El Hospital Gómez Ulla prescinde de una docena de trabajadores de la unidad de aislamiento frente a enfermedades infecciosas que llevaban años en el puesto

La mayoría entraron en 2015 a trabajar en la Planta 22, tras los casos de ébola. Han sido reemplazados por personal que ha conseguido plaza en la oferta de empleo público de este año

Visita del rey Felipe a la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel situada en la planta 22 del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.
Visita del rey Felipe a la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel situada en la planta 22 del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.

“Por medio de la presente, comunico a […] que al finalizar la jornada del día 25-11-2022 quedará extinguida la relación estatutaria que le vincula con este Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, por causa válidamente consignada en el nombramiento estatutario de carácter temporal”.

Confidencial Digital ha podido saber que así comenzaba la notificación que recibieron el pasado 25 de noviembre algunos miembros la plantilla de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN), ubicada en la planta 22 del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, de Madrid.

La notificación la firmaba la teniente coronel médico jefe de Recursos Humanos del hospital, Eva Gálvez. Otros trabajadores recibieron notificaciones similares, y en algunas se explicaba con algo más de detalle el motivo de esa “extinción” que les dejaba sin trabajo.

Tras citar una resolución sobre la oferta de empleo público para el acceso a la condición de personal estatutario fijo de la Red Hospitalaria de la Defensa, se informaba a cada afectado de que “usted ostenta, de acuerdo con el nombramiento efectuado al amparo de lo dispuesto en el artículo 9.8 del Est. Marco del personal Estatutario de los Servicios de Salud, la condición de personal estatutario eventual con la categoría de Auxiliar de Enfermería, conformando así una de las dotaciones que ha sido objeto de la referida oferta de empleo y de la consiguiente convocatoria para el acceso a esa categoría, según se le informó el 16-06-2022 a su correo electrónico”.

Y se añadía que “al no estar Ud. incluido en la relación de personas aspirantes nombradas, le comunico que con fecha 25-11-2022 queda extinguida la relación que le vincula con este hospital como personal estatutario eventual”.

Estas notificaciones les llegaron por correo electrónico a los afectados el 25 de noviembre. Se confirmó así el rumor que corría por el hospital desde mediados de noviembre: que el personal (civil) de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel iba a ser despedido.

“Una unidad única en Europa”

Como ya se ha indicado, esta unidad se sitúa en la planta 22 del edificio del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla. Se inauguró en 2015, y el Gobierno de Mariano Rajoy la presentó como una unidad única en Europa, destinada a atender enfermedades altamente infecciosas.

El año anterior, 2014, España había sufrido un goteo de casos de ébola que encendieron todas las alarmas. Se repatrió a misioneros y cooperantes desde África, uno de ellos falleció en España, y se produjo un contagio en España, de una enfermera, en una planta del Hospital Carlos III de Madrid que se aisló por esa alerta de ébola.

Para tener un lugar especialmente reservado a tratar enfermedades infecciosas graves como esta, se creó la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN) en el Hospital Central de la Defensa.

 

“Las instalaciones cuentan, por ejemplo, con sistemas de ventilación y de abastecimiento de agua independientes, depósito de tratamiento de las aguas de desecho y 8 habitaciones altamente aisladas. Además, todos los materiales utilizados son de alta calidad y soportan los procedimientos de desinfección”, destacó el Gobierno en la inauguración de la unidad.

Inversión millonaria

En diciembre de 2014, el Consejo de Ministros tomó razón de la resolución de la Dirección General de Infraestructura del Ministerio de Defensa por la que declaró la tramitación de emergencia de los trabajos necesarios para la adecuación de control A y B en la planta 22, para enfermedades infecciosas, del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.

Estimó los gastos en 6,5 millones de euros, para modificar la planta 22 del hospital y así cumplir una de las recomendaciones emitidas tras la crisis del ébola.

Se aprobaron, antes y después, varios reales decretos-leyes para disponer de crédito presupuestario para iniciar los trabajos de “remodelación de la planta 22 del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla como unidad de aislamiento hospitalario de alto nivel, consistente en replantear la distribución de las habitaciones y espacios existentes para conseguir un máximo de 16 habitaciones que cumplan las condiciones para albergar a enfermos infecciosos. Correlativamente, resulta necesario dotar dicha planta de los medios necesarios para su puesta en funcionamiento”.

Cuando se inauguró oficialmente, en octubre de 2015, la Cadena SER cifró el coste total en 21,5 millones de euros, porque, según el Ministerio de Defensa, “al final se ha realizado un proyecto de mayor envergadura contra enfermedades de un alto riesgo biológico”.

Algunas fuentes apuntan que esta planta también recibe apoyo presupuestario desde la Unión Europea y la OTAN, por su función como centro de referencia de atención en casos de epidemias de enfermedades contagiosas.

Médicos, enfermeros, auxiliares...

La unidad se formó con entre 40 y 50 personas, civiles, además de algunos militares. Se incorporaron dos médicos especializados en enfermedades infecciosas; unos 16 enfermeros; 15 auxiliares de enfermería; siete celadores; también varios trabajadores de laboratorio y técnicos de rayos X.

Esta plantilla ha ido disminuyendo con los años. Algunos se fueron marchando, según denuncian los afectados, por los muchos cambios de tareas que se produjeron en este tiempo: se abría y cerraba la unidad, se les mandaba a cubrir vacaciones y vacantes en servicios del hospital...

Concurso en 2015

Confidencial Digital ha podido saber que la mayoría de los trabajadores de la unidad que fueron despedidos este noviembre llevaban destinados en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel desde que fue inaugurada, en 2015.

Las fuentes consultadas por ECD explican que, cuando se empezó a poner en marcha esta unidad, el Ministerio de Defensa realizó un estudio y concluyó que se necesitaba una plantilla de 44 personas, especializadas en el tratamiento de enfermedades infectocontagiosas.

Se convocó un proceso de selección, mediante concurso. Participaron alrededor de 500 aspirantes, que pasaron ante un tribunal integrado por responsables de Enfermería del Hospital Central de la Defensa, por psicólogos y por representantes sindicales.

Tuvieron que pasar entrevistas, realizar test... con la idea de evaluar, entre otras aptitudes, su resistencia psicológica ante situaciones de crisis. Se trataba de seleccionar a personal muy especializado, específicamente elegido para la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel.

Cuatro causas de extinción

Una vez que la Intervención dio el visto bueno, se contrató a unas 44 personas. En un primer momento, se les hizo un contrato temporal. Pero el Ministerio de Defensa concluyó que este personal necesitaba estabilidad: no tenía sentido formar a unas personas en tareas muy especializadas para manejar enfermos en una planta de aislamiento para enfermedades infecciosas, y a los pocos meses desprenderse de ellas.

Así que se optó por convertirles en “persona sanitario no facultativo eventual”. Pasaron a ser personal estatutario.

Firmaron no propiamente un contrato, sino un “nombramiento”, que también rubricó el director del hospital por aquel entonces, el general de Brigada médico Fernando Jordán de Urríes.

En esos nombramientos se precisó que la causa que motivaba el nombramiento era la “necesidad de garantizar la asistencia sanitaria a los pacientes de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN)”, así como la “necesidad de disponer de profesionales entrenados para el manejo de pacientes infecciosos de alto riesgo biológico”.

Ya en el propio nombramiento se indicaban las causas por las que podría quedar extinguido. Eran cuatro:

-- La inexistencia de crédito.

-- El fin de la necesidad o causa para la que fue formalizado.

-- La existencia de falta de disciplina.

-- La pérdida de aptitud para desempeñar sus funciones en una planta de aislamiento de alto nivel.

Estos nombramientos no tenían una fecha de finalización, propiamente. En “duración” del nombramiento se indicaba “consignado en las causas del nombramiento”, las que se han indicado.

Pero cuando se fueron a grabar estos nombramientos en el Sistema de Información de Personal del Ministerio de Defensa (SIPERDEF), era necesario poner una fecha de finalización. Se optó por marcar una fecha 20 años después: 2035.

Cambios en la intranet

Ya en septiembre de 2021, algunos de los trabajadores de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel detectaron cierta anomalía. En el Sistema de Información de Personal aparecía como si les hubieran cesado, con motivo de una “reestructuración de unidades”.

Al consultar con el departamento de Personal del Hospital Gómez Ulla, les tranquilizaron: se trataba de algo automático que había sucedido por el cambio de nombre del hospital, al que el Ministerio de Defensa añadió “Centro de Vida y Esperanza”.

Les aseguraron que el personal de la planta 22, que habían detectado esta novedad, no tenía que preocuparse, y que su vinculación laboral no había cambiado. Sin embargo, posteriormente algunos de ellos notaron otro cambio. Se indicaba en el sistema que habían empezado a trabajar en el 2018, cuando la mayoría llevaban en la unidad desde 2015. De nuevo, les aseguraron que no había ningún cambio.

Un correo electrónico en junio

La inquietud volvió a extenderse entre los trabajadores de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel el pasado junio.

El día 16 de ese mes recibieron un correo electrónico con el encabezamiento “Comunicación personal estatutario eventual”. El correo informaba de que en 2021 se habían aprobado varias resoluciones de la Subsecretaría de Defensa por las que se convocan procesos selectivos para acceso, por el sistema general de acceso libre y estabilización del empleo temporal, a la condición de personal estatutario fijo, en distintas categorías (como auxiliar de Enfermería, y otras), para la Red Hospitalaria de la Defensa.

“Usted ostenta, de acuerdo con el nombramiento efectuado al amparo de lo dispuesto en el artículo 9.3 del Estatuto Marco del Personal Estatutario de los Servicios de Salud, la condición de personal estatutario eventual con la categoría […], conformando así una de las dotaciones que ha sido objeto de la referida oferta de empleo y de la consiguiente convocatoria para el acceso a esa categoría”, avisaba el mensaje.

Los trabajadores de la planta 22 quedaron desconcertados. Ellos eran personal estatutario, pero por los documentos de sus nombramientos, entendían que formaban una plantilla aparte de la del hospital, que además no estaba sujeta más que a la propia existencia de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel.

Consultaron con los responsables de Recursos Humanos del hospital, así como con varios oficiales (un comandante, una capitán) que eran los responsables de la unidad y de la planta 22. De nuevo, les dijeron que no les afectaba: era un correo genérico, que se había mandado a todo el personal del Gómez Ulla.

Además, algunos de los trabajadores recibieron ese mismo 16 de junio un correo electrónico, que indicaba que anulaba el anterior sobre “Comunicación personal estatutario eventual”.

Fruto de estas explicaciones, la gran mayoría de los trabajadores que por entonces formaban la planta 22 (en torno a una veintena) no se presentó al proceso de estabilización, ya que entendían que sus plazas en la Unidad de Aislamiento no habían salido a ese concurso. De hecho, como se ha indicado, salvo los militares allí destinados, y algunos médicos contratados, todos ellos tenían “nombramientos”, y no había personal con plaza.

Subsecretaria de Defensa

Sin embargo, como se ha indicado, a finales de este mes de noviembre la gran mayoría de los trabajadores destinados en la unidad recibieron la notificación de que quedaba extinguida la relación estatutaria que les vinculaba con el Hospital Central de la Defensa.

Y en algunas de esas notificaciones se explicaba que los puestos de trabajo del personal estatutario eventual se iba a cubrir con los nuevos estatutarios fijos, y como ellos no estaban entre los nombrados, esa relación laboral quedaba extinguida.

Debían acudir a la oficina de Recursos Humanos a firmar el documento de extinción de la relación estatutaria, y a entregar el uniforme, las llaves de la taquilla, la tarjeta de identificación personal, la tarjeta de autorización de vehículo...

Las notificaciones iban firmadas por la teniente coronel jefa de Personal. Pero el documento de baja iba firmado por el director del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, el general de Brigada médico Francisco Javier Areta.

Se le daba de baja en el puesto de trabajo: como unidad de destino se indicaba “Hospital Central de la Defensa en Madrid”, y organismo, “Inspección General de Sanidad de la Defensa”.

La autoridad que acordaba la baja era “el subsecretario de Defensa”, en realidad subsecretaria, Adoración Mateos. Como causa de la baja se podía leer “fin del período del nombramiento”, y la fecha de baja, el 25 de noviembre de 2022.

Quienes recibieron este documento, advirtieron que no se indicaba como causa de la baja ninguna de las cuatro que se contempló en su nombramiento: inexistencia de crédito, fin de la necesidad, falta disciplinaria o pérdida de aptitud. Simplemente se indicaba “fin del período de nombramiento”, cuando, aseguran nunca se indicó que su vinculación terminara en 2022, sino en 2035.

12 sustituciones, según Defensa

Confidencial Digital se puso en contacto con el Ministerio de Defensa para conocer los motivos del cese de estos trabajadores de la unidad de aislamiento frente a enfermedades infecciosas.

Desde el departamento que dirige Margarita Robles explican que “el Ministerio de Defensa ha publicado en el año 2022 procesos selectivos de Oferta de Empleo Publico para acceso libre y para estabilización del empleo temporal de personal estatutario de la Red Hospitalaria de la Defensa, en la que se han convocado 588 plazas para cubrir las necesidades de los Hospitales Militares de Madrid y Zaragoza, y con ello reducir la temporalidad del personal eventual”.

Añade el ministerio que “los puestos convocados son para cubrir necesidades de personal de los Hospitales y no están adscritos a ninguna Unidad, ni Servicio Hospitalario en concreto. Es posteriormente, la Dirección del Hospital quien los asigna en función de sus necesidades concretas y prioritarias”.

Remarcan además que “a estas plazas puede presentarse todo el personal temporal de la Red Hospitalaria de la Defensa que de forma de voluntaria lo solicite”. Es decir, indican que también los trabajadores de la planta 22 podrían haberse presentado a este proceso.

Defensa asegura que “del total de personal estatutario que ha adquirido la condición de fijo, doce (12) han sido destinados a la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN). Son todo personal civil, y su proceso de adaptación y formación se está realizando con regularidad. La Unidad se encuentra funcionando y plenamente operativa”.

Por ello, y “como consecuencia del nombramiento de personal estatutario fijo para la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN), doce (12) trabajadores temporales se han visto desplazados por los candidatos que han adquirido plaza, extinguiéndose la relación estatutaria por la que trabajaban en dicha unidad”.

El ministerio apostilla que “a estos trabajadores se les ha ofrecido nombramientos temporales para mantenerlos en el Hospital, de los cuales cinco (5) lo han rechazado, y al resto no se les puede nombrar en estos momentos por encontrarse actualmente de baja médica, pero se les podrá efectuar un nuevo nombramiento en cuanto se reincorporen”.

Recursos judiciales

Fuentes consultadas por ECD apuntan, sin embargo, que los afectados por este “fin de nombramiento” son más de 12. Aseguran que eran unos 20 en la planta, entre enfermeros, auxiliares de enfermería, celadores y personal de laboratorio y rayos.

Un par sí se presentaron al proceso y consiguieron plaza. El resto recibieron la notificación de que se tenían que marchar. Algunos habría aceptado un contrato temporal que sólo cubre hasta este mes de enero.

Confidencial Digital ha podido saber que quienes se han quedado sin trabajo en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel han empezado a organizarse para recurrir. Varios han contratado abogados, y ya han interpuesto recursos ante la jurisdicción contencioso-administrativo, para tratar de anular esa “extinción” de su relación estatutaria.

Los recursos se centran en varios argumentos. El principal es que la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel forma una plantilla aparte del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, creada por el Ministerio de Defensa de forma independiente del hospital. Así lo entienden ellos, por su nombramiento y por otros documentos.

En base a ello, aseguran que el proceso de estabilización del personal estatutaria del Gómez Ulla no les afectaba. Entienden que si el Ministerio de Defensa pretendía cambiar su condición laboral, tendría que haber convocado un proceso propio para la unidad, en un proceso de estabilización paralelo.

Además, argumentan que se les tendría que haber avisado nominalmente de que sus puestos de trabajo iban a salir a un proceso selectivo. Por contra, consideran que el correo general que se mandó el 16 de junio no fue una notificación oficial en ese sentido, ya que no fue un aviso personal.

También subrayan que en su nombramiento no se contempló como causa de extinción el que se cubriera su plaza mediante un proceso selectivo.

Por todo ello, reclaman al juez que se les reponga en sus puestos de trabajo en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel.

Despedida la jefa de bioseguridad

Cabe señalar que ya en otoño de 2020 hubo una baja especialmente sensible en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel. El Hospital Central de la Defensa comunicó que su contrato había finalizado, a quien había sido la responsable de bioseguridad de la planta 22, Patricia Obregón, tal y como se reveló en estas páginas. El cese se produjo cuando España enfrentaba la segunda ola del coronavirus.

Obregón es licenciada en Biología, doctora en Biología Molecular y Bioquímica, y experta en bioseguridad. Fue contratada en 2015 para dirigir la bioseguridad en la nueva unidad de aislamiento frente a enfermedades infecciosas.

En 2019 se la apartó de ese cargo, pero continuó destinada en el hospital. Cuando estalló la crisis del coronavirus, llegó a comparecer como delegada del sindicato CSIF para pedir que se cerraran las fronteras de España. También formó parte del grupo de expertos que participó en el estudio de seroprevalencia que realizó el Ministerio de Sanidad en la primera ola del coronavirus.

Finalmente en otoño de 2020 fue cesada del hospital. Al considerar que el despido no estaba justificado, recurrió a los tribunales, el TSJ de Madrid avaló el cese -aunque la sentencia parece apuntar que estaba destinada en la Jefatura de Enseñanza-, pero la afectada ha acudido al Tribunal Supremo.

Meses antes, su hermana, la teniente coronel Ruth Obregón, había sido también apartada y cesada del cargo de jefa de Recursos Humanos del Hospital Gómez Ulla.

Militares y civiles cercanos a la teniente coronel cesada fueron apartados de algunos cargos, lo que vieron como una purga. También se iniciaron investigaciones (disciplinarias y judiciales) sobre contrataciones realizadas en la etapa de Obregón como jefa de Recursos Humanos, investigaciones que aún no se han sustanciado en ningún juicio ni procesamiento.

Cambios de mandos

Personal de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel apuntan que, en esa ocasión, a Patricia Obregón la cesaron y no le ofrecieron ningún contrato sustituto. Además, aseguran que su puesto fue eliminado de la plantilla orgánica, y que no podía ser sustituida, por la formación específica que ella acreditaba en aislamiento de alto nivel frente a riesgo biológico.

Tras el cese de Patricia Obregón, el Ministerio de Defensa afirmó que “las competencias en bioseguridad las desarrolla el Servicio de Medicina Preventiva y de Riesgos Laborales del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid”.

Poco antes se había marchado del hospital también la jefa del Servicio de Medicina Preventiva, la teniente coronel médico María Vicenta García Rosado, que había tenido un papel importante en la organización de la planta 22.

En su lugar fue nombrada la teniente coronel Elena Ballester Orcal, que aún actualmente continúa siendo una de las responsables de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel.

Por esta unidad han pasado ya numerosos oficiales (tenientes coroneles, comandantes, capitanes) del Cuerpo Militar de Sanidad, dentro de los cambios que se producen en el Hospital Gómez Ulla, lo que es uno de los motivos de queja del personal que hasta ahora integraba la planta 22.

Gripe A, zika, viruela del mono

Junto a la denuncia por su situación personal, por un “despido” que consideran irregular, entre los ya ex trabajadores de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel hay quienes alertan de que sus sustitución por 12 de los nuevos trabajadores estatutarios fijos supone un riesgo para la seguridad.

Denuncian que el nuevo personal que se está incorporando a la unidad en la planta 22 parte “de cero” en cuanto a conocimientos y experiencia en el tratamiento de pacientes infecciosos de alto riesgo biológico.

Subrayan que a ellos se les seleccionó en 2015, a algunos más tarde, específicamente para integrar la plantilla de la entonces recién creada Unidad de Aislamiento de Alto Nivel. Y desde entonces fueron formados y adiestrados para manejarse con enfermos con ébola, antrax, coronavirus y otro tipo de virus infecciosos.

En los siete años que muchos de ellos acumulaban de experiencia tuvieron que trabajar con pacientes infectados con todo tipo de enfermedades infecciosas: gripe A, tuberculosis, enfermedades multirresistentes como meningitis vírica, viruela del mono, zika, fiebre hemorrágica...

Con esta última enfermedad ingresó este 2022 una chica joven embarazada, por ejemplo.

Antes de la pandemia, en 2016, atendieron a un marinero de la Armada infectado con un tipo de coronavirus.

Entrenamiento en protocolos de actuación

Desde el inicio de la unidad, Patricia Obregón se encargó de elaborar los protocolos de actuación y de entrenarlos con el personal, ante todo tipo de situaciones.

La planta 22 cuenta con un ascensor directo desde el helipuerto del hospital, de forma que los pacientes infectados no contagien al resto del hospital.

Entrenaron la forma de ponerse y quitarse los diferentes equipos de protección individual (EPI), el traslado de los enfermos, la atención en las habitaciones...

Así, fueron combinando atención a pacientes con períodos de prácticas y formación. Iban a realizar un gran simulacro en 2019, pero se suspendió y poco después Patricia Obregón fue apartada de la unidad.

Esta doctora, según cuenta el personal de la planta, había ido elaborando numerosos protocolos para seguir en las distintas situaciones que se dan durante la atención a pacientes con estas enfermedades infectocontagiosas.

Cambiaban de unidades

Pero hace años comenzaron los conflictos con oficiales médicos del hospital. Algunas fuentes aseguran que algunos tienen desde hace años el empeño de “cerrar” la planta 22, o al menos, de acabar con su independencia.

Así que se produjeron cambios de gestores, y también ciertos movimientos que algunos afectados interpretaron como una forma de ir desgastando la unidad y provocando -como así ocurrió, señalan- que el personal se fuera marchando.

En los últimos años, pese a la situación de pandemia por el coronavirus, la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel ha estado cerrada en períodos muy amplios. Además, aseguran quienes trabajaban allí, se retiraron camas, ecógrafos, respiradores y otro material, para mandarlo a otras partes del Hospital Central de la Defensa.

El propio personal contratado para la planta 22 comenzó a trabajar en otros servicios. En teoría, se justificaba como una forma de aumentar su experiencia y adiestramiento, y por eso se les enviaba a Urgencias, a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y a otras. Pero los afectados aseguran que les utilizaban para cubrir vacaciones y vacantes en el hospital.

De fondo estaba la pugna, el debate sobre si la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel es una unidad independiente, aunque ubicada en el hospital e integrado en él, o si por el contrario es una parte más del Gómez Ulla, y por tanto su plantilla también es parte del Hospital Central de la Defensa.

Ex trabajadores de la planta denuncian que se está “desmantelando” la unidad de aislamiento con todas estas decisiones. Critican que haya permanecido cerrada la planta 22 incluso cuando han llegado pacientes con enfermedades infectocontagiosas, que eran tratados por el personal de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel, pero en otras plantas.

Por ejemplo, cuando se repatrió a los españoles de Wuhan, a principios de 2020, se les ingresó en la planta 17.

También se ha dado la situación contraria: que se haya reabierto la planta, tanto su zona A para infecciones no tan graves, como la zona de aislamiento de alto nivel, para ingresar a pacientes que no sufren alto riesgo biológico. “Han mezclado pacientes con Covid, junto a otros con VIH, y otras enfermedades”, aseguran.

Los períodos con la planta 22 cerrada tienen su coste, ya que se descalibra la presión negativa de las habitaciones y hay que gastar dinero en calibrarlas de nuevo.

Sobre el nuevo personal

Como se ha indicado, a todas estas quejas se suma la alerta porque el nuevo personal, esos 12 trabajadores civiles que según Defensa han sido destinados a la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel, no tiene la formación ni la experiencia que sumaban ya quienes llevaban siete años.

El Ministerio de Defensa asegura que este personal se encuentra realizando con regularidad su proceso de adaptación y formación, y que la unidad “se encuentra funcionando y plenamente operativa”.

Pero otras fuentes advierten que este nuevo personal no está en las mismas condiciones que los “despedidos” ante el hipotético escenario de que se produjera alguna crisis biológica en España que obligara a recurrir a la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel.

Aseguran que no tienen la experiencia, los conocimientos ni la formación que sumaron ellos durante años.

Citan, como peligros posibles, que llegue a España alguna cepa o mutación del coronavirus que ahora está causando estragos en China; y que se llegue a producir algún ataque de tipo bacteriológico en el marco de la guerra de Ucrania.

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