El rey Felipe pasa la revisión anual para pilotar helicópteros

Acudió al Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial, donde tuvo que superar unas pruebas para demostrar las condiciones psicofísicas que le permiten ponerse a los mandos de una aeronave

Felipe VI en la cabina de un helicóptero "Superpuma" del Grupo 82 de Fuerzas Aéreas, en la Base Aérea de Gando (Gran Canaria).
Felipe VI en la cabina de un helicóptero "Superpuma" del Grupo 82 de Fuerzas Aéreas, en la Base Aérea de Gando (Gran Canaria).

Los pilotos y tripulantes de aviones y helicópteros del Ejército del Aire acuden con cierta periodicidad a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) a someterse a reconocimientos médicos. Los realizan en el Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial, dependiente del Ejército del Aire y dirigido por una coronel médico.

Hace unas semanas, este centro recibió la visita de un piloto militar muy especial: el rey Felipe VI.

El acto no estaba anunciado en la agenda oficial de la Familia Real que distribuye la Casa del Rey, ni se informó de la visita posteriormente.

Pero el Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial sí publicó una foto de don Felipe con el personal militar y civil del CIMA el viernes 6 de mayo. Si la visita tuvo lugar ese mismo día, cabe señalar que en esa fecha la agenda del rey sólo indicaba una audiencia en el Palacio de la Zarzuela a la una del mediodía.

Felipe VI, con el personal del CIMA.
Felipe VI, con el personal del CIMA.

ECD contó hace un año que Felipe VI había acudido al Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial, en el mes de abril de 2021, para realizar un reconocimiento anual que han de superar cada año los pilotos de aviones y helicópteros de las Fuerzas Armadas, con el que se comprueba que están en condiciones de realizar esta actividad.

Se da la circunstancia de que en abril de 2019 sucedió lo mismo: este organismo del Ejército del Aire recibió la visita de don Felipe.

En la web del Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial se explica que “los reconocimientos médicos tienen una validez de un año y con carácter general se realizarán coincidiendo con la fecha de cumpleaños, pudiendo efectuarse en los 45 días previos a la fecha de caducidad”. En este caso, parece que el rey pasa estas pruebas cada año en torno a los meses de abril y mayo, meses después de su cumpleaños, que es el 30 de enero.

Piloto de helicópteros de Tierra, Armada y Aire

“Los reconocimientos médicos del personal de vuelo pretenden asegurar que el piloto, tripulante o controlador posee las aptitudes psicofísicas adecuadas para el desempeño de la función que le corresponde en virtud del grupo a que pertenece y la misión asignada”, informa asimismo el CIMA.

Más allá de ser capitán general del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, y ostentar el mando supremo de las Fuerzas Armadas conforme a lo establecido en la Constitución, el rey Felipe mantiene cierta actividad militar.

 

Siendo príncipe de Asturias, don Felipe pasó por las tres academias militares de oficiales. Tras la de Zaragoza (Tierra) y Marín (Armada), estudió en la Academia General del Aire de San Javier, y en 1989 recibió el despacho de teniente del Arma de Aviación.

Además, fruto de la formación periódica que mantuvo posteriormente, es piloto de helicópteros, con aptitud para el vuelo instrumental en el 402 Escuadrón de las Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire. Este escuadrón, con base en Cuatro Vientos, dispone de los helicópteros Superpuma en los que viajan las autoridades, incluido precisamente el rey.

Felipe VI también está en posesión de las alas de piloto de helicópteros del Ejército de Tierra y de la Armada.

Además, es piloto de cazas, y ha llegado a ponerse a los mandos de un Eurofighter, por ejemplo.

Condiciones psicofísicas

Todos los pilotos de las Fuerzas Armadas deben pasar anualmente un reconocimiento médico-aeronáutico que acredite que reúnen las condiciones psicofísicas adecuadas para el ejercicio de su licencia o actividad aeronáutica.

En estas páginas se contó hace un año, con motivo de esa visita de don Felipe, que acudió a pasar el reconocimiento médico para certificar que mantiene esas condiciones para pilotar helicópteros militares.

Desde el Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial indicaron a ECD que los datos, los resultados del reconocimiento médico de Felipe VI eran “estrictamente confidenciales”.

Aptitud médica

En el Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial se realizan reconocimientos médicos a personal de vuelo (pilotos y tripulantes aéreos) y a personal con responsabilidad en vuelo (controladores y pilotos de aeronaves no tripuladas o drones), tanto en el ámbito militar como en el civil.

En el ámbito militar, estos reconocimientos se regulan por la Orden Ministerial 23/2011, de 27 de abril, por la que se aprueban las normas para la valoración de la aptitud médica del personal de las Fuerzas Armadas con responsabilidad de vuelo.

Dicha norma contempla el reconocimiento médico periódico, que “tiene por objeto comprobar que se mantiene el grado de aptitud médica correspondiente al grupo y actividad aeronáutica de la persona examinada”.

Se realiza con distinta periodicidad. El reconocimiento anual se suele “efectuar con carácter general en la fecha de nacimiento, pudiendo realizarse durante los 45 días previos a la misma, en una Unidad de Reconocimientos Médico Aeronáuticos. Si el reconocimiento médico correspondiera en una fecha en la que previsiblemente dicho personal de vuelo vaya a estar realizando maniobras, destacamentos, comisiones etc., fuera del territorio nacional, debería efectuar un reconocimiento médicoaeronáutico en el mes previo al inicio de dicha actividad”.

Además, cada tres años los pilotos deben realizar estas pruebas en la Unidad de Reconocimientos Médico Aeronáuticos del Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial.

A efectos de aptitud médica, la orden clasifica al personal en varios grupos. Felipe VI entraría en el Grupo I: “El personal de las FAS que realice funciones de pilotaje a bordo de aeronaves de cualquier tipo, como caza, transporte o helicópteros”.

Reducción del campo visual, artritis...

El reconocimiento médico incluye una serie de pruebas para comprobar que el piloto, en este caso el rey Felipe, no sufre ninguna disminución en sus capacidades físicas que le impida ponerse a los mandos de un avión o de un helicóptero.

Hay una serie de afecciones que suponen que un piloto no sea “apto” en el reconocimiento periódico. Por ejemplo, las alteraciones de la tensión intraocular, la reducción del campo visual, defectos en la función visual binocular... son afecciones de la vista que pueden suponer que el piloto no pase el reconocimiento.

También la artritis y la periartritis postraumáticas que produzcan limitación de mas del 15% de la movilidad articular suponen causa para ser declarado “no apto”, en el caso de los pilotos de caza, si supera el 10%; lo mismo ocurre con las rigideces y anquilosis que produzcan una limitación de la movilidad articular superior al 15%.

La hipertensión arterial que produzca repercusión orgánica, se asocie a otros factores de riesgo o no se normalice con tratamiento dietético y/o farmacológico adecuado es otra causa de exclusión.

El rey, a los mandos de helicópteros

A Felipe VI se le ha visto en más de una ocasión pilotar helicópteros. Ya siendo rey, en 2015, acudió a presenciar un ejercicio de la Brigada de Sanidad del Ejército de Tierra, en Zaragoza. A la vuelta, se puso a los mandos del helicóptero Superpuma en el que viajaba con su equipo, y lo pilotó hasta el helipuerto del Complejo de La Zarzuela.

Más recientemente, en 2017, visitó en la base aérea de Gando (Gran Canaria) el Grupo 82 de Fuerzas Aéreas, integrado en el Ala 46 del Ejército del Aire. Allí se embarcó -no como pasajero, sino en la cabina de pilotos- en un helicóptero para visitar el Escuadrón de Vigilancia Aérea nº 21, en el Acuartelamiento Aéreo “Pozo de las Nieves”.

Siendo príncipe de Asturias, en 2008, visitó la base de Almagro (Ciudad Real) donde se ubica el Batallón de Helicópteros de Ataque I (BHELA I) de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET). En esa visita hizo de copiloto en un vuelo con un helicóptero Tigre.

Y también ha pilotado helicópteros de la Armada. Por ejemplo, lo hizo en la base naval de Rota: embarcó en un helicóptero SH-60 para desplazarse hasta la fragata ‘Navarra’.

El padre del rey, Juan Carlos I, también es piloto de helicópteros e igualmente, hasta una edad avanzada, pilotó este tipo de aeronaves en visitas a bases militares.

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