Almuerzos en Madrid y visitas a Corella: la sorprendente amistad entre José Blanco y Miguel Sanz ha sido clave para el entendimiento UPN-PSOE

La situación política en Navarra ha tenido en los últimos tiempos un papel muy relevante en el conjunto del país. Desde hace dos años, José Blanco y el presidente navarro, Miguel Sanz, cultivan una estrecha amistad que les lleva a reunirse en Madrid y en Navarra.

Los inicios de esta amistad hay que remontarlos al año 2007, después de las elecciones navarras que amenazaron con desalojar a Miguel Sanz del poder a favor de una coalición de gobierno entre los socialistas navarros y Nafarroa Bai.

En un acto social en el Congreso de los Diputados coincidieron entonces José Blanco, Miguel Sanz y el veterano ex-diputado navarro Jaime Ignacio del Burgo. Por entonces, la opinión unánime daba por seguro el pacto PSN-NaBai. A propuesta de Sanz, del Burgo se acercó a Blanco para preguntarle si en el PSOE aún estaban dispuestos a mantener conversaciones sobre el gobierno de la Comunidad Foral. Blanco accedió y dio cita al día siguiente a Miguel Sanz en Ferraz. Tangencialmente, Jaime Ignacio del Burgo había contribuido así a desencadenar lo que con el tiempo iba a ser su separación de Unión del Pueblo Navarro.

¿Cómo es que Blanco y Sanz dieron tan bien? Algunos lo explican con el siguiente argumento: ambos son hombres de orígenes no humildes pero sí modestos, ambos son hombres que se consideran hechos a sí mismos y que han llegado por sí mismos a la cumbre; ninguno de los dos tiene una cualificación académica acorde a su posición. Tanto Blanco como Sanz eran personas de los que no se esperaba una ejecutoria tan brillante: en su época de senador, Blanco era objeto de las bromas ajenas y de Miguel Sanz siempre se han comentado rasgos curiosos de carácter como su incomodidad ante gente muy cualificada –médicos, por ejemplo- y una llaneza en ocasiones lindante con la brusquedad, que en principio indicaba rectitud de temperamento.

Desde su encuentro inicial, Blanco y Sanz han estrechado tanto su amistad que ambos comen juntos en Madrid cada vez que Sanz viaja a la capital y el presidente navarro ha invitado a Blanco en repetidas ocasiones a la casa que tiene en su pueblo natal, Corella.

La amistad entre Blanco y Sanz ha tenido sus repercusiones políticas. Según fuentes de toda solvencia consultadas por El Confidencial Digital, Blanco y Sanz llegaron al siguiente pacto tácito: el PSOE dejaría el gobierno navarro en manos de Sanz siempre que Sanz rompiera el pacto que unía a UPN y PP. Ambos extremos sucedieron. UPN apoyó los últimos Presupuestos Generales del Estado, dinamitando así el pacto mantenido con el PP desde 1991 y provocando, entre otros efectos colaterales, la salida de UPN del histórico del Burgo.

Hoy, el entendimiento PSOE-UPN sigue más vivo que nunca: el único diputado de UPN en el Congreso, Carlos Salvador, no votó en contra de ninguna resolución socialista en el debate sobre el Estado de la Nación. Finalmente, ha sido con Blanco, aunque con promesa previa de Zapatero, que se ha conseguido firmar el acuerdo para llevar el AVE a Navarra. Y Blanco ha dejado el control del PSOE en manos de Leire Pajín a excepción de la federación Navarra, como adelantó ECD aquí.

 

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