El empleo: La solución es de todos

Trabajo flexible
Un hombre teletrabajando.

El COVID-19 es una tragedia con un impacto devastador en la salud, en la economía y en el empleo, con una magnitud todavía desconocida y que se prolongará en el tiempo.

Patronal y Sindicatos han dado desde el inicio de esta crisis grandes muestras de responsabilidad, presentando al gobierno un acuerdo el pasado 12 de marzo (antes de la declaración del estado de alarma) con medidas para hacer frente a la alerta sanitaria. Documento que sirvió de base para el Real Decreto-Ley 8/2020 del pasado 17 de marzo, y que ha puesto a empresas y sindicatos a trabajar de forma denodada para llegar a acuerdos en las empresas.

Este citado consenso parece que terminó con las medidas que tomó el gobierno en el Consejo de Ministros de ayer y la publicación hoy del Real Decreto-Ley 9/2020. En momentos de tal gravedad, la responsabilidad de la Administración es ponerse a trabajar tomando medidas que atenúen el impacto de sus decisiones en el empleo y en la subsistencia de las empresas. 

Empresarios y sindicatos están viviendo momentos retadores. Se están tomando decisiones urgentes y de gran transcendencia en la que quizás es la situación más complicada e inesperada que se ha podido imaginar. Se están adaptando con rapidez y eficacia. No se han parado las empresas que se necesita que funcionen. En las que se han parado, se están llegando a acuerdos en los ERTEs con complementos salariales, se está retrasando la aplicación de suspensiones de contratos, se están tomando decisiones consensuadas, y, en resumen, se está mostrando un doble interés en que la economía y el empleo se vean lo menos perjudicados.

Además, en una muestra más de solidaridad y compromiso, infinidad de empresas están trabajando (cambiando sus modelos productivos) o realizando donaciones a la sanidad, para ayudar, en la medida de sus posibilidades, a suplir las carencias que se están mostrando.

No es momento de que los responsable políticos se muestren signos de que hay empresarios “malos” que están “despidiendo” para aprovecharse de una situación determinada. No es momento de que la Administración “amenace” diciendo que va a sancionar a quienes intenten aprovecharse de una determinada normativa (lo cual es su obligación, por cierto)… Es momento de estadistas, de personas que nos representen a todos (empresarios y trabajadores) y no buscar rédito político. Todos ahora tenemos una gran incertidumbre y, en todos, están incluidos “todos”.

Los políticos del ramo deben aparecer en los medios para decirnos los datos reales de lo que está sucediendo: ¿Cuántos ERTEs se han presentado? ¿A cuántos trabajadores afectan? ¿Cuántos nuevos parados hay inscritos en las listas del desempleo? No deben aparecer en búsqueda de contentar a sus “seguidores”.

Y, sobre todo, es momento de empezar a trabajar en qué se va a hacer el día después de que todo esto acabe… Porque, cuando se resuelva el problema sanitario, tendremos que ocuparnos del problema de la economía y del empleo.

 

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