Vox, Cataluña, y el recuerdo de Vidal-Quadras
El mérito de Vox en las elecciones del 14-F en Cataluña es unívocamente plausible para la formación de Santiago Abascal: 11/135 diputados, con 212.694 votos y un 7’7% de los sufragios, según el Departamento de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalidad de Cataluña. Es ahora cuarta fuerza, espacio tradicionalmente ocupado por el PP Catalán (PPC) hasta la X legislatura del Parlament (2012-15). Pero es que, aunque los medios han parecido olvidarlo, en las Autonómicas de 1995 el PPC llegó a ser, por primera vez, tercera fuerza parlamentaria con Alejo Vidal-Quadras, quien obtuvo 17 escaños –421.752 votos (13%)–, según el Histórico del Parlament.
Vidal-Quadras, quien desde el 2015 no milita en ningún partido –y que llamativamente apareció en campaña para apoyar a Alejandro Fernández–, fue uno de los fundadores de Vox (2013) junto con Abascal, quienes declaraban alimentar su partido con ex-militancia del PP (El País, 2014, 9 de mayo). Se puede decir así que la derecha más regresista tuvo muchos más apoyos en el pasado que lo que hoy suman en Cataluña Vox y los populares –14 escaños, 318.855 votos–. Muy distantes así de los logros de Vidal-Quadras, y aún más de los de Alicia Sánchez Camacho, quien logró para el PPC 19 escaños –471.681 votos (13%)– en el 2012.
No se puede así afirmar que la derecha nacional española esté fuerte en Cataluña, aunque menos aún aplaudir al resto: el partido triunfador representa hoy a un exiguo 12% del electorado –casi la mitad se quedó en casa, registrando la participación más baja desde 1980–. Es así que las cifras a las que ahora deberán reparar sus senyorias no serán tanto las electorales, sino las de los contagios, que a buen seguro devendrán de un 14-F donde se ha consentido la mayor insensatez sanitaria de la epidemia
