El graffiti como alternativa decorativa

Cuando hay que pintar un muro lo normal es pensar en una empresa de pintura y elegir el color más barato, pero por suerte ahora hay otras alternativas como pedir que nos pinten un graffiti.

Eso sí, siempre hay que contratar a una empresa de graffiti que aporte calidad al diseño, pues solo estas empresas son capaces de hacer un trabajo mural a medida que se ajuste a lo que les pedimos y sobre todo al entorno en el que va a estar por muchos años.

Se usan mucho como reclamo para negocios

Una de las mejores maneras de hacer que los clientes se fijen en nuestro negocio es mediante la pintura, y para ello nada mejor que un graffiti aprovechando la fachada o parte de ella.

Siempre llama la atención ver una pintura de este tipo, la cual embellece el entorno en el que se sitúa y da valor a espacios que en muchas ocasiones están algo degradados como ocurre en algunos barrios de las ciudades.

Aportan colorido, alegría y hacen que mucha gente se acerque a verlos convirtiéndose en una publicidad inmejorable que perdurará en el tiempo y que al final se convierte en una inversión rentable.

También es posible pintar en las clásicas persianas de cierre, e incluso hacer que cuando se baja la persiana ese fragmento de pintura se integre completando la que hay en la fachada.

Esta técnica también se puede emplear en interiores

Aunque siempre asociamos al graffiti con el arte urbano callejero, ahora las empresas que se dedican a hacerlos también se pueden pintar en interiores.

No es raro que los clientes pidan graffitis incluso con la idea de colorear habitaciones infantiles, pues hay pocas técnicas que puedan transmitir la alegría como esta, de manera que es de las mejores para los lugares en los que hay niños.

Por supuesto, también se puede decorar el interior de cualquier tipo de negocio con motivos asociados a él, algo que da una imagen muy joven y dinámica a estas zonas.

Cambia por completo los espacios degradados

En muchos entornos urbanos hay espacios especialmente degradados, casi siempre asociados a edificios antiguos con fachadas mal pintadas y la presencia de solares que no dan un buen aspecto.

Ahora se está usando el graffiti como manera de mejorar estos sitios, usando esas grandes fachadas desnudas como lienzo en los que hacer murales de gran tamaño que transforman esos sitios.

De hecho, en algunas localidades incluso se llegan a hacer una especie de museos al aire libre utilizando esta técnica, la cual consigue que comiencen a ir personas de otros puntos de la ciudad e incluso que se cree un cierto flujo de turistas cuando los murales se popularizan en las redes sociales.

El graffiti hace tiempo que dejó de pertenecer a una subcultura urbana para generalizarse y llegar al gran público. De hecho, ahora mismo podemos contratar a empresas y encargar que los hagan en nuestros negocios, tanto en interiores como en exteriores y se emplean cada vez más con la idea de mejorar zonas urbanas degradas a la que estas obras de arte dan valor.