Grupo Parlamentario de CiU, que insta al Gobierno a prohibir las concentraciones del 12 de octubre en Barcelona

El doce de octubre, fiesta de la Virgen del Pilar, es el día de la Hispanidad. De Buenos Aires a Nueva York, pasando naturalmente por Madrid y Barcelona y por cualquier ciudad donde haya una embajada, un consulado o un centro español, el día se celebra como lo que es, una fiesta. Y una fiesta que se vive precisamente con más ánimo festivo que político o reivindicativo. Ahora, el grupo parlamentario de CiU, pide al gobierno que se eliminen las concentraciones –poco concurridas, por lo demás- que en tal fecha se dan en Barcelona, con la alegación de que están llenas de personajes de extrema derecha. Puestos a prohibir concentraciones, imaginamos que también CiU optará por la desaparición de las ofrendas florales en la Diada, donde año tras año, los partidos no soberanistas reciben pitos, cuando no golpes. Pitos y golpes, eso sí, de extrema izquierda. Por lo demás, que un amerindio celebre la Hispanidad y un catalán la deteste es cosa curiosa. Guindilla a la desorientación nacionalista.