El contratante de la primera parte contratante

Archivo - El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez (d), recibe al presidente de Francia, Emmanuel Macron, en una cumbre celebrada en Alicante
Archivo - El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez (d), recibe al presidente de Francia, Emmanuel Macron, en una cumbre celebrada en Alicante

Es un clásico la frase de Groucho Marx analizando el contrato, mientras apuraba frenéticamente el puro, que iba a la par de su propia hiperactividad en dilucidar los arduos pactos y cláusulas establecidos en dicha negociación contradictoria digna de risa.

Lo mismo pasará este próximo jueves en la cumbre hispano-francesa, en que  Macron y Pedro Sánchez , quienes con ojos sorpresivos, más que las lechuzas, tendrán que contemplar el espectáculo conforme al acto institucional acudirá el Presidente de la Generalitat, y paralelamente en la calle se intentará sabotear el acto institucional por parte de Junqueras como líder también de ERC, con el supuesto único y loable  fin  dejar patente que el “proces” continua con excelente salud contra todo viento y marea, pese a que la otra parte contratante, el PSOE, ve que el barco hace aguas, pues tal proceder, no se corresponde con lo pactado, más tras quedar en evidencia ante todo el electorado español esperando las urnas, resultado de premiar a una  auténtica organización criminal sentenciada en firme.  Es decir, una de las partes, se desdobla y donde dice digo, dice Diego, como aquella otra famosa película de Kramer contra Kramer de Dustin Hoffman haciendo de padre y madre (en su jerga, sería de España y Cataluña) ante el aparente abandono por desamor de la primera. En definitiva, la aparente lógica de estos iluminatis, sería “matar dos patos de un tiro”, aprovechando que el Pisuerga (Macron) pasa por Barcelona.

 El caso es “liarla parda” para seguir ordeñando la vaca,  para saber si aún “tísica”, le pueden seguir sacando “leche” en las próximas municipales y así hundir al otro pretencioso ordeñador de Junts, cuya especialidad es “ordeñar a distancia”, sin habérselo currado, evitándose así todas las coces de la justicia y del talego que el sufrido Junqueras tuvo que pasar, eso sí, menos la huelga en el comer (propuesta por sus compinches), pues con las cosas de comer, sencillamente no se juega (otra cosa, es que fueran fondos públicos).

Ellos mantienen que no hay discordancia, pues “nada es verdad ni mentira, dependiendo en último extremo del cristal con que se mira”. Insisten que la incoherencia no es tal si es coherentemente reiterada, creando así la “posverdad” la cual habría que contemplarla como si puro arte moderno fuese, y que estuvieron promocionando internacionalmente de forma excéntrica (como hacía Dalí con sus cuadros) sin que apenas ningún estado, comisión o tribunal les reconociese esa nueva reciente creada patente de democracia callejera.

No hicieron cátedra sin duda en el rígido “statu quo” internacional existente, donde se estila la democracia indirecta, y no la directa tipo soviet que intentaban practicar desde la calle, (que era curiosamente la inicial diseñada por Rousseau), contraviniendo así también el previo pacto por el propio voto que habían efectuado a sus representantes, por lo que vuelve a reproducirse lo del” contratante de la primera parte”. No obstante, tantos redoblados románticos esfuerzos, sirvieron al menos para crear un precedente internacional, pues otros “demócratas callejeros” tomaron el relevo de lo que habían estado viendo durante más de un lustro en las calles de Cataluña, así vino el asalto al Congreso de Estados Unidos y recientemente el intento de asalto a los tres poderes en Brasil por ese nuevo fenómeno: “el populismo”, masas convenientemente manipuladas (como diría Ortega), prometiéndoles riqueza, ávidas de helados y crecepelos para calvos de ideas coherentes, ajenas a todo lo que representa el derecho y las normas de conducta civilizadas que nos habían dado históricamente los padres constitucionales como autentico hito de la humanidad, que fue lo único que evitó que el ser humano siguiera utilizando la fuerza y desparramar estéril  sangre para resolver sus conflictos.

Una comparativa de la gravedad de las tres revueltas callejeras (separatistas catalanes, trumpistas y bolsonaristas), nos indica claramente la mayor peligrosidad de la primera por diversos motivos: 1) Se hizo con traición a los principios, valores y normas constitucionales y desde dentro de las instituciones de manos de unos “tiranos” de libro (quienes como relataba el tratadista italiano del Renacimiento, podían ser tanto por llegar al poder por la fuerza, o por adulterar las normas de ese legitimo poder con fines impropios) y  cuyas máximas,- como ya relataban las Partidas de Alfonso X, y previamente Maquiavelo y los propios filósofos griegos- son:  a) Dividir al pueblo;  b) Empobrecer al pueblo – ya cumplidas-; 2) Siguen asaltando ahora los tres poderes del estado, alterando las leyes en beneficio propio de su propia casta (que no del pueblo que dicen falazmente representar,- razón entre otras por la qué  notoriamente,  ni llega a un 30% la población catalana que se preocupa de lo que hace la Generalitat ni el Parlament-);  3) Tiene el sello del “nacionalismo” con lo que el consiguiente riesgo que reflejó la reciente sangrienta  historia en aras a la supuesta raza, pueblo y lengua.

¿La democracia asesinará a la propia democracia? Es posible, “basta que proliferen los tontos útilesque será la mejor garantía para promocionar que se implante de nuevo la extrema derecha que en este contexto, tiene un extraordinario futuro, como balanza social reequilibradora que diría B. Pérez Galdós en “Fortunata y Jacinta” respecto a lo que aconteció tras la anarquía y desorden  de la Revolución francesa. Y ello, sería factible, en cuanto que trata de forma extraordinariamente laxa los ataques a la misma, con unos dirigentes políticos cada vez más profanos, aferrados a sus inmerecidos y cuestionados  privilegios de casta, a sus intereses particulares de partido, que no necesariamente se corresponden con los del estado, menos con los principios ni valores de las constituciones de sus propios estados que representan,  más concentrados en sacar beneficio económico propio, el cual  genera una intolerable corrupción que reflejan las reiteradas sentencias de los  tribunales; con falta de mínimo  carisma, reflexión y preparación previa, ajenos muchos al mundo real, intentando regular los mercados y la economía sin mínimas nociones teóricas académicas y a veces sin mínimo ni siquiera currículum laboral, decantándose más de forma visceral por sus particulares ideologías (a veces caducas y superadas) que por la verdadera gestión económica y efectiva redistribución de los recursos; gastando más energía en insultarse y en sus propios irrealizables sueños (caso los separatistas), o buscando simplemente el enfrentamiento y división social, incluso de género. En definitiva, todo menos resolver los problemas reales de la calle y el ciudadano para lo cual  exclusivamente fueron elegidos.

Resumiendo, y en esa línea de Groucho, hay que ser más coherente, pues no se puede ser gobierno y a la vez hacer de oposición, mezclar la realidad y ficción y así intentar alterar la sólida realidad,  que por suerte es más persistente y obstinada que la obcecación de ellos; pues como decía M. Fraga: “o se es chica, o carne”; o como dicen los franceses: “no se puede mezclar carne con pescado”, pues sino pasará lo de Jesús Gil con los árbitros, que la noche previa al partido,  les preguntaba en la habitación del hotel : ¿yegua o caballo? , ¡más ahora que está el VAR y después te pasan el penalti de “meter mano” en las urnas!

 

Video del día

Isabel Díaz Ayuso: El Dos de Mayo muestra un Madrid "resonante"
y una España que nunca se rindió
Comentarios