Los sindicatos quieren intervenir en las decisiones de las pymes que no tienen comités de empresa. Es una propuesta para la reforma de la negociación colectiva

Fuentes cercanas a la negociación, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, explican que la reclamación llevada a cabo por los sindicatos para la reforma de la negociación colectiva es “totalmente descabellada”. Con esta fórmula, los agentes sindicales podrían llegar a controlar a la masa laboral de las pymes. Un medida que sería rechazada y protestada, de inmediato, por pequeños y medianos empresarios.

Las mismas fuentes explican que esta propuesta fue planteada por los sindicatos en los días en que ambos interlocutores sociales quemaban los últimos cartuchos para alcanzar un acuerdo en tema de pensiones. En paralelo, representantes empresariales y sindicales comenzaron a poner las bases para la negociación de la reforma colectiva. Otra de las grandes reformas pendientes para la que el Gobierno ya ha puesto fecha a los agentes sociales: tiene que haber acuerdo antes del próximo 19 de marzo.

Pero el camino para el acuerdo no va a ser fácil. No es el único punto de desencuentro entre ambas partes. Los empresarios piden que los salarios no se fijen teniendo en cuenta los precios, sino la evolución de la competitividad de las compañías. “La inflación es una cosa y los incrementos salariales son otra. Los salarios y los convenios tienen que estar ligados a la competitividad y productividad de la empresa y a su situación, no a la inflación”, comentan altos cargos de la patronal.

Los sindicatos defienden la postura contraria. Consideran que el objetivo último de la idea de vincular los sueldos a la productividad es "recortar y devaluar los salarios". Tampoco entienden que se ponga en cuestión el modelo de determinación salarial español, que ha funcionado bien desde finales de los años 70 tanto en épocas de bonanza económica como de crisis.

Fuentes sindicales consultadas por ECD confirman que tanto UGT como CC.OO. continuarán apostando "por la flexibilidad interna en las empresas frente a las contrataciones precarias y a las facilidades para el despido que recoge la reforma laboral", lo que implicará, sin duda, una mayor participación sindical en el ámbito de la empresa.

Según las fuentes consultadas, los sindicatos prefieren ser “discretos” en el proceso negociador para “no enturbiar las conversaciones”. Además, precisan que en esta negociación “no todo es blanco o negro”, sino que la presentación de propuestas para el debate forma parte del propio proceso. “Lo que hoy es una propuesta, mañana puede dejar de serlo”, matizan.

De hecho, según estas mismas fuentes, entre los agentes sindicales se tiene la convicción de que “hay muy pocas posibilidades” de que esta petición salga adelante por el fuerte rechazo que va a encontrar entre los líderes empresariales.