayas, donde ocurrió el incendio, a 2 de octubre de 2023, en Murcia, Región de Murcia (España).

He comprobado lo difícil que es cerrar un pub o discoteca. Me costó años que un pub, justo debajo de mi casa, cerrara, después de diversas sanciones por un ruido ensordecedor todas las semanas, sobrepasando con creces los decibelios permitidos, con comprobación ¡delante de mí! de ese hecho por parte de la Policía. Con peleas multitudinarias, con una confusa muerte, quejas vecinales frecuentes.  Cerrar uno de esos locales es costoso. Además, iban pagando las sucesivas multas, porque su importe era menor de lo que ganaban en una noche.  Hubo lentitud, dejación de deberes legales. Historia penosa. Algo de los entresijos llegué a saber: me conformé con cerrarlo.

El magistrado del juzgado de Instrucción número 7 de Murcia, en funciones de guardia, decretó este lunes a última hora, el secreto de sumario en las diligencias abiertas para investigar el incendio en la zona de ocio de Atalayas, que ha provocado 13 muertes.

Es muy razonable el secreto de sumario, por los datos alarmantes que conocemos de esas discotecas, que tenían la orden de cierre desde enero de 2022, reconocido y admitido por el teniente de alcalde actual de Murcia y el que tenía ese cargo hasta el pasado mes de junio.

Una tragedia en dos discotecas, Teatre y Fonda Milagros, que no tenían licencia municipal y tenían orden de cierre desde hace más de año y medio. Han estado funcionando sin licencia, con total normalidad, aunque Teatre tenía una licencia desde 2008, pero que fue advertida de que no le servía porque se generó otra discoteca, otro espacio, otra entidad, en parte de su superficie. No había ninguna duda legal y se debía haber ejecutado el cese. Una legislación que es papel mojado es burocracia inútil.

Hay diversas incógnitas, incongruencias e incumplimientos. Desde el origen del fuego, que parece que fue una bengala, hasta diversas declaraciones de estos días, alegando el ayuntamiento actual que no le constaba que estuviese operando esas discotecas, cuando desde la propia Federación de Empresarios de Hostelería de Murcia se ha afirmado que “todo el mundo sabe que estos espacios estaban abiertos y que toda la ciudad pasaba por allí”. 

Se quiere trasladar la responsabilidad a las discotecas, por no haber ejecutado el cierre, pero los ciudadanos quieren saber la verdad íntegra.  Y, aunque haya habido cambio de gobierno en el consistorio murciano, se debe aclarar por qué una orden de cierre no se lleva a cabo, y qué ha hecho el ayuntamiento, porque todo organismo debe asegurarse que sus decisiones se cumplan. Hay inspecciones, comprobaciones que deben hacerse, y no hacer recaer en una burocracia ineficaz lo que pueda suceder. Averiguar responsabilidades, caiga quien caiga, como alguien ha afirmado. Hay un informe de Inspección de octubre de 2022, ¿qué pasó, pues Urbanismo decide y la Policía ha de ejecutar?

Y habrá que saber con precisión los motivos de la decisión del cierre. Si había deficiencias o no en la seguridad, evacuación, anti-incendios, aforo permitido, etcétera. Puede haber circunstancias que agraven lo ocurrido. Qué hizo el ayuntamiento exigiendo el cierre en este año y medio. Trece muertes lo exigen, todos exigimos saberlo con detalle.

 
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