Una llamada del cardenal Rouco fue el impulso que llevó a José Bono a retirar la propuesta de poner una placa a la madre Maravillas
La decisión de José Bono de retirar la propuesta de colocar una placa a la madre Maravillas en uno de los edificios del Congreso tomó ayer por sorpresa a los diputados. Al margen de las resistencias dentro del propio PSOE, la intervención del cardenal de Madrid fue el empujón definitivo.
Según informaciones recogidas por El Confidencial Digital, Antonio María Rouco telefoneó ayer, directamente, al presidente de la Cámara para, por un lado, agradecer su iniciativa, pero, por otro, para comentar que con ello se estaba consiguiendo el efecto contrario: estaba siendo contraproducente, y por tanto había que plantearse la conveniencia de continuar con la moción.
A raíz de esa conversación, José Bono decidió que era más adecuado renunciar a la propuesta de colocar la placa, en recuerdo de una religiosa que protagonizó una importante reforma dentro de las monjas carmelitas y que recientemente fue canonizada.
Convocó de urgencia a la Mesa del Congreso, que se reunió por la mañana, y anunció la retirada de la moción. En una nota, explicó que se acordó instalar la placa en uno de los edificios anexos al Congreso “para dejar constancia de que en él vivió una familia entre cuyos miembros hubo dos presidentes del Congreso, un presidente del Senado y una hija de éste, Maravillas de Jesús, que alcanzó notoriedad por su canonización reciente”.
Tras afirmar que las decisiones en materias que pueden interpretarse como reconocimiento de trayectorias personales “no deben ser motivo de enfrentamiento o malestar entre los parlamentarios", Bono dio una pista del motivo final de la retirada, al decir que una polémica como la desatada “no beneficia a quien se pretendiera reconocer”.
