Pueblos con más encanto: Viaja a Molinaseca en León
Es el momento de explorar los encantos más cautivadores de Molinaseca
- Iglesia de San Nicolás de Bari.
- La Plaza García Rey y el Ayuntamiento de Molinaseca.
- La Plaza del Santo Cristo.
- La Calle Real.
- La Casa-Palacio de Cangas y Pambley.
- La Plaza del Rollo.
- El Puente de los Peregrinos.
- La playa fluvial de Molinaseca.
- El Monumento al Peregrino.
- El Monolito de Hermanamiento con Shikoku.
- El Buda de Molinaseca.
- La Ruta de las Puentes de Malpaso.
Es el momento de explorar los encantos más cautivadores de Molinaseca. Este hermoso pueblo situado en la región de El Bierzo es atravesado por el Camino de Santiago, lo que significa que es común ver peregrinos deteniéndose en su trayecto. Además de disfrutar de un relajado paseo por sus callejuelas medievales, te invito a detenerte en sus plazas para contemplar las típicas casas de la zona con sus balcones decorados con flores.
Molinaseca también alberga diversos templos religiosos, como la Iglesia de San Nicolás de Bari, así como una playa fluvial perfecta para refrescarse en verano y un Puente Romano que ofrece vistas fabulosas de este pueblo jacobeo. Designado como uno de los pueblos más hermosos de España, Molinaseca irradia tranquilidad.
Además de su belleza, destaca por su rica gastronomía. Platos como el botillo, los pimientos asados, la manzana reineta, la pera conferencia, las castañas y el vino son auténticos placeres para el paladar. Curiosamente, el pueblo también guarda una conexión singular con el Camino de Peregrinación Japonés de los 88 Templos. ¡Vamos a descubrirlo!
Iglesia de San Nicolás de Bari.
Comenzamos nuestro recorrido por los sitios de interés en Molinaseca con la Iglesia de San Nicolás de Bari. Esta iglesia, construida a finales del siglo XVII, posee una torre campanario magnífica con un reloj centenario en su parte superior.
Dentro de la iglesia, los retablos barrocos, el coro, diversos cuadros con representaciones religiosas y la sacristía, cuyas puertas de nogal presentan hojas de encina en relieve, destacan como maravillas artísticas. La abundante ornamentación interior sorprende, ya que contrasta con la sobriedad exterior de la iglesia.
Además del templo en sí, aprecio mucho la vista de la iglesia desde el Puente de los Peregrinos y desde la Playa Fluvial. Todo esto enmarcado en un entorno asombroso, rodeado de montañas y encantadoras casas rurales. A las doce del mediodía, las campanas repican al son del Ave María de Lourdes, añadiendo un toque de espiritualidad al ambiente.
La Plaza García Rey y el Ayuntamiento de Molinaseca.
La Plaza García Rey y el Ayuntamiento de Molinaseca son otras paradas obligatorias. La plaza debe su nombre a García Rey, un Comandante de Infantería y profesor de la Academia de Toledo. La fachada del Ayuntamiento, las casas con balcones de madera, el adoquinado del suelo (aunque pueda resultar incómodo para pasear con carritos), y la fuente en el centro, que en el pasado solía ser el lugar de los hornos comunales, son elementos que componen esta encantadora plaza.
La Plaza del Santo Cristo.
La Plaza del Santo Cristo, situada al final de la Calle Real, alberga el Crucero del Santo Cristo. Este crucero, un motivo jacobeo precioso, se erige sobre un pedestal cuadrado de cuatro escalones. Una pequeña figura de Cristo Crucificado cuelga debajo de la cruz. Aunque no es el crucero original del año 1202, su ubicación es la misma que la del antiguo Crucero del Santo Cristo.
La Calle Real.
La Calle Real, la principal arteria de Molinaseca, es una parada ineludible. Esta calle, por donde transcurre el Camino de Santiago, une el Crucero del Santo Cristo con el Puente Romano. Lo que más llama la atención son las casas nobles, como el Palacio de los Balboa y la Casa de Don Pelegrín, que se encuentran al principio de la calle, cerca del Puente Romano. A lo largo de la Calle Real, también encontrarás restaurantes con terrazas donde podrás relajarte y disfrutar.
La Casa-Palacio de Cangas y Pambley.
La Casa-Palacio de Cangas y Pambley, ubicada también en la Calle Real, merece una mención aparte. Esta casa noble está conectada a otra de menor tamaño. Su fachada entre dos torres es sorprendente, con un balcón blanco acristalado y escudos de armas de la familia Cangas-Pambley, considerados como Patrimonio Cultural. Uno de los escudos, colocado en una de las esquinas de la torre, es un detalle inusual. Los símbolos presentes en los escudos de armas, como el árbol y el caballero, evocan la antigua nobleza, mientras que el león simboliza dominio y soberanía. Este edificio es, sin duda, una de las joyas arquitectónicas más impresionantes de Molinaseca.
La Plaza del Rollo.
La Plaza del Rollo es un tesoro que merece explorarse. Empedrada y con casas tradicionales típicas, la plaza alberga el Crucero del Santo Cristo al final de la Calle Real. Dos bancos de hierro forjado en los extremos de la plaza invitan a sentarse y admirar el encanto del lugar. En el pasado, este espacio fue sede de la audiencia local. En verano, las plazas de Molinaseca suelen llenarse de turistas y peregrinos del Camino de Santiago, ofreciendo un ambiente animado al pueblo.
El Puente de los Peregrinos.
El Puente de los Peregrinos, también conocido como Puente Romano, es uno de los puntos más fotogénicos de Molinaseca y una imagen que querrás capturar. Aquí llegan los peregrinos que transitan por el Camino de Santiago Francés, la ruta jacobea más popular. Se dice que este puente tiene origen romano y formaba parte de la vía que conectaba Ponferrada con Foncebadón. A lo largo de la historia, ha experimentado varias modificaciones, aunque ha mantenido su estética original. Desde el Puente Romano, se disfruta de una vista excepcional de la Iglesia de San Nicolás de Bari.
La playa fluvial de Molinaseca.
La playa fluvial de Molinaseca es una opción irresistible para aliviar el calor en verano. Tanto los habitantes locales como los turistas y peregrinos del Camino de Santiago acuden aquí a refrescarse. La playa fluvial es un punto de encuentro popular en los días más cálidos, y además ofrece una variedad de restaurantes donde deleitarse con churrascos, tapas y bocadillos.
El Monumento al Peregrino.
El Monumento al Peregrino es un testimonio de la conexión entre Molinaseca y la Ruta Jacobea. Este monumento de granito se encuentra en la Calle Real, en un espacio ajardinado con forma triangular. La estatua y su significado enriquecen la historia de este pueblo en la región de El Bierzo.
El Monolito de Hermanamiento con Shikoku.
El Monolito de Hermanamiento con Shikoku, junto al Monumento al Peregrino, representa la relación entre la Ruta Jacobea y el Camino japonés de Shikoku Henro. Un regalo de la delegación japonesa de la región de Shikoku a Molinaseca, el monolito de granito mide 1,20 metros de altura y es un recordatorio visual de la hermandad entre estas dos rutas de peregrinación.
El Buda de Molinaseca.
El Buda de Molinaseca, ubicado en la Calle Era, es uno de los aspectos más intrigantes de la visita. Este buda, tallado en la corteza de un nogal vivo por el escultor japonés Fumiaki Ogita, simboliza el vínculo inesperado entre Molinaseca y dos pueblos del Camino de Peregrinaje Japonés de los 88 Templos: Itazu y Ainancho. Los detalles minuciosos del buda y la historia detrás de su creación son cautivadores.
La Ruta de las Puentes de Malpaso.
La Ruta de las Puentes de Malpaso es otra actividad a considerar en Molinaseca. Este itinerario circular lleva a los visitantes desde el pueblo hasta Riego de Ambrós, descendiendo luego por el Camino de Santiago de vuelta a Molinaseca. El sendero ofrece sombra gracias a árboles como chopos, robles y encinas. Tras cruzar los Puentes de Malpaso y dirigirse cuesta arriba hacia Riego de Ambrós, la recompensa es la oportunidad de bañarse en la Playa Fluvial de Molinaseca.
