Sánchez y la espada de Damocles

Félix Bolaños, Pedro Sánchez y Gabriel Rufián.

Cuenta la anécdota de la espada de Damocles que en la antigua Grecia existía un rey llamado Dionisio II de Siracusa. Uno de sus cortesanos, Damocles, expresó al rey su deseo de experimentar lo que significaba estar en el poder. El rey Dionisio aceptó la petición y lo colocó en su trono, rodeado de lujos y placeres. Sin embargo, colocó también una espada sobre su cabeza, sostenida únicamente por un cabello de caballo. Esta espada simbolizaba la constante amenaza y los peligros inherentes al ejercicio del poder. 

Nunca un presidente de nuestra democracia ha tenido tantas espadas colgando sobre su cabeza desde el mismo día del debate de investidura. A Pedro Sánchez le atacaron con firmeza y rotundidad desde la oposición, como es de esperar en un debate de este calibre. Pero curiosamente los únicos que le amenazaron -sin ningún tipo de eufemismo- fueron sus propios socios de Gobierno. Lo nunca visto. Sánchez empieza la legislatura con varias navajas alrededor del cuello. Y los que las portan no son muy de fiar, que digamos.

Gabriel Rufián presumía abiertamente de la fuerza de ERC para “obligar” al PSOE no sólo a pactar la amnistía, sino también a celebrar en el futuro un referéndum en Cataluña. “No se la juegue”, le recordaba en un tono mafioso que emulaba a las famosas películas de El Padrino. Porque Rufián sabe, al igual que Sánchez, que el socialista no tiene más alternativa que darles todo lo que pidan si quiere mantenerse en la Moncloa.

Miriam Nogueras, la voz de Puigdemont en Junts, le recalcaba al nuevo presidente que “con nosotros no tiente la suerte”, en clara alusión a que si no ven cumplidos cualquiera de los acuerdos alcanzados, podrían retirarle el apoyo parlamentario.

Unas horas más tarde la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurúa, recordaba a Sánchez que su apoyo no era un “cheque en blanco”, mientras le exigía avances en el soberanismo. A ese carro se subió también el PNV. Aitor Esteban advirtió al futuro Gobierno de que "tendrá problemas" si decide "proceder de la misma manera que antes" e incumple los acuerdos a los que han llegado para avalar la investidura.

Por si todo esto fuera poco, a Sánchez se le ha rebelado también Podemos, que ha amenazado con retirar los 5 votos que aporta a Sumar ya que defiende que sus diputados merecen un ministro del núcleo duro, algo que no parece estar sobre la mesa.

Así las cosas, ¿aguantará el peso el cabello del caballo de Dionisio II? ¿O se romperá y dejará que caiga la espada sobre la cabeza de Sánchez? La legislatura empieza a rodar, y lo hace con un presidente amenazado, amedrentado y acorralado. Poco bueno puede salir de esto.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la consultora internacional de comunicación 3AW.

 
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