Morrison reincide, a pesar de salir escaldado tras anunciar la muerte de la cultura francesa en time
Donald Morrison osó anunciar hace menos de un año en la portada de TIME “La muerte de la cultura francesa”, y estos días vuelve a meter el dedo en la llaga, relatando de paso el castigo “humillante y público” que los medios de comunicación franceses le infligieron por haberse atrevido “a desnudar con la mirada el poder y la gloria de la cultura francesa”.
En realidad, Morrison hablaba en su artículo del declive de la cultura de este país, y a los responsables de la revista se les fue la mano decretando su muerte. Al autor le pareció excesivo, pero ahora se alegra si eso ha podido llevar a los franceses “a cuestionarse por qué ya no dominan el paisaje cultural” y “a poner en tela de juicio su sistema de subvenciones y cuotas”.
Y no sólo se alegra sino que vuelve a la carga para intentar analizar lo que pudo provocar tal “vertido de hiel” insistiendo de forma más detallada en los indicios que reflejan la parálisis de la cultura francesa: la pérdida de influencia de escritores y teóricos, las dificultades del cine galo para penetrar el mercado americano, los pocos aplausos que recibe el teatro en el extranjero, el dominio de la música anglosajona en el hexágono o la pérdida del número uno del mercado internacional del arte. Todo ello desmenuzado en un breve ensayo bajo el título “¿Qué queda de la cultura francesa?”,
Morrison, que desde que se jubiló ha elegido Francia para vivir, no pierde la esperanza de ver algún día que “los espíritus más conformistas del establishment cultural de este país cesen de imponer su propia visión” y que reconozcan “el valor de los fermentos que han aparecido a los márgenes”.
