Protestas de militares de Tierra por los fallos de los nuevos chalecos antibalas: “Se rompen solos”

Las primeras unidades se han repartido a efectivos que despliegan en Letonia y Mali. Han detectado placas balísticas que no encajan, velcros que se parten, portacargadores demasiado pequeños...

Un militar del Ejército de Tierra con uno de los nuevos chalecos antibala (Foto: @tacticalporn).
Un militar del Ejército de Tierra con uno de los nuevos chalecos antibala (Foto: @tacticalporn).

Las quejas por el material de dotación es una constante entre cierto sector de las Fuerzas Armadas, quejas que incluso se han plasmado en el informe elevado por un general.

Pero el último caso es especialmente llamativo, porque se produce con un nuevo modelo de chaleco antibalas que se ha empezado a distribuir en algunas unidades del Ejército de Tierra, y que se esperaba que ofreciera mejores prestaciones que los modelos hasta ahora en servicio.

Confidencial Digital ha podido conocer que desde hace meses se van acumulando comentarios de miembros del Ejército de Tierra, y de expertos en material militar, que han visto, les han llegado referencias, o directamente al probado el último modelo de chaleco de protección balística que se está empezando a distribuir entre las unidades de Tierra.

El pasado 31 de mayo, el Grupo de Batalla de la OTAN en Letonia difundió en Twitter varias fotografías de un ejercicio en el campo de maniobras de Adazi en el que participaban militares españoles, del Ejército de Tierra, con vehículos TOA (Transporte Oruga Acorazado) y con un obús autopropulsado ATP M-109, la primera pieza de artillería pesada que España despliega en los países bálticos, vecinos de Rusia.

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En dos de las fotos publicadas se veía de cerca a sendos militares españoles, que llevaban chalecos antifragmentos y portaplacas -para placas de protección balística- de un diseño nuevo.

Esas dos imágenes comenzaron a circular, así como algunas otras difundidas por perfiles oficiales de las Fuerzas Armadas y de la OTAN, en la que se veía sobre todo a militares españoles destacados en operaciones como la de Letonia, o preparándose para desplegar en zona de operaciones.

Miembros del Ejército de Tierra y personas especializadas en el campo del armamento y la protección de militares y policías comenzaron a comentar los puntos positivos y negativos que habían detectado, bien por experiencia propia al haber recibido esos chalecos, bien por referencias de otras personas que ya los han usado.

Algunos elogios

Ha habido opiniones favorables, al menos en comparación con el modelo anterior, el más extendido en el Ejército de Tierra: no empuja el casco al tirarse al suelo, permite mayor movilidad, tiene un sistema de “suelta rápida”, para quitárselo de golpe...

Pero las experiencias negativas con los nuevos chalecos se están acumulando, según ha podido saber ECD por distintas fuentes militares.

 

Se están rompiendo

Uno de los problemas más llamativos es que, en los primeros meses de uso en algunas unidades del Ejército de Tierra, se están registrando casos de rotura de los chalecos.

Son varios los militares que aseguran que en sus respectivas unidades se han roto varios chalecos. Eso incluye a los miembros del contingente desplegado en Mali.

Estas prendas se rompen por distintos puntos. Circula una foto de denuncia de un grupo de militares que señala que, en menos de dos meses de uso “casi un 10% de los 100 entregados a la compañía” se han roto por las hombreras.

Las tiras elásticas y los velcros que unen por los costados la parte que cubre el pecho y la que protege la espalda también están dando problemas. Tras cierto tiempo de desgaste, se han roto varias en apenas semanas o pocos meses.

“Se desmonta”

El sistema de “suelta rápida”, alabado por algunos militares, también recibe críticas. Miembros del Ejército de Tierra que conocen los resultados de estas primeras remesas de chalecos repartidos lamentan que ese sistema provoca que el chaleco “se desmonte” demasiado a menudo.

Explican que con apenas quitárselo y cogerlo por una hombrera para transportarlo, el chaleco “se desmonta”.

Explican que este sistema de “suelta rápida” está pensado para la Infantería de Marina, que sí pueden tener mayor necesidad de quitarse el chaleco de golpe, si por ejemplo caen al agua, para quitarse peso de encima.

Pero en el Ejército de Tierra provoca problemas a los soldados que lo usan.

Las placas no caben

Otra de las deficiencias que han detectado algunos militares afecta a las placas balísticas. El problema es que las placas encajan con dificultad en el portaplacas. Eso provoca que las placas de protección contra las balas deformen el chaleco.

Este problema se está viendo en fotografías de militares que usan este modelo: la parte inferior trasera del chaleco se dobla y queda con una forma irregular con las tiras elásticas laterales.

Además, hay quien denuncia el peso de las placas termina rompiendo el chaleco.

Tallas y tamaños

Las tallas también están encendiendo la indignación de algunos militares, en cuyas unidades se han empezado a repartir estas prendas de protección.

La conclusión de varios militares es que está mal diseñado. Por un lado, apuntan que sigue estando sobredimensionado, con un tamaño excesivo que dificulta los movimientos.

Eso afecta sobre todo a la parte de los hombros, mientras que hay quien lamenta que, pese a ser grandes, la placa balística delantera queda muy baja y no cubre el tórax todo lo que debería.

Se quejan de que, siendo demasiado grandes, al mismo tiempo ciertas partes son demasiado pequeñas. Por ejemplo, los portacargadores no encajan bien a la hora de colocarlos en el molle, donde se sitúan accesorios para el combatiente.

Lamentan asimismo que para los soldados de menor altura las tallas que se les entregan son muy incómodas.

La sensación general que se está extendiendo entre militares del Ejército de Tierra es que estos nuevos chalecos tienen claros problemas de diseño, a lo que se añade una “mala calidad” de los material empleados para su confección. La combinación de ambos problemas provoca la incomodidad y finalmente que se desgasten y se rompan ciertos elementos de los chalecos.

Seguimiento para subsanar fallos

ECD se puso en contacto con el Ejército de Tierra, para preguntar cuántos chalecos de este modelo se han tenido que retirar por rotura o por otros problemas, y si se van a revisar futuras entregas de este contrato para tratar de evitar que unidades defectuosas se entreguen a los militares.

Desde el Cuartel General del Ejército explican que, “como en cualquier tipo de contrato que lleva a cabo el Ejército de Tierra para la adquisición de materiales, se realiza un seguimiento exhaustivo para que se ajuste a lo solicitado y se subsanen los posibles fallos que puedan existir”.

Añaden que “en el marco de seguimiento del contrato, se están arbitrando soluciones que serán de aplicación en próximas entregas”.

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