El PP se pone serio con las filtraciones
El líder del Partido Socialista, Pedro Sánchez, y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se reunieron este miércoles para abordar el primer encuentro de la ronda de contactos que tendrán los populares con el resto de formaciones. Con los ojos puestos en la investidura, los socialistas han rechazado la oferta realizada por Feijóo —facilitar su investidura con la promesa de convocar elecciones en dos años—, escenificando un nuevo desencuentro entre los dos principales partidos del país.
Pero PP y PSOE no discrepan en todo. Desde la celebración de las elecciones, ambos partidos han avanzado de puertas a dentro. Las negociaciones para pactar quién presidiría la Mesa del Congreso fueron más que a puerta cerrada. Durante días los socialistas negociaron con distintas fuerzas parlamentarias. ERC, Bildu o Sumar anunciaron que votarían a Francina Armengol días antes. Pero Junts per Catalunya, al contrario que el resto de partidos, no hizo público que apoyaría a la candidata socialista hasta última hora. Lo comunicó la misma mañana de la constitución de Las Cortes.
Nadie supo qué se negociaba, ni en qué punto se estaba; tampoco qué flecos se cerraron antes o cuáles llevaron más horas de conversación para terminar en acuerdo. Según ha podido escuchar El Chivato, ha sido una sensación compartida hasta en las más altas esferas de los medios de comunicación, que no recordaban semejante restricción de información y filtraciones. Mutismo total.
Al parecer, ahora es el turno del PP. El rey Felipe VI encargó a Feijóo aunar una mayoría para la investidura y en ello está el partido. Y los populares han copiado ahora esa máxima discreción que han mantenido semanas atrás en Ferraz. Una consigna que ha cortado el flujo de información a los periodistas, con la intención de proteger las negociaciones para evitar que puedan truncarse.
“Discreción”.“Vamos a ir con discreción”. Son dos expresiones que han utilizado las cúpulas de ambos partidos en las últimas semanas. Mientras tanto, los socialistas no han levantado el pie del acelerador: continúan trabajando para una futura investidura de Sánchez,pero siempre con el mismo sigilo. “No estamos comentando nada”, afirman desde otras formaciones progresistas.
