Actuaciones "Reales"

¿Está Zapatero utilizando la figura y la persona del Rey desde un punto de vista partidista?. ¿Se está dejando utilizar Don Juan Carlos por el Presidente del Gobierno?;  ¿tiene el Rey una mayor simpatía e inclinación hacia la izquierda que ahora gobierna que hacia la derecha que dejó el poder hace un año? ; ¿cuál es el margen de autonomía, de maniobra, que tiene el Monarca para evitar ser utilizado por el Gobierno y por su Presidente?. ¿Que futuro les espera a los Príncipes de Asturias?

Estas son algunas de las  preguntas que cada día que pasa se hace mas gente, que constituyen temas de conversación en las tertulias de café, que son motivo de comentarios críticos en los medios de comunicación. Hay una sensación creciente de que el Rey está siendo utilizado de forma partidista por Zapatero, pero también que el Monarca y quienes le rodean se están dejando utilizar. Ambas cosas revisten por si mismas una enorme gravedad y pueden conducir a un punto de hartazgo en la opinión pública que sería muy perjudicial, sobre todo,  para  la propia Institución Monárquica.

En los once meses que lleva ZP en la Moncloa, el elenco de actuaciones en las que el Rey se ha visto involucrado y que han tenido un carácter polémico empieza a ser numeroso. Hace meses –recién reelegido Bush como Presidente de los Estados Unidos- el Rey Juan Carlos fue al rancho texano del  mandatario norteamericano en lo que fue interpretado por todo el mundo como un intento de mediación para recomponer unas relaciones absolutamente rotas debido a las torpezas y a los errores de ZP con Estados Unidos.

Posteriormente, el Rey viajó a Marruecos donde fue agasajado por todo lo alto por Mohamed VI. En aquella visita,  Don Juan Carlos pronunció un discurso en el que habló literalmente de la “alianza de civilizaciones”. Es decir, hizo de portavoz de esa “memez pseudointelectual” que Zapatero había soltado ante la Asamblea de las Naciones Unidas. En medio, hubo algún viaje real al País Vasco, donde las muestras de afecto y familiaridad hacia el lehendakari Ibarretxe no parecieron las más oportunas en unos momentos en que estaba a punto de debatirse en el Parlamento Vasco un Plan que persigue la ruptura con España. Una valiente y certera carta publicada en “El País” de la eurodiputada socialista Rosa Diez así lo denunció y fueron muchos los españoles que se mostraron de acuerdo con ella.

La última actuación polémica que ha afectado al Rey fue la audiencia que concedió hace unos días, por presiones del Gobierno, al Ministro de Asuntos de Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, con el que tuvo que hacerse la foto, mientras que ZP también le recibía al representante del sátrapa Fidel Castro en la Moncloa pero eso sí, sin fotos ni cámaras de televisión.

Ante este cúmulo de actuaciones, la pregunta clave que hay que plantearse es: ¿tiene el Rey algún margen de maniobra para decir que no a lo que el Gobierno le pida si considera que es claramente una manipulación de su persona o de la Institución que encarna?. Expertos y conocedores del funcionamiento práctico de la Casa Real y de sus relaciones con el Gobierno, con este y con otros, afirman que si existe ese margen de maniobra. Que las cosas se hablan y se “negocian” entre Zarzuela y Moncloa, sin que haya que dar por supuesto que se tenga que decir “amén” a todo lo que llegue o plantee la Presidencia del Gobierno.

En esa relación institucional, esos mismos expertos apuntan al papel clave que suele jugar la figura del Jefe de la Casa Real y es ahí, donde actualmente se centran mas las críticas de quienes conocen lo que está pasando. Al actual Jefe de la Casa, el diplomático Alberto Aza, se le hace el principal responsable de algunos de los “desaguisados” que están pasando y que han producido cierta perplejidad en la opinión pública o en el principal partido de la oposición. Se dice que Aza ha adoptado una actitud de cierto pasotismo, que se podrá explicar por su edad y porque le queda poco tiempo para su jubilación. Pero también reconocen esos expertos que esa circunstancia no puede justificar de ninguna manera lo que está pasando.

El Rey lo es de todos los españoles y así tiene que ser percibido por la opinión pública. Mientras que la pasada semana  se retiraba la estatua de Franco situada en un lateral de los Nuevos Ministerios en Madrid, el Jefe de la Casa Real leía en la cena-homen

 
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