Alberto Saiz, ex director del CNI, más delgado, con barba recortada y nervioso ante las cámaras, dio la impresión de no haber superado aún su traumática salida del Centro
Alberto Saiz, ex director del Centro Nacional de Inteligencia, reapareció ayer por primera vez en público desde que presentó su dimisión al Gobierno, en julio del año pasado. Asistió al juicio por espionaje contra el ex miembro del Centro Roberto Flórez. Y la imagen que ofreció no fue precisamente la mejor.
El que fuera director del CNI apareció mucho más delgado que durante su etapa al frente de los servicios secretos y luciendo una barba recortada. Se mostró nervioso ante las cámaras, dando la sensación de que no ha superado aún el trance de su traumática salida del CNI hace seis meses.
Desde entonces, vive alejado de la política y se está dedicando a sus “negocios privados”, tal y como comentó a los periodistas que le abordaron a la salida del juicio.
Durante su comparecencia como testigo en la vista contra Flórez, Saiz reiteró al tribunal que él ordenó abrir una investigación interna tras comprobar que había “fugas de información” dentro del CNI, y que los servicios secretos comprobaron que el espía se había apoderado de documentos oficiales que fueron ofrecidos a “unos servicios secretos extranjeros”. En ningún momento mencionó el nombre de Rusia.
A continuación, declinó responder a las preguntas de la defensa, acogiéndose a su derecho a no declarar sobre temas de seguridad nacional. Tras su fugaz aparición ante los medios, se marchó en un coche de lunas tintadas y con la única compañía de dos escoltas.
