11 planes gratis para hacer en Lozoya

1. La Iglesia Parroquial de El Salvador.
2. El Puente del Congosto y la Fábrica de "Chocolate Natural"
3. Ideal para amantes de la naturaleza.
4. Vestigios arquitectónicos.
5. El Valle del Lozoya.
6. Circo glaciar de El Nevero.
7. Vegetación.
8. Aprovechamiento de los fresnos.
9. Robledales en el valle.
10. Pinares.
11. Orillas del embalse.

Ubicado en el corazón del valle que lleva su nombre, Lozoya es una joya del Parque Nacional Sierra de Guadarrama, ofreciendo vistas panorámicas impresionantes del valle y del embalse de Pinilla-Lozoya, así como del pico Peñalara y otros paisajes naturales. 

1. La Iglesia Parroquial de El Salvador.

Los visitantes pueden pasear por su casco histórico para descubrir la Iglesia Parroquial de El Salvador, un edificio gótico y plateresco de gran importancia arquitectónica en la región, así como el Palacete Suárez de la Concha, conocido también como el Antiguo Convento. 

2. El Puente del Congosto y la Fábrica de "Chocolate Natural"

Los alrededores de Lozoya también son de interés, con el Puente del Congosto y la Fábrica de "Chocolate Natural", donde se elaboran productos de chocolate artesanal de forma tradicional. 

3. Ideal para amantes de la naturaleza.

Los amantes de la naturaleza podrán disfrutar de diversas actividades al aire libre como la pesca en el río y el embalse de Pinilla, paseos en piragua, ciclismo de montaña, orientación y rutas a caballo, entre otras opciones. El Valle de Lozoya, uno de los paisajes más especiales de la Comunidad de Madrid, se sitúa en pleno corazón de la Sierra de Guadarrama y se encuentra a una distancia de apenas una hora en coche desde la ciudad de Madrid.

4. Vestigios arquitectónicos.

En el siglo XI, después de un período de enfrentamientos entre musulmanes y cristianos, se fundó Lozohia, y se otorgó el uso y la jurisdicción de los territorios a la Sociedad de Quiñones, dependiente del Concejo de Segovia. Los municipios del valle surgieron a partir de Lozoya y los Quiñones. La historia, la economía y los protagonistas del valle han dejado su huella en la arquitectura típica de la zona, que puede ser apreciada en las calles del pueblo. 

5. El Valle del Lozoya.

El Valle de Lozoya, ubicado en el corazón de la Sierra de Guadarrama y a solo una hora de Madrid, se extiende a lo largo de casi 20 kilómetros en dirección suroeste-noreste. A diferencia de otros valles, aquí se siente completamente rodeado de montañas que rodean un espacio amable surcado por el río Lozoya, que es el protagonista del paisaje y de la vida en el valle. Este valle tectónico no fue esculpido por la acción del río, sino que los elementos del relieve se movieron como las teclas de un piano. Los núcleos de población se asientan en la fosa tectónica mientras que al norte se encuentran los Montes Carpetanos y al sur la Cuerda Larga y la sierra de Canencia, que son elevaciones.

6. Circo glaciar de El Nevero.

El Valle de Lozoya es una zona de alta montaña cuya altitud media es de 1100 metros y donde los desniveles respecto a las cumbres circundantes no bajan de los 600 metros. Durante el Cuaternario, la zona fue sometida a un clima más frío, como lo atestiguan las huellas geomorfológicas en forma de glaciarismo que se pueden encontrar en los Montes Carpetanos. Este modelado frío se manifiesta en circos, morrenas y lagunas glaciares. El conjunto glaciar de Peñalara es el principal aparato glaciar de la zona. Además, en el ámbito geológico, se pueden encontrar materiales calizos cretácicos en el fondo del valle, lo que demuestra que esta zona también estuvo cubierta por el mar en algún momento de su historia.

7. Vegetación.

En la parte inferior del valle, hasta los 1200 metros de altitud, predominan el encinar y las fresnedas. A pesar de que la encina se adapta bien a lugares secos y soleados, no es muy común en esta zona. Los ejemplares más importantes de encina se encuentran en las laderas expuestas al sol, como es el caso de la ladera sur de El Chaparral, en Lozoya.

8. Aprovechamiento de los fresnos.

En la zona baja del valle, hasta los 1200 metros de altitud, se encontraban los encinares y las fresnedas, aunque estos últimos requerían mucha humedad en el suelo. A pesar de esto, la tierra fértil donde crecían los fresnos fue utilizada intensamente por los habitantes de la región, resultando en la tala de muchos árboles para la obtención de pastos y la creación de huertas. Esto llevó al abandono de estos pastos y huertas, permitiendo la propagación de zarzales y juncales. La epidemia de grafiosis también ha afectado a los olmos, que solían crecer junto a los fresnos. El piso de vegetación siguiente es el bosque de roble melojo, que se extiende entre los 1200 y los 1700 metros de altitud. Este bosque ha sido alterado significativamente por la intervención humana, incluyendo la sustitución del roble melojo por plantaciones de pino silvestre.

9. Robledales en el valle.

En presencia de ríos y arroyos, los bosques de roble melojo son reemplazados por especies como sauces, fresnos y álamos temblones. Cuando los bosques de roble se degradan, se establecen etapas de sucesión con formaciones vegetales de menor biomasa, como brezales, retamas y helechos. El siguiente piso es el del pino silvestre, que se encuentra naturalmente entre los 1700 y 2100 metros, pero debido a la explotación forestal, se han plantado pinos hasta los 1400 metros. A menudo, los helechos son una indicación de que el bosque original era de roble melojo. Sin embargo, el pino también ha sido talado por los habitantes de la región para obtener pastos y construir instalaciones deportivas.

10. Pinares.

A medida que ascendemos hacia el límite superior del pinar, los pinos se vuelven menos frecuentes y más retorcidos debido a las condiciones climáticas extremas. En su lugar, aparecen enebros rastreros y piornos serranos. Finalmente, en las cumbres por encima de los 2100 m, encontramos el cespedal de las cumbres, el piso vegetal menos alterado por la acción humana. En las zonas más bajas, a lo largo del río Lozoya, encontramos la vegetación de ribera con álamos temblones, sauces y fresnos, mientras que en elevaciones más altas encontramos bosques de melojares y robles rebollos, con la presencia de abedules y acebos. Además, en el Chaparral, se encuentra el único Sabinar de la Comunidad de Madrid, y se pueden observar diversas especies animales, incluyendo aves acuáticas, aves rapaces, nutrias, ardillas, jabalíes y corzos.

11. Orillas del embalse.

Desde tiempos remotos, el paisaje de Lozoya ha sido moldeado por la acción de la naturaleza, con la elevación de las montañas y los grandes desniveles entre los picos y el fondo del valle. Aún se pueden ver hoy en día los efectos de las glaciaciones en la zona del Pico del Nevero, donde la nieve persiste hasta el verano. No obstante, el panorama está muy influido por la construcción del embalse, cuyas aguas reflejan los montes circundantes y cuyas orillas son un lugar popular de paseo y recreo, donde se pueden avistar patos y animales pastando en los prados. El lugar también cuenta con una amplia red de arroyos y fuentes naturales, cuya agua de alta calidad ha otorgado gran fama a la zona.