Hipoteca fija o variable: diferencias y cuál debería elegir

Es necesario conocer en qué consiste cada una de estas alternativas y entender en qué se diferencian

Hipoteca.
Hipoteca.

Dar el paso de comprar una vivienda es uno de los momentos más importantes en la vida de una persona. Supone un gran cambio personal a todos los niveles, ya que no solo se comienza a disfrutar de un hogar en propiedad, sino que generalmente se comienza a estar ligado a un préstamo bancario, que tiende a tener una duración aproximada de entre 15 y 30 años. Es decir, a partir del momento en que se formaliza una hipoteca y se comienzan a abonar las cuotas, hay que tener en cuenta que el préstamo se debe ir devolviendo de manera constante cada mes.

Ahora bien, encuentras la casa de tus sueños, el precio encaja en lo que buscas y te decides a solicitar una hipoteca. Llegado este momento, la pregunta que te tienes que plantear es: ¿es mejor, en mi caso concreto, solicitar una hipoteca a tipo variable o pedir una hipoteca a tipo fijo?

Diferencias entre una hipoteca variable y una hipoteca fija

Antes de pasar a analizar si la mejor opción es una hipoteca variable o una hipoteca a tipo fijo, es necesario conocer en qué consiste cada una de estas alternativas y entender en qué se diferencian.

En primer lugar, una hipoteca fija o hipoteca a tipo fijo es un préstamo ofrecido por una entidad bancaria para la adquisición de una vivienda en el que se establece un contrato de devolución del mismo en el que las cuotas están determinadas mediante un tipo de interés fijo, como su propio nombre indica. De este modo, las cuotas mensuales se mantendrán invariables a lo largo de la duración del contrato hipotecario.

Las grandes ventajas de una hipoteca de tipo fijo son la estabilidad que ofrece a los solicitantes, ya que hace posible tener un mejor control y llevar a cabo una mejor planificación del presupuesto mensual. Otro de los grandes beneficios que ofrece este tipo de préstamo es la seguridad que otorga, dado que no es necesario estar pendiente de los posibles cambios que sufra el euríbor para determinar la cuantía de las cuotas mensuales de devolución.

Aunque por otro lado, las hipotecas fijas también tienen asociados algunos inconvenientes, como por ejemplo el establecimiento de cuotas más elevadas o una comisión por amortización anticipada más elevada.

Por otro lado, encontramos las hipotecas variables o a tipo variable, que determinan aquellos préstamos hipotecarios cuyo tipo de interés se mantiene variable a lo largo de la duración de todo el contrato; si bien es cierto que algunas entidades ofrecen un periodo inicial fijo, pasado el cual aplican el tipo variable. De este modo, la cuantía de la cuota mensual de la hipoteca depende de la variación del tipo de interés que, a su vez, depende de un índice de referencia al que se encuentra ligado, generalmente el euríbor a 12 meses, al que se añadirá un diferencial lo que hará que la cuota varíe durante ese periodo.

La gran ventaja de este tipo de préstamos hipotecarios es que pueden llegar a ofrecer cuotas más baratas. Aunque esto a su vez lleva consigo ligada alguna desventaja y es que si el euríbor o el índice de referencia al que se encuentre ligado aumenta, las cuotas pueden llegar a ser más costosas. Además, esto deriva en una incertidumbre constante, ya que no se sabe en qué momento puede cambiar el tipo de interés y, por ende, el valor de la cuantía a abonar. Las fluctuaciones del euríbor, tanto al alza como a la baja, son vigiladas de cerca por muchos hipotecados, ya que el importe a pagar dependerá de esta evolución, cuando se produzca la revisión de la hipoteca, que suele ser anual  o semestral.

Ahora que ya se conocen las definiciones y las ventajas e inconvenientes de los dos tipos de hipotecas, se puede establecer que las diferencias entre ambas son las siguientes:

 
  • La cuota mensual de una hipoteca fija se mantiene constante durante la duración del contrato del préstamo, mientras que las cuotas de una hipoteca de tipo variable cambian en función del índice de referencia.

  • Una hipoteca fija, al conocer en todo momento la cuantía a pagar de manera mensual, ofrece más seguridad y tranquilidad; mientras que una hipoteca variable genera más incertidumbre.

  • Por lo general, las cuotas de una hipoteca fija tienden a ser ligeramente superiores a las de una hipoteca de tipo variable, aunque si el índice de referencia aumenta en exceso, estas segundas pueden llegar a sobrepasar las anteriores.

Cabe destacar, a pesar de que en España no suele ser una opción muy común, la existencia de un tercer tipo de préstamo hipotecario, las hipotecas mixtas, que combinan las cuotas fijas durante los primeros años de contrato (generalmente de diez años) con un préstamo de tipo variable en los últimos años, estando igualmente referenciadas a un índice más el diferencial. La diferencia con la hipoteca variable suele radicar en el periodo de aplicación del tipo inicial.

¿Cuándo te conviene una hipoteca fija o variable?

Ahora bien, la pregunta más importante que una persona se debe hacer antes de solicitar un préstamo hipotecario es qué tipo de interés es el más recomendable para cada caso concreto. Entre los aspectos principales a tener en cuenta para tomar esta decisión destacan los siguientes:

  • La situación del euríbor durante los últimos meses, dado que esto puede dar una idea de la tendencia que seguirá este índice de referencia en adelante.

  • La situación económica del solicitante. No solo los ingresos actuales y el dinero que se pueda tener ahorrado determinan el tipo de interés que mejor encaja en cada caso, así como la duración del préstamo y la cuota; sino también las expectativas y la proyección que se tienen a nivel laboral.

  • También es importante tener en cuenta la cantidad de capital que la entidad bancaria otorga para el préstamo hipotecario, ya que de ello depende también la cuantía de las cuotas mensuales a abonar.

  • Las condiciones de la hipoteca, que determinan la cantidad total que será necesaria devolver a la entidad bancaria, incluyendo tanto el préstamo como las comisiones y demás gastos asociados a la hipoteca.

  • El plazo de amortización de la cuota también es un aspecto sumamente importante a tener en cuenta, ya que en nuestro país la mayor cantidad de intereses se abonan al principio, por lo que la cantidad de tiempo en la que se desea devolver el préstamo puede ayudar a determinar si la mejor opción es una hipoteca de tipo fijo o una de tipo variable.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, puedes determinar que hipoteca es la mejor opción para ti en función de la incertidumbre con respecto a las fluctuaciones del índice de referencia que estés dispuesto a asumir así como la capacidad financiera que tengas en el momento de la contratación de la hipoteca y la que preveas tener en un futuro.

Aunque tal y como se comentaba anteriormente, lo importante es analizar cada caso concreto teniendo en consideración todas las variables disponibles.

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