Los corrillos, protagonistas en la apertura del Año Judicial con el Rey tras dos años cancelados por la pandemia

Los nervios de la teniente fiscal del Supremo; la ministra de Justicia, seria y sin parpadear; dos asistentes dormidos en las butacas; reencuentros eufóricos de juristas…

La ministra de Justicia, Pilar Llop; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes y el Rey Felipe VI, salen del acto de apertura del Año Judicial 2022-2023, en el Tribunal Supremo,
La ministra de Justicia, Pilar Llop; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes y el Rey Felipe VI, salen del acto de apertura del Año Judicial 2022-2023, en el Tribunal Supremo,

Este miércoles se celebró la apertura del Año Judicial en el Tribunal Supremo. Este curso ya es el cuarto consecutivo en el que el CGPJ arranca en funciones tras la falta de acuerdo entre el PP y el PSOE para renovar el Consejo.

El bloqueo ha dejado hasta la fecha un total de 64 vacantes sin cubrir. De ellas, 14 son magistrados del Supremo, 29 de Tribunales Superiores de Justicia, 20 de Audiencias Provinciales y una del presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

El acto fue presidido por el rey, Felipe V, y contó con la intervención de la teniente fiscal del Tribunal Supremo, María Ángeles Sánchez Conde, y del presidente del Alto Tribunal y el CGPJ, Carlos Lesmes.

Nervios de la teniente fiscal del Supremo

La apertura del Año Judicial tenía que haber sido la primera del nuevo fiscal general del Estado, Álvaro García, que tomó posesión el pasado lunes tras la dimisión de Dolores Delgado a finales de julio por motivos de salud. 

Pero horas antes de la celebración del evento, Álvaro García dio positivo en coronavirus. Y aunque podría salir de casa al encontrarse bien y sólo tener síntomas leves, optó por darle el relevo a la teniente fiscal del Supremo, María Ángeles Sánchez Conde. 

Su intervención comenzó dando las gracias a Dolores Delgado por su labor y, posteriormente, presentó la Memoria de la Fiscalía. Durante su discurso, que duró 20 minutos, se le vio nerviosa, quizá por tener que prepararse el texto en apenas tres horas.

Leyó de forma corrida, sin levantar la vista del papel y, en ocasiones, se trabó por leer a gran velocidad. Además, también le temblaba la mano que sujetaba el documento.

Pilar Llop, seria y sin parpadear

Durante la hora que duró el acto, la ministra de Justicia, Pilar Llop, se mostró muy seria y sin apenas parpadear.

Estuvo escuchando con detenimiento los discursos tanto de Sánchez Conde como de Lesmes. 

 

Dormidos en las butacas

Mientras la teniente fiscal del Supremo pronunciaba su discurso, en el que evitó las referencias políticas y se centró en víctimas como, por ejemplo, de género y violencia vicaria, dos asistentes se quedaron traspuestos en las butacas.

Una de ellas fue María Teresa Fernández de la Vega, que fue vicepresidenta del PSOE en la época de José Luis Rodríguez Zapatero y también magistrada. Desde 2018, es presidenta del Consejo de Estado.

“Lesmes ha sido muy valiente”

El discurso del presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, comenzó destacando la corrupción y la independencia de Cataluña y, en último lugar, sobre el bloqueo del CGPJ. A lo largo de sus palabras sobre este asunto atacó duramente a los políticos. 

Exigió a Pedro Sánchez y a Alberto Núñez Feijóo, “que se reúnan con urgencia y lleguen a un acuerdo que ponga solución definitiva a esta situación insostenible, de manera que el CGPJ sea renovado en las próximas semanas”.  Asimismo, amenazó con tomar decisiones (incluso dejó caer su dimisión) si esto no se cumple.

El discurso fue calificado por el decano del Colegio de la Abogacía de Madrid, José María Alonso como “muy valiente”.  Alonso explicó a Confidencial Digital que, a pesar de que el asunto del bloqueo fue tratado al final del discurso, lo hizo para “dejarse lo mejor para el final”.

“Ha estado muy correcto y ha sido necesario todo lo que ha dicho”, concluyó el decano.

Reencuentros eufóricos

Tras los discursos, el Rey, juristas, periodistas y personalidades de la política como, por ejemplo, la ministra de Justicia, Pilar Llop, el líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, acudieron a un salón para mantener conversaciones y disfrutar de un catering. 

Estos corrillos fueron suspendidos durante las aperturas de los años 2020 y 2021 por la pandemia. Pero este año, gracias al buen control de la enfermedad, estas conversaciones informales han regresado.

Todos los asistentes estaban eufóricos. El bullicio en la sala era muy grande y durante los primeros momentos del cóctel, se pudieron ver numerosos abrazos, besos, saludos, reencuentros y rostros alegres. 

La comida del catering

Durante todo el cóctel, los camareros no pararon de pasar bandejas con comida. Algunos de los aperitivos eran platos de picoteo, como el jamón serrano, gazpacho, queso o la típica tortilla de patata española, pero otros, en cambio, precisaban más elaboración.

Por ejemplo, ofrecieron yuca con hummus. La yuca es un tubérculo que se cultiva principalmente en países tropicales de América, Asia o Centroamérica. En este caso, estaba cortado de forma muy fina simulando una patata frita acompañado con esta “salsa” de garbanzo.

Otro de los platos fue una simulación de sushi: salmón ahumado, verdura y queso.

Corrillos con difícil escucha

El momento de los corrillos fue difícil para los periodistas (que fueron muchos) debido al alto ruido que había en la sala. Por lo que tan sólo escuchaban los dos profesionales que habían cogido sitio en primer plano.

Uno de los corrillos se formó alrededor de Alberto Núñez Feijóo, quien manifestó que no cree que Lesmes vaya a dimitir porque, al fin y al cabo, él es el máximo representante del CGPJ.

Feijóo justificó esa opinión basándose en el discurso de Lesmes, donde explicó que las renuncias colectivas son inadmisibles. Y el líder del PP considera que aunque él es una sola persona, representa a todos.

Otro corrillo lo formó Lesmes, que se apartó unos metros para poder hablar con los periodistas, pero, a pesar de ello, la acústica no era buena. En ese momento fue cuando anunció que la dimisión sí entra en sus planes y que es algo que valorará y estudiará. Si ocurre, “no llegará en meses, sino en semanas”, advirtió.

Sin fotos ni grabadoras 

No se permitieron hacer fotografías, grabar en vídeo o utilizar la grabadora para tomar declaraciones durante el cóctel. Lo que sí se permitió es tomar notas con el teléfono móvil.

Incluso, en alguna ocasión personas que supervisaban la sala llamaron la atención a algún periodista que intentaba acercar su móvil a la persona que estaba hablando para poder grabar la conversación ante el ruido que había en la sala.

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