Pegasus frente a grifos

Pegaso, en la mitología griega, era un corcel alado, inteligente, salvaje y mágico. Tenía el Don, de detectar el mal de forma innata, y solo los  jinetes  osados y nobles podían domarlo. Nació, cuando Perseo decapitó a la gorgora Medusa, brotando de su cuello. Posteriormente Belerofonte también logró montarlo,  gracias a usar una brida mágica que le dio Atenea, pero se volvió arrogante retando a los mismos dioses, y quiso aspirar a incorporarse al Olimpo aprovechando  el alado animal, pero éste, dándole una patada en la puerta de entrada, lo dejo fuera. En compensación a Pegaso, se le permitió vivir con las divinidades, otorgándole el don del rayo y el trueno, y una vez muerto, Zeus le otorgó su propia constelación en el firmamento.

  Los enemigos naturales de los pegasos, eran los “Grifos”: animales medio águilas y medio leones, que arrojaban tanto fuego como hielo por la boca, y  hasta podían causar maremotos y hacer temblar la tierra, de cuyo origen,  hay que remontarse a la misma Babilonia, siendo su principal función cuidar el vino (como luego lo  harían Baco y Dionisio en Grecia y Roma).

  Vemos que el actual “programa espía Pegasus”, tiene connotaciones simbólicas que ahora parece ser que están descubriendo los independentistas, quienes como los “grifos”, echan fuego, y hasta rayos y centellas  por la boca, en su clásico secular festejo de su derrota tras la osadía de intentar dar un golpe de fuerza sediciosa, en un pleno y autentico estado social democrático de derecho,  en aquella la 15ª mejor democracia mundial.

  Alegan los separatistas unos derechos fundamentales de tratados internacionales,  tales como la intimidad, la privacidad de las comunicaciones, igualdad ante la ley, libertad ideológica, inviolabilidad de las comunicaciones, protección jurídica de sus derechos vulnerados; derechos que siendo de primordial protección, son incorporados al derecho interno de nuestra propia constitución  a través del Art. 10.

  Es paradójico, puesto que esos mismos derechos, según el Tribunal Supremo, en el delito de sedición, por el que fueron condenados y posteriormente encarcelados sus líderes, en tal momento se los pasaron por el “forro” en un espantoso espectáculo y ridículo internacional en pleno S.XXI, que llevó a la sociedad catalana al borde del abismo, a un contexto un tanto similar al de 1936  donde no se respetó igualmente la propia constitución republicana de 1931. Una contundente aplicación del Art. 155 como lógica respuesta democrática, permitió anular la anarquía y restablecer la legalidad vigente, aunque no se pudo impedir la marcha más de 6.000 empresas y el deterioro consiguiente a todos los niveles – en especial de imagen de esa Cataluña que tanto “decían amar”, pero que como auténticos tiranos de libro,- ya relatados perfectamente desde la Grecia clásica hasta en las Partidas de Alfonso X-, se podría decir a lo Churchill: “Nunca tan pocos, causaron tanto mal a tantos”. O también notoriamente podría afirmarse: “nunca tan pocos beneficiaron a Madrid tanto en todos los siglos”. Y lo más esperpéntico del caso, es que aún persisten  en seguir  empobreciendo y dividiendo al pueblo que dicen que representan en su conjunto (cuando son clara minoría), por lo cual no es extraño, que más del 70% de la población catalana -más preocupada de la realidad cotidiana- sea notoriamente ajena a esas instituciones partidistas- en especial al Parlament-  ahora al exclusivo servicio de su particular persistente obstinada obcecación, que de continuar así, qué duda cabe, habrá que proceder a otra aplicación del Art.  155,  al menos en cuanto a  las transferencias de educación y fuerzas de seguridad tan políticamente manipuladas.

  No solo eso, sino que quienes nuevamente dicen ser los damnificados en esa patética actuación de “hipócritas” (que deriva del griego actores), resulta que algunos en su día fueron investigados por realizar exactamente las mismas prácticas que ahora denuncian, es decir, espiar a rivales políticos, abogados, constitucionalistas…. ¡Será el efecto Karma posiblemente!.

  Pero es más, hace unos años, salió a la luz que la práctica totalidad del primer mundo,  estaban siendo  espiados, de lo cual no se libraba casi ningún líder político  mundial, y que nos hizo recordar la famosa novela “1984” de Orwell, óptica visionaria histórica que se cumplió con milimétrica exactitud, pues en tal año, empezaron las grabaciones en los bancos, y en ese preciso año,  un operario de cámaras de la ciudad de Lugo,- manipulando la cámara de la muralla-, grabó una pareja en actos de intimidad en su habitación de un piso próximo. Del espionaje internacional, nadie se escandalizo, ni incluso la Sra. Merkel, quien vino más o menos a reconocer, que ellos hacían lo mismo. Si ello se hace con ciudadanos normales, imagínense que harán con los rarillos,  especiales o delincuentes comunes, cuya única agenda es alterar el orden constitucional.

  ¿A qué viene pues tanto circo y comedia de tales notorios inmaculados conciudadanos espiados?- verdaderos campeadores de la legalidad y legitimidad presente-. ¿De qué se queja la flor y nata de la mejor  caballería andante, de que no se cumplen los supuestos  cánones de la caballería?.¿Dónde está el supuesto delito y la gravosa ofensa a sus derechos?,- ahora si reclamando deberes antes ignorados y pisoteados por ellos mismos-. Eso sería más o menos el mensaje que recientemente en sede parlamentaria les lanzó la Ministra de Defensa, ante lo cual, como excelentes conciudadanos, rasgaron sus vestiduras.

   ¿Tanto celo constitucional les ha entrado de sopetón? ¿Qué aguijón les habrá picado como diría Pablo? ¿ Pretenderán “regalizar” la pretendida legalidad que antes atacaron y negaron antes de cantar siquiera el gallo? Supongo que estarán sumamente cabreados, pues han descubierto que sus pretendidos salvadores y financiadores israelitas (al margen del también sueño ruso), son precisamente los que han puesto los medios técnicos para grabarles, pues a Israel pertenece precisamente dicha compañía “Pegasus”. La realidad, a diferencia de los sueños, que sueños son,  es cruel sin duda; y a la próxima, seguro que no confundirán valor con precio,  pues habrán descubierto que la vida es puro teatro como diría Calderón.

  Lástima que no hayan puesto tanto celo en su día para preservar el derecho de libertad de expresión que tanto exprimieron y  prostituyeron, empleándolo para manipular al pueblo, sin tener en cuenta los “limites” y “limitaciones” que el mismo exige,- al igual que el resto de derechos fundamentales que también con tanta alegría reiteradamente pisotearon-. Tenían que haber escuchado mejor la máxima de Tarradellas: “En política, se puede hacer de todo, menos el ridículo”. No contentos con la sedición, empezaron el “Tsunami democrático”, y ahora, con contactos ahora mafiosos externos, estos son los resultados: más ridículo, más investigación, más perjuicio en definitiva  para Cataluña.

   Legalmente como siempre, lo tienen complicado, razón por la que el derecho y los tribunales no son precisamente el pendón ni su  fuerte en  sus expectativas involucionistas. Como todos los países democráticos, España tiene sus servicios de inteligencia, -algunos catalogados como los mejores del mundo-, según han reconocido recientemente los propios israelitas. Y uno de los deberes principales, es precisamente investigar a todo “agente” que represente un peligro potencial y real  para la seguridad nacional e integridad territorial. Ello es razón suficiente para atenuar derechos fundamentales, no sin supervisión judicial naturalmente, en este caso por un Magistrado especial del Tribunal Supremo, quien velará por el “Balancing” de los derechos en conflicto, y obviamente en este contexto, y con estos antecedentes de los supuestos perjudicados, y en las actividades que estaban o están implicados (pues persiste el disparate del desafío), es fácil imaginar  el resultado y desenlace final. No ociosamente, los talibanes y los nacionalistas, son precisamente el foco de principal atención de las principales agencias de inteligencia internacionales.

  ¿Qué pretenden entonces? Varias cosas. Primero: revolcarse en lo que son auténticos campeones: “el victimismo”. Segundo: Intentar lograr más adeptos, pues no por nada en las últimas elecciones perdieron la friolera de más de 700.000 votos, pues la gente de buena fe, -pese a la negligencia del propio estado central en no explicar que es y cómo se cambia una constitución-, vieron finalmente “el plumero” a esos temerarios aventureros políticos. Tercero: Intentar de nuevo hacer una  campaña internacional para mostrar al mundo, donde se vea que, como peculiares colonos oprimidos, sus indignos políticos, cobran más que el mismo presidente del Gobierno; intentando así  “ ilustrar al mundo” de ese peculiar acoso colonial,  a través de unas embajadas ( meras casas regionales en derecho internacional)  con millones de euros de gasto, aun a costa de restar preciosos recursos a las imperiosas necesidades de sus sufridos gobernados( sanidad, asistencia social, educación, pobreza infantil….), -actividad que es susceptible de volver a encuadrar criminalmente en el delito de malversación pública- Cuarto: Intentar sacar alguna tajada para emplear como objeto de nulidad en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, argucia esta, que no les servirá para nada, más habiendo visto las dos precedentes resoluciones de dicho TEDH, conforme, sabían de la ilegalidad del referéndum, y aun así incumplieron sus obligaciones “delegadas”por la Constitución española. Quinto: Hacer que gestionan algo, que no sea lo de siempre, pero que termina siendo lo mismo, “lo suyo y lo de ellos”. Sexto: Mirar si con ayuda del propio gobierno (coalición podemita) pueden aspirar en la Comisión parlamentaria, y así acceder a secretos del Estado, es decir, “meterse digamos entre las gallinas”, para ver donde se ponen los secretos huevos, y descubrir por fin, como se hacen las tortillas sin romperlos, pues por esa impericia anterior, algunos de esos demócratas” callejeros”, sufrieron el “talego”.