Consejos para elegir la silla de escritorio perfecta

Hoy en día cada vez son más las personas que pasan la mayor parte de su día sentada (bien trabajando, estudiando, realizando actividades de ocio como ver la televisión o jugando a la videoconsola, conduciendo…). Por todo ello, es imprescindible tener en cuenta nuestra postura y el lugar donde vamos a sentarnos, no ya por comodidad, sino por salud.

Así que nos hemos dejado asesorar por expertos posturales fisioterapeutas con la intención de que nos ayuden en la tarea de escoger las sillas de oficina que se adapten mejor a nuestras necesidades en relación con la ergonomía.

Diferencias entre comodidad y ergonomía

Para empezar, deberíamos tener claro lo que significa una silla ergonómica y cuál es la diferencia frente a otra que simplemente nos resulta cómoda.

En la actualidad, las sillas de oficina en las que trabajamos nos pueden resultar bastante cómodas, es decir, nos hace sentir confortables, descansados… Sin embargo, las sillas ergonómicas van más allá: están creadas para favorecer nuestro trabajo en la oficina.

Por lo general, estas sillas son más eficaces e incluso más cómodas que las sillas de oficina normales. Y es que dichas sillas se adaptan a quienes se sientan en ellas. Lo que de verdad pasa es que se adecua a nuestro cuerpo y a la posición propia en la que nos sentamos.

Como debería ser el diseño de una buena silla de oficina

Como hemos nombrado anteriormente, cada persona es distinta y no todas tenemos iguales necesidades o nos sentamos de la misma forma. Por lo que para lo que a alguien le puede parecer cómoda una silla, para otra no. Debido a esto, existen multitud de modelos a lo que a mobiliario de oficina se refiere. En el presente, podemos encontrar diferentes tipos en el mercado: sillas ergonómicas, sillas reclinables, sillas operativas…

Una silla de oficina “universal” debería ser adaptable, pero aun así, vamos a dar una serie de recomendaciones generales a tener en cuenta:

-Material: lo idóneo es que nuestra silla de oficina esté diseñada con materiales ligeros y a la vez resistentes que nos ayuden a desplazarnos fácilmente. También es importante que esté formada por un material transpirable e hipoalergénico.

-Asiento: es muy necesario que nos permita regularlo en altura, así podremos adaptar la postura del dorso con la mesa de oficina. Si se encuentra muy baja, podemos sufrir lesiones lumbares y, si está demasiado alta para nosotros, las que sufrirán serán nuestras vértebras. Además es importante el tamaño del mismo, que sea lo suficientemente amplio para que nos permita poder sentarnos en la parte del centro y que aun así contemos con espacio.

-Respaldo: otra parte importante a tener en cuenta. Debe ser adaptable a nuestra espalda y garantizar un soporte para nuestra área lumbar. Es recomendable que tengamos la posibilidad de poder ajustar la movilidad del respaldo.

-Apoyabrazos: nos deben ayudar a estar cómodos, permitiéndonos descansar los brazos e igualmente, sirviéndonos de descanso para antebrazos y codos. Además deben servirnos de apoyo para levantarnos y  aguantar nuestro peso cuando nos incorporamos. Es importante que nos decantemos por tipos que nos permitan regular la altura o su postura.

-Base: unas ruedas en la base nos ayudan a conseguir la comodidad deseada si queremos variar de posición o bien movernos en nuestro espacio de oficina. Es primordial que contemos con cinco puntos de soporte. Según el modelo, podremos cambiar estas ruedas a los distintos suelos: parqué, baldosa, moqueta…

-Reposapiés: en sí no es parte de la silla, sin embargo, también nos puede ayudar a adaptarnos a la posición correcta. Muy necesario que esté formado por materiales que no se deslicen.

Cómo debes sentarte en tu escritorio

La postura más adecuada para trabajar y pasar varias horas sentado frente a tu escritorio es con la espalda recta, descansada completamente sobre el respaldo de tu asiento, el mismo que debe adecuarse a la curvatura natural de tu espalda.

•    Las piernas deben permanecer rectas y los pies firmemente apoyados en el suelo.

•    Las manos descansando sobre el teclado o el ratón y los brazos rectos, y, si es factible, en el reposabrazos.

También es indispensable tomar descansos con frecuencia:

•    Variar de postura mientras estamos sentados.

•    Si puedes permitírtelo, camina de forma breve por tu zona de trabajo

•    Estira músculos

•    Relaja tus hombros

•    Conserva los codos próximos a tu cuerpo. Dóblalos de 90 a 120 grados.

Mantener durante mucho tiempo una mala postura, puede generarte una serie de consecuencias desagradables como dolor lumbar, dolor de cuello o de cabeza, delineación de huesos y/o músculos, incrementar la probabilidad de lesiones, reducir la flexibilidad…

En definitiva, invertir en la silla de oficina adecuada es toda una apuesta por el confort, por eso recomendamos acudir a expertos en el sector como KL1, ubicados en A Coruña, los cuales llevan más de 25 años vistiendo espacios de trabajo.