La Armada busca militares para la unidad de operaciones especiales y misiones de contrainteligencia

La Armada ha lanzado cuatro resoluciones de “Publicación de vacantes de carácter extraordinario para Militares de Tropa y Marinería”. Se publicaron el pasado 10 de abril en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa.

Entre las unidades para las que la Armada está buscando militares, destacan especialmente dos.

Fuerza de Guerra Naval Especial

Seis vacantes corresponden a la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE), la unidad de operaciones especiales de la Armada. Tiene su base en Cartagena, depende directamente de la Comandancia General de Infantería de Marina, y constituye la unidad fundamental de la capacidad de Guerra Naval Especial de Armada y de su aportación a las operaciones especiales conjuntas.

Esta unidad está capacitada para realizar todos los cometidos doctrinales de operaciones especiales, tanto los principales de acción directa, reconocimiento y vigilancia especial, y asistencia militar, como los adicionales de operaciones NEO (evacuación de no combatientes), rescate de rehenes y operaciones de contrainsurgencia y contraterrorismo.

Se emplea en apoyo a las operaciones navales, al formar parte de la capacidad de proyección, protección, libertad de acción y acción marítima de la Armada.

Su aportación a las capacidades de la Armada es variada:

-- Proyección: ataques selectivos a objetivos limitados pero de importancia estratégica u operacional, reconocimiento y vigilancia especial, guiado terminal de aeronaves y municiones y conducción de fuegos.

-- Protección: obtención de información.

-- Libertad de acción: neutralización de amenaza, guiado terminal y destrucción de obstáculos.

-- Acción Marítima: operaciones de interdicción marítima en las modalidades de mayor riesgo y acciones directas antipiratería, rescate de rehenes, abandono de buque.

Apoyo y Embarcaciones

La Armada busca cubrir seis plazas en la Fuerza de Guerra Naval Especial. Salvo una de ellas, que está reservada para Infantería de Marina, las otras cinco son vacantes abiertas tanto a infantes de Marina como a militares del Cuerpo General de la Armada, en todo caso de la Escala de Tropa y Marinería.

Una de las plazas es para cabos 1º o cabos, y el resto está abierta a cabos y soldados o marineros.

Cuatro vacantes son para cubrir destinos en la Unidad de Apoyo y Servicios (UAS), y dos para la Unidad de Embarcaciones.

Para optar a las plazas de la Unidad de Embarcaciones, se dará preferencia a los militares aspirantes que acrediten dos títulos: el de manejo de embarcaciones neumáticas de asalto, y el de manejo de embarcaciones neumáticas tipo Zodiac.

En una de las plazas de la Unidad de Apoyo y Servicios, se indica como preferentes tres diplomas: conductor de vehículos pesados, conductor de vehículos de combate y pesados, y sanitario. Deben tener estos títulos, o estar en condiciones de obtenerlos.

Curso de Aptitud de Guerra Naval Especial

Además, en todas las vacantes se indica como prefente el título del Curso de Aptitud de Guerra Naval Especial. Se trata del curso de operaciones especiales propio de la Infantería de Marina, diseñado para cribar a quienes aspiran a ingresar en la Fuerza de Guerra Naval Especial.

Tal es la dureza de este curso, que el pasado otoño tuvo que ser cancelado cuando todos los alumnos, menos uno, fueron eliminados antes de terminar.

Después de ese curso que terminó sin que ningún militar obtuviera el diploma, la Armada abrió en marzo una nueva edición del Curso de Aptitud de Guerra Naval Especial.

Sección de Seguridad Naval

La Armada también ha sacado cuatro vacantes para la Sección de Seguridad Naval, la unidad dedicada a la seguridad interna y la contrainteligencia en el ámbito de la Armada.

Dos plazas son para la Sección de Seguridad Naval Central, ubicada en Madrid, en el Cuartel General de la Armada. Una es para la secretaría de la Sección de Seguridad Naval Central, y otra para un departamento, identificado con las iniciales “GAT”, que tiene relación con las contramedidas y las inspecciones de seguridad en los cuarteles y bases para detectar posibles micrófonos ocultos, pinchazos telefónicos y otras formas de espionaje.

Para estos dos destinos en la Sección de Seguridad Naval Central se requiere aportar una Habilitación Personal de Seguridad (HPS) de nivel “Reservado”. Se trata de la acreditación que concede la Oficina Nacional de Seguridad, actualmente dependiente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), para que una persona acceda y maneje información clasificada.

Se concede después de que la Oficina Nacional de Seguridad haya investigado a las personas del entorno del solicitante, sus relaciones personales, los trabajos o destinos que tuvo anteriormente, en qué países ha vivido... todo para tratar de detectar posibles agentes de servicios de inteligencia extranjeros, o personas vulnerables que puedan ser captadas o chantajeadas para filtrar información clasificada a esos servicios.

Las otras dos plazas son para la Sección de Seguridad Naval de Ferrol: una para un puesto de “Contrainteligencia”, la otra, de nuevo, para la unidad “GAT”.

Espionaje, sabotaje, subversión o terrorismo

La Instrucción 17/2019, de 4 de junio, del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, por la que se desarrolla la organización de la Armada, indica que “la Sección de Seguridad Naval Central (SSNC) es responsable de la coordinación y control de las actividades relativas a la Seguridad Interna y de asesorar al 2º AJEMA para asumir sus funciones como autoridad delegada de la seguridad en la Armada en estos asuntos”.

Según esta norma, “el objetivo de la Seguridad Interna es proteger a la Armada del espionaje, sabotaje, subversión o terrorismo mediante la identificación y la neutralización de las organizaciones y los individuos involucrados en dichos actos. Asimismo, trata de identificar y neutralizar posibles actuaciones maliciosas o inadecuadas de sus miembros”.

La anterior normativa, la Instrucción 4/2016, de 15 de enero, del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, por la que se desarrolla la organización de la Armada, describía con más detalle las funciones de la Sección de Seguridad Naval Central:

-- “La Sección de Seguridad Naval Central (SSNC) con dependencia orgánica del 2.º AJEMA será su órgano de asesoramiento directo en asuntos relacionados con la Seguridad Interna. La Seguridad Interna se orientará a proteger a la Armada mediante la identificación y la neutralización de la amenaza a la seguridad planteada por otros servicios de inteligencia, las organizaciones o los individuos involucrados en el espionaje, sabotaje, subversión o terrorismo. Asimismo debe proteger a la organización de aquellas actuaciones maliciosas o inadecuadas de sus componentes”.

-- “El Jefe de la Sección de Seguridad Naval Central (JESENCEN) será responsable de la coordinación y control de las actividades relativas a la seguridad interna y de asesorar y apoyar al 2.º AJEMA en todos los asuntos relacionados con ella. La SSNC atenderá, entre otros, a los siguientes cometidos:

a) Mantener actualizada la normativa sobre seguridad interna para su aplicación en la Armada. b) Colaborar para mantener actualizado el PGSA [Plan General de Seguridad de la Armada].

c) Determinar y proponer necesidades de recursos y promover actividades específicas de formación en materia de seguridad interna.

d) Contribuir a la generación y aplicación de la Doctrina de Seguridad de la Armada”.

-- “La SSNC se relacionará directa y habitualmente con la Fuerza de Protección (FUPRO), con la División de Operaciones del Estado Mayor de la Armada (DIVOPE), con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con los organismos de inteligencia del Estado y con sus equivalentes del Estado Mayor de la Defensa, del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire. Asimismo, se relacionará con cualquier unidad de la Armada, directamente o por medio de las Secciones de Seguridad Naval periféricas (SSNP). Mantendrá, además, las relaciones funcionales que figuren en el PGSA. Las SSNP dependerán funcionalmente de la SSNC”.

Contrainteligencia

El Glosario de Terminología de Uso Conjunto y la Doctrina para el Empleo de las Fuerzas Armadas, documentos firmados por el JEMAD en 2018, definen la contrainteligencia como “el conjunto de actividades destinadas a identificar y contrarrestar las amenazas provenientes de los servicios de inteligencia hostiles (SIH) y otras organizaciones o individuos involucrados en terrorismo, espionaje, sabotaje y subversión y crimen organizado (TESSCO)”.

La Sección de Seguridad Naval Central y las secciones periféricas trabajan para “proteger a la Armada mediante la identificación y la neutralización de la amenaza a la seguridad planteada por otros servicios de inteligencia, las organizaciones o los individuos involucrados en el espionaje, sabotaje, subversión o terrorismo”, y por lo tanto realizan actividades de contrainteligencia y seguridad interna.

En un nivel superior al de la Sección de Seguridad Naval Central de la Armada (y los órganos análogos en el Ejército de Tierra y el Ejército del Aire) se encuentra el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), dependiente del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD).

Entre otas funciones, el CIFAS asesora al JEMAD y a los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos y la Armada en materia de contrainteligencia militar y seguridad en la estructura orgánica de las Fuerzas Armadas.

La Autoridad Nacional de Inteligencia y Contrainteligencia es el CNI, que también tiene competencias en asuntos militares.

Espías extranjeros

Los informes anuales de seguridad nacional que elabora el Departamento de Seguridad Nacional, de Presidencia del Gobierno, llevan años alertando del incremento de la actividad en España por parte de espías de servicios extranjeros.

El pico del año 2017, con los movimientos en torno a la intentona secesionista en Cataluña, fue superado ampliamente en 2020 y 2021.

Uno de los objetivos preferentes de las actividades de los servicios de inteligencia extranjeros que operan en España es el ámbito de la seguridad y la defensa, como es habitual.

Además, estos informes han alertado de que el aumento de la presencia y actividad de espías extranjeros ha ido acompañado de “un notable incremento en operaciones relacionadas con subversión, dirigidas a deteriorar la imagen que tiene la ciudadanía española sobre las Fuerzas Armadas”.