Basket mundial en La Moncloa

Perdonen por un día la inmodestia, pero resulta muy interesante la información que aparece hoy en las páginas de ECD sobre los amigos que vienen acompañando al presidente del Gobierno en los partidos de baloncesto que organiza en Moncloa.   El primer detalle que llama la atención de este elenco es la ausencia de cuota femenina. Al menos a esta redacción no ha llegado mensaje alguno en ese sentido: las mujeres parecen excluidas de los partidos de canasta en la casa del jefe del Ejecutivo. Salvo cuando el presidente decide echarse unos tiros con sus hijas, las féminas no pisan la cancha presidencial.   Otro dato relevante es la apuesta de Rodríguez Zapatero por los “galácticos”. El leonés no quiere bajo el tablero a ningún “pavón” que la pifie, y se rodea de nombres excelentes, de atletas de postín.   José Miguel Contreras y Antonio García Ferreras son ahora los hombres de La Sexta, esa cadena de televisión, actualmente en boca de todos, que ha montado un guirigay de mil demonios a cuenta de la retransmisión del próximo Mundial de Fútbol. El campeonato tendrá lugar en Alemania, los partidos se celebrarán siguiendo el horario europeo –es decir, a horas razonables- y España entera vuelve a sentir que este es su año. O sea, audiencias millonarias aseguradas para un canal de televisión.   Esa lectura la han hecho muchos, pero nadie como los amigos de basket de Zapatero. Ellos sí han “leído” bien el partido, y ahora devuelven las dentelladas envidiosas de Antena 3 TV, Telecinco –y hasta la propia TVE- con el siguiente argumento inicial:   –Qué pasa, chicos. Llegáis tarde. Es verdad que con nuestra señal no podremos cubrir todo el territorio nacional pero ¿alguien tiene previsto realizar alguna propuesta económica para acceder a parte de esos derechos, o lo que se pide es directamente la expropiación de los mismos?   El PP declara que esto es un escándalo y lleva al tema a la Comisión Europea, donde ha preguntado si la adjudicación cumple la directiva de la Televisión Sin Fronteras. José Montilla interviene en nombre del Gobierno para calmar a la ciudadanía y dejar claro que se garantizarán los partidos de interés general en abierto en todo el territorio, para cumplir la ley.   Pero La Sexta no es tonta. Sabe que con el fútbol no se juega y tiene las espaldas cubiertas gracias a un acuerdo bajo manga con Cuatro (Sogecable), que se hará público esta misma semana. La alianza indignará a unos; a otros les parecerá una muestra más del libre ejercicio de la competencia empresarial; y a unos pocos les provocará un enorme bochorno: otro pucherazo gubernamental, de nuevo a mayor gloria de Jesús de Polanco.   Fíjense ahora en el cuadro completo. El pasado mes de diciembre, el Gobierno otorgó a unos deportistas de Moncloa una licencia televisiva para el 70% del territorio –no hay espacio para más, según declaró el propio Ministerio de Industria-, gracias a una decisión en la que tuvo mucho que decir el tercer baloncestista invitado por el presidente: Miguel Ángel Barroso, hasta hace muy poco secretario de Estado de Comunicación y hombre de la máxima confianza de Rodríguez Zapatero.   ¡Ay! Aquellas últimas semanas en La Moncloa fueron para Barroso especialmente intensas, atareado como estaba en dejar listo el concurso de adjudicación del último canal analógico de televisión, al que se presentó el pool de productoras liderado por la Globomedia de José Miguel Contreras, ahora al frente de La Sexta. Contreras y Barroso, amigos de baloncesto y vinculados en alguna sociedad incluso hasta unos meses después de la llegada de este último a la secretaría de Estado.   En aquellos tiempos, a muchos les parecía una locura la aventura de La Sexta. Pero quizá olvidaban los partidos de Moncloa. Con bases, escoltas, aleros y pívots de esta categoría (auténticos “galácticos”), cualquier antenización, la recuperación de la inversión –por descomunal que sea-, es posible. Incluso si en el banquillo rival se encuentra, nada más y nada menos que “Jesús del Gran Poder”. Se pacta qué cuarto es para cada uno y a correr. Son las cosas del deporte.

 
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