A quién preguntan sobre las mascarillas ‘fake’: a Correos
Durante esta semana, Correos ha comenzado la distribución de decenas de miles de mascarillas de forma gratuita por los domicilios. El personal de la empresa postal se encarga de dejar en los buzones el paquete con una o varias unidades, dependiendo de las personas empadronadas en el hogar. El sobre incluye unas instrucciones básicas de uso.
Pero justamente, en los últimos días, se ha conocido que el Ministerio de Sanidad adquirió 2,1 millones de mascarillas del fabricante chino Garry Galaxy. Cientos de miles de ellas resultaron inservibles, y de ahí que hayan sido denominadas como mascarillas ‘fake’ por haber puesto en riesgo a los profesionales sanitarios que las usaron. Esa circunstancia ha provocado que se haya extendido entre la población el temor a que las protecciones que han recibido en sus buzones también sean defectuosas. De ahí que algunos de ellos hayan decidido acudir a las oficinas de Correos para consultar si las mascarillas que han recibido en sus buzones son útiles para evitar los contagios. La inesperada reacción de los usuarios ha sorprendido a los empleados de las oficinas postales, que no salen de su asombro y les remiten a las farmacias o los centros de atención primaria. Muchos de los trabajadores admiten que no saben qué responderles.
