La noche jubilosa

Finalizada la jornada electoral y como era de esperar, "todos" los partidos, sin excepción, se dedicaron con aparente convicción y firmeza a proclamar los resultados como éxitos propios, cuestión que de no hacerse producido achacaban a la estrategia malévola o equivocada del "otro".

Normal, si bien sería exigible cierta autocrítica a quienes, con afán digno de mejor causa siguen distinguiendo a los hipotéticos votantes como ganado sin rumbo con el que se debe acelerar su educación y doma con mayor ímpetu.

Es mi opinión (aclaro no ser experto que viva de esto) que debiera analizarse el asunto por concurrir en estos últimos comicios hechos diferenciales sin precedentes, “por anormales", lo que intentaré explicar partiendo, como ya comenté en artículo anteriormente publicado que la elección por parte del Dr. Sánchez de la fecha es legal en tanto potestativa del presidente del gobierno, pero no legítima ética y moralmente por su aplicación torticera "marca personal del sujeto” por inferir, con total impunidad, en la libertad de movimientos de los ciudadanos en nueva e imaginativa versión de "pucherazo".

¡Ah!, se me dirá, nada que objetar siendo legal, ello al confundir legalidad con legitimidad en tanto la prioridad, si en verdad "esto" fuera una democracia sería facilitar al ciudadano el ejercicio en libertad de su microscópico y solo en apariencia derecho de poder manifestar su preferencia política. 

Y es que condenar a un alto porcentaje de ciudadanos a renunciar a la elección de fecha y lugar de unas vacaciones, (hecho social arraigado) debiera alumbrar una nueva forma de delito tipificada como "sadismo social” la acción contra quienes pagamos el sueldo y gabelas de este mandatario que, desde el día siguiente, comenzó bien protegido por las fuerzas de “su seguridad” y acompañado de su corte de amigotes y palmeros merecidas vacaciones en su caso sí, previamente programadas y pagadas por los mismos ciudadanos a los que negó este derecho y que desconocían si serían o no elegidos miembros de una mesa electoral teniendo contratado un pack vacacional (a posteriori parcheado) a los se anuló el "clima" de sosiego y equilibrio mental imprescindibles para discernir a quien "no otorgar" su voto.

Fue la fecha elegida que un perillán que entendía y todo indica así fue que podría favorecerle, regüeldo de perdedor tramposo en intento de doblegar la voluntad de millones de ciudadanos en tan especialísima y arraigada socialmente temporada estival, lo que insisto constituye una nueva y más sofisticada versión de pucherazo

Escuchar al Dr. Sánchez proclamar la victoria del PSOE en estos comicios lleva directamente a Orwell ante el cambio de sentido que desde siempre tuvieron las palabras que configuran el vocabulario, en definitiva del lenguaje. El espectáculo zafio de esa noche, por cierto bastante imitado por “otros”, intento de convertir la derrota en victoria, parafernalia en que no faltaron palmas, bailes y saltos de falsa euforia de toda una ministra de Hacienda en remedo penoso de las dignas bailaoras en las noches flamencas del barrio de Santiago de Jerez me llevó al punto de la depresión por confirmar las manos y cabezas en que están hoy la gobernanza de España y, peor aún, en las manos y cabezas que previsiblemente podrán seguir estando. 

Resultados cantados, también bailados como "victoria” de un PSOE que constituían tácito reconocimiento de una dulce derrota al dar por hecho que sería corregida con el concurso ignominioso de los enemigos de España, cánticos y bailes a los ojos de unos ciudadanos somatizados y mentes trabajadas durante décadas que han hecho de los mismos ovejas descarriadas en busca de pastor, para el caso nuestro nacional narciso, heraldo de la mentira y la impostura que ya no necesita seguir mintiendo en asunto del que se jacta abiertamente que, por la vía de los hechos, negociará con el partido liderado por el delincuente "Puigdemont", prófugo de la Justicia y cabeza visible del movimiento golpista de octubre de 2017, nada extraño viniendo de un individuo que cruzó tiempo ha “el Rubicón de la infamia" pactando leyes con los albaceas de unos terroristas asesinos, “ojo a esto”, de quienes fueron sus compañeros de partido.

El asunto es considerado como un "hecho normal" por parte de un elevado porcentaje de la población, cuestión que confirma que ser emocional es condición necesaria en los humanos normales, pero insuficiente para ser racional, no digamos por la ejecutiva de este remedo de partido político que bien podría tener la consideración de "secta" por inclusión en la misma de ministros desenterradores, hecho solo concebible en sujetos de mentes torturadas que engullen su propia bilis, incluso sus excrementos como formas de odio (coprofagia), cobardes que en vida de los desenterrados y en sus fantasías los hubieran ejecutado y enterrado nuevamente para disfrute de un nuevo desentierro.

Todo lo anterior y más todavía indican vivimos en un país cuya democracia ha sido suplantada por una "oclocracia" (gobierno de la plebe y la muchedumbre) donde la mayor parte de los medios afines, públicos y privados dedican horas y horas de gran audiencia a pasear a un anciano achacoso como si de un fenómeno de feria se tratase, un ser humano del solo se reconocen sus errores, defectos y pecados que fue Rey y Jefe del Estado de esta Nación, la misma en evidente descomposición y poblada por ciudadanos que aceptan de buen grado vivir en estado de infamia permanente por, entre otras razones, ser incapaces de guardar el recuerdo de vilezas anteriores muy recientes.

También digno de mención ha sido el resultado no previsto por el PP, partido en "concurrencia" (empresa dedicada al mismo negocio y clientela) con un PSOE en estos comicios marcados por el pucherazo ya comentado. El fracaso sobre sus previsiones ha sido, en mi opinión, debido también a la incompetencia o mala fe de su presidente el Sr. Feijóo por un relato que evidenciaba que “el mal estaba en los extremos”, comparando implícitamente a Bildu representante de en tiempos muy recientes asesinos etarras con VOX.

Debo aclarar no se ha enterar se trata de un partido legal y patriótico en unos fines que ciertamente le separan del PP por profundas diferencias, entre otras y fundamentales la Agenda 2030 y el Globalismo hoy imperante, cuestiones no menores que confirman se trata de partidos diferentes en objetivos que, sí o sí nos cambiarán la vida y no seguramente para bien. Un Sr. Feijóo, nacionalista gallego que algo tendría que decir, “entre otras cuestiones”, de la política lingüística de la región gallega que gobernó o de directivas que intentó imponer con cárcel incluida a quienes se negaban a vacunar contra el coronavirus.

Termino recordando la de siempre aceptada sentencia de los pueblos que admitido su derecho a equivocarse, tienen los dirigentes que merecen. Para desdicha nuestra, en estos tiempos de almoneda moral se va confirmando esto se ha invertido en tanto, son "nuestros sacrificados diligentes quienes estiman gobiernan un pueblo que no les merece.