Neofascistas españoles se congregan en la Embajada rusa para homenajear a Daria Dúguina
Desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia el pasado 24 de febrero, las estrategias rusas para la desestabilización del viejo continente no han parado de crecer. Como los chantajes con el gas a los países del norte de Europa. En estos ataques híbridos el campo político no ha sido ajeno a las estrategias del Kremlin.
Fuerzas políticas y movimientos de extrema izquierda y derecha, a lo largo y ancho de Europa, han tejido vínculos con el régimen de Vladimir Putin. El último ejemplo se escenificó recientemente en un simple tuit de la Embajada rusa en España.
El periodista Miquel Ramos, publicó en Twitter que Sandro Algaba, concejal no adscrito al partido neofascista Hacer Nación en el Ayuntamiento de Fernando de Henares, acudió a la Embajada de Rusia en Madrid para rendir honores a Daria Duguina, hija del ideólogo ultranacionalista Alexánder Dugin, fallecida en un atentado con coche bomba al que Moscú responsabiliza a los servicios secretos ucranianos. "Agradecemos a nuestros amigos españoles por su iniciativa de honrar con nosotros la memoria de la víctima del terrorismo periodista y activista política rusa Daria Dúguina, que falleció el pasado 21 de agosto", comentó la Embajada en su Twitter.
Alexánder Dugin fue uno de los promotores del odio étnico contra el pueblo de Ucrania, promovido a través de libros, manifiestos y conferencias. “Pienso que hay que matar, y matar y matar a los ucranios. No hay nada más que decir. Como profesor, así lo creo”, comento Dugin en una videoconferencia en 2014, el año que Rusia se anexionó la península ucraniana Crimea y comenzó la guerra la zona del Donbás, antesala de la invasión de 2022.
Una de las estampas más singulares del conflicto ha sido el apoyo de grupos de extrema derecha a las prácticas de Putin, el cual no ha dudado en hacer gala del imperialismo soviético a través de discursos e incluso banderas con la histórica hoz y martillo en los blindados y territorios conquistados en suelo ucraniano. Todo ello mientras Moscú abraza al neofascismo europeo en su intento de desestabilizar Europa mientras se sucede la operación de “desnazificación” de Ucrania.
