Políticos que han quedado relegados a un segundo plano buscan refugio en ‘think tanks’ españoles: es el caso de Jordi Pujol, Alfonso Guerra, Carod-Rovira o Narcís Serra

Son varios los políticos ‘de peso’ que en los últimos años han pasado a un segundo plano y que han encontrando en la creación, presidencia y gestión de los más de treinta ‘think tanks’ registrados en España una salida profesional alternativa.

Es el caso de ex presidentes de Gobierno como José María Aznar (FAES) y de  políticos con una larga trayectoria profesional en su haber, entre los que destacan Jordi Pujol  con la institución que lleva su nombre o Francisco Frutos Gras, quien dejó la presidencia general del Partido Comunista Español se dedica ahora a dirigir la Fundación de Investigaciones Marxistas.

 

Hay otros, como Alfonso Guerra, que hacen ‘doblete’ como presidente de la Fundación Sistema y de la veterana Fundación Pablo Iglesias.

En esta lista se encuentran nombres como el del jesuita José María Martín Patino, fundador de la Fundación Encuentro, que acompaña a varios intelectuales de la talla de Mario Vargas Llosa o Fernando Savater en este particular elenco de directores y presidentes de los centros de pensamiento españoles.

No obstante, sorprende la inclusión en este listado de organismos como el Instituto de Asesores Fiscales o de la fundación de las cajas de ahorros, Funcas. Otras instituciones que comparten con ellas el apartado del intelectualismo económico o empresarial son el Círculo de Empresarios o el veterano Instituto de Estudios Económicos de Arturo Gil y Juan Iranzo

“Es importante señalar quién se encuentra detrás de todos estos centros de pensamiento”, aseguran los responsables dela guía ‘Think Tanks en España’, a la sazón Marta Tello, Javier Paniagua y Andrés Ollero. De reciente publicación, la guía identifica treinta de estos centros de pensamiento en el mapa español.

Todos ocupan cargos de responsabilidad en la Fundación Ciudadanía y Valores, incluida en esta primera guía de think tanks como una institución para la “defensa e impulso de los Derechos Humanos, el pluralismo, el diálogo y el rigor en el trabajo”.

Este manual repasa los orígenes y evolución del término ‘think tank’, acuñado durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se conocía por este nombre a los locales o recintos cerrados en los que científicos y militares se reunían para debatir asuntos estratégicos.

No obstante, las traducciones de la acepción inglesa al español arrojan otros datos sobre la labor que realizan estos centros. Así, el diccionario de la RAE los denomina ‘laboratorios’. Lo que queda claro es que el fin último de estas asociaciones es convertirse en “centros de producción intelectual”, resume Tello.

 

“Los think tanks definen problemas, exploran nuevos campos, son capaces de influir en las clases dirigentes a través de la elaboración de soluciones alternativas y de la movilización de la opinión pública” resumen así la función realizada por estos organismos en España.

Tal y como recoge este manual, al que ha tenido acceso El Confidencial Digital, muchos de los centros incluidos en la guía “tienen una influencia limitada y siguen siendo desconocidos, tanto para el ciudadano medio, como para los políticos, sociales y económicos de nuestro país”.

El listado comprende 31 instituciones, en su mayoría fundaciones, entre las que se encuentran algunas tan dispares como la Fundació Catalunya Oberta, Fundación Internacional para la Libertad, el Instituto Europeo del Mediterráneo dirigido por José Montilla y Bernardino León o la propia Ciudadanía y Valores.

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