El insólito caso del embajador de España en Marruecos y su permanencia

Ricardo Rubio / Europa Press
Ricardo Rubio / Europa Press

Los embajadores españoles no suelen mantenerse en el cargo más de cuatro o cinco años. Transcurrido ese periodo, el consejo de ministros cesa y sustituye al diplomático por otro candidato que considere más idóneo para el puesto.

Una decisión que no suelen tener prisa en tomar —pues algunos puestos son claves en la relación estratégica que España mantiene con países terceros—, pero que nunca se demora más de una legislatura, de forma habitual. Sin embargo, el embajador español en Marruecos va a cumplir ocho años en el cargo. Ricardo Díez-Hochleitner Rodríguez fue nombrado en 2015 y aún no tiene sustituto a la vista. Según ha podido escuchar El Chivato en ámbitos diplomáticos, son varios los acontecimientos que han condicionado esta situación.

La opción más habitual hubiese sido cesar en el cargo en 2019. Pero el país se sumergió entonces en un periodo de interinidad que complicó su relevo. Los gobiernos evitan hacer nombramientos de este calado hasta que comienza la nueva legislatura, dejando así dichas asignaciones a personas de confianza del nuevo Ejecutivo.

En abril de ese año se celebraron elecciones generales: motivo por el que el Gobierno se mantuvo en funciones desde inicio de año. No se alcanzó un acuerdo de investidura tras los comicios y España se sumergió en la segunda repetición electoral de su democracia. Tras las segundas elecciones —en noviembre de 2019— no se formó Ejecutivo hasta enero de 2020.

Apenas un dos meses después, España fue golpeada por la pandemia y todo se volvió a parar. No era el momento para hacer relevos: la situación era de emergencia y casi todos los países occidentales cerraron sus fronteras. La covid-19 causó estragos a todos los países del mundo durante dos años. Además, en diciembre de 2020, Marruecos rechazó todos los candidatos propuestos por España, por lo que el Gobierno decidió mantener a Díez-Hochleitner un año más.

Sin embargo, pocos meses después, en marzo de 2021, Melilla sufrió el mayor asalto de su historia. Miles de inmigrantes subsaharianos cruzaron la frontera con Marruecos y entraron en territorio español. Una situación que no se vivía desde la crisis de los cayucos de 2006 y que fue permitida por las autoridades de Marruecos —que controlan el paso fronterizo— en respuesta a la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali.

España entró en una grave crisis diplomática con el país marroquí y el relevo volvió a posponerse: la prioridad pasaba por arreglar unas relaciones que estaban casi rotas, y sustituir al embajador que llevaba siete años allí no era una opción sensata.

Durante el siguiente año y medio, España ha tratado de reconstruir sus relaciones con el país vecino. Pero no a tiempo para que se produjese el relevo. En mayo de este año España se sumergió en elecciones municipales que precipitaron un adelanto electoral al pasado 23 de julio.

Justo este verano estaba marcado en rojo: Díez-Hochleitner alcanzaba los 70 años, edad de jubilación de los funcionarios. Pero con un Gobierno en funciones y siendo un puesto estratégico, el Gobierno ha preferido no cesarlo y esperar a que se forme un nuevo Ejecutivo.

 

Video del día

Abascal: “Hemos asistido a un bochorno internacional de consecuencias incalculables”
Comentarios