Una realidad que Defensa oculta en España. Militares que regresan de Afganistán describen fuego de mortero regular sobre las bases españolas

España tiene autorizado el despliegue de hasta 690 militares en Afganistán pero desde enero de 2002 se han desplazado a la zona millares de soldados españoles. El Ministerio de Defensa prefiere no hablar del asunto, pero quienes regresan describen fuego de mortero “casi a diario” sin posibilidad de responder.

Según fuentes militares consultadas por El Confidencial Digital, los militares que se desplazan a Afganistán “van con una impresión falsa de la situación”, explican. Achacan el problema a la falta de información que facilita tanto el Gobierno como el Ministerio de Defensa que dirige José Antonio Alonso.

Concretamente, los afectados describen a su regreso de Afganistán que “reciben fuego de mortero por las noches” con una periodicidad “casi diaria” y critican que no se advierta de las condiciones en las que se encuentran los soldados. “Volvemos muy cambiados”, añaden, aunque casi nadie quiere hablar abiertamente de lo que ha pasado allí.

“En España no se conoce la realidad de lo que sucede”, insisten sorprendidos, y a nosotros “no nos habían descrito lo que nos íbamos a encontrar”, explican.

Los militares advierten de los ataques con morteros de la insurgencia talibán que son “habituales” y que se encuentran protegidos, pero “no hay posibilidad de responder a los ataques según las Reglas de Enfrentamiento fijadas” e ironizan sobre los tensos momentos afirmando que “sí hay respuesta si se acercan mucho a la entrada” de las bases españolas.

Otro dato que se ha podido conocer de forma extraoficial es la cantidad de munición empleada por las tropas españolas en Afganistán. Según estas fuentes, el último relevo de tropas gastó “tres veces más de lo que estaba previsto”.

Además, la comunicación con el contingente español por parte de los medios de comunicación se realiza a través de la Dirección de Comunicación de la Defensa del Ministerio y que dirige Miguel Ángel Muñoz. Los militares allí destacados explican que los portavoces en la zona conocidos como PIOs –Public Information Officer- “tienen prohibido hablar con los medios sin el consentimiento del Ministerio” y recuerdan: “antes no eran tan rígidos”.

Este confidencial puede constatar que en repetidas ocasiones se ha solicitado contactar con las tropas en Afganistán para intentar confrontar las informaciones fragmentarias que van llegado, sin lograr obtener una respuesta por parte del Ministerio.

 

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