Perfil político y humano de Valeriano Gómez, el miembro más desconocido del nuevo Gobierno: dos días antes dijo que no quería ser ministro “porque te queman vivo”

El nombramiento de Valeriano Gómez como nuevo ministro de Trabajo ha colocado en el primer plano a un personaje hasta ahora casi en la sombra, hasta el punto de ser el miembro más desconocido del nuevo equipo formado por Zapatero. Y lo cierto es que no tenía ninguna gana de ser ministro.

De entrada, el anuncio de su nombre provocó unas primeras críticas, por haber aceptado el nombramiento estando en contra de la reforma laboral, como se demostró con su presencia en la manifestación sindical del 29 de septiembre. Algunos hasta han hablado de oportunismo o de esquizofrenia. Las cosas, sin embargo, han sido de otra manera muy distinta.

El Confidencial Digital ha tenido acceso al perfil político y humano que, personas que le conocen muy bien y desde hace años, trazan de Valeriano Gómez, el ministro más desconocido del nuevo Gobierno. Estos son sus apuntes:

-- Economista, 50 años, jienense, militante de UGT, Valeriano Gómez está muy curtido en afrontar encargos envenenados y de todos ha salido vivo.

-- Muy trabajador, discreto  y poco conocido, tiene mucha “mili”, además de una cabeza bien  amueblada: es probablemente de los dos o tres economistas que hay en España que “se saben de verdad” el mercado laboral.

-- Gómez no tenía ningún interés en ser ministro. Ninguno. Vivía muy cómodo como profesor de la Fundación Ortega y Gasset, y había dicho hasta hace dos días que no quería volver a la política de primera fila, porque  “te queman vivo”.

-- Salió escaldado de su cargo de secretario general de Empleo, con el ministro Jesús Caldera en Trabajo.

-- Sólo la fortísima presión de Zapatero, su sentido de la disciplina, y la convicción de que podía ayudar a salvar el abismo entre el Gobierno y los sindicatos le ha llevado a aceptar.

-- Ha sido muchos años asesor en la sombra de la UGT y del PSOE. Trabajó en las cocinas de la UGT, del PSOE y en los gobiernos de Felipe González. En el partido socialista ha hecho de ‘bombero’ varias veces, siempre con éxito.

Liquidó la cooperativa PSV

 

-- Como asesor en Trabajo, de ministros como Chaves y Griñán, le tocaron marrones como liquidar cooperativas laborales en ruina, y hacerlo sin escándalo.

-- Tuvo que resolver la quiebra de la PSV, la cooperativa de viviendas de UGT fracasada.

-- Como administrador judicial de la PSV, terminó las viviendas, cerró la cooperativa y ganó el juicio por estafa contra la PSV y la UGT instado por los cooperativistas.

-- El Tribunal Supremo exoneró a la cooperativa y a la UGT de toda responsabilidad, aunque condenó como responsable del escándalo al gerente, Carlos Sotos, por negligencia en la gerencia, a dos años de cárcel, que no cumplió por no tener antecedentes penales.

Relación con los sindicatos

-- Ha sido elegido por Zapatero porque, desarrollar la reforma laboral y reformar las pensiones, requiere un hombre que se entienda con los sindicatos y conozca bien a la patronal.

-- Gómez fue secretario general de Empleo dos años, con el ministro Caldera, y es el autor de la reforma laboral del 2006- “Tiene muy calados a los agentes sociales”, según sus antiguos colaboradores, y muchas tablas para manejarlos. Durante esos años se empleó a fondo en el diálogo social, en jornadas interminables, con una paciencia y correa infinita.

-- Reúne la ciencia y la determinación necesarias, es muy disciplinado.

-- Aunque es militante de UGT no se va a quitar el traje de ministro y, si tiene que tensar la cuerda, la tensará.

-- La duda es si Zapatero le dará la autonomía necesaria para desarrollar la reforma laboral y de pensiones sin que se encabriten los sindicatos o la patronal se encastille.

-- “Valeriano, arregla el diálogo social, tú conoces bien a todos estos: ya los has lidiado”, parece que fue el encargo de Zapatero.

-- Gómez es considerado por los agentes sociales una excelente  persona, inteligente, dialogante, pero con carácter. A los dos años de estar con Caldera discrepó del ministro (regularización de inmigrantes descontrolada, cesión ante Solbes por el Salario Mínimo), cogió la puerta y se marchó.

-- Eso sí, alegó cansancio y que había cumplido su cometido. Jamás se va dando portazos ni deja mal a su sindicato y su partido. Tiene la disciplina y la lealtad metidas dentro.

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