Presiones de Rubalcaba y Valenciano al ex ministro Valeriano Gómez para que acepte ser candidato a la secretaría general del PSM frente a Tomás Gómez
El exministro de Trabajo Valeriano Gómez se debate entre dos fuegos. Por un lado, la presión desde Ferraz, y más en concreto de Alfredo Pérez Rubalcaba, para que acepte ser candidato a la secretaría general del PSM. Y, de otro, la insistencia de su entorno familiar y de sus amigos para que diga que no.
La apuesta por Valeriano Gómez como candidato tiene origen en su vinculación personal con Rubalcaba y con Elena Valenciano, para los que trabajó a fondo en el Congreso de Sevilla, pero también en que, por su historia y condiciones, lo ven con opciones para ganar y así meter en cintura al siempre conflictivo PSM, ahora en manos de Tomás Gómez.
El ex ministro de Trabajo ha dicho una primera vez que no, y la segunda que está a disposición del partido por disciplina. La propia Elena Valenciano, ‘número dos’ del PSOE, le ha halagado en público por sus cualidades como “un buen candidato”, algo interpretado como una manera de presionarle más a fondo.
Familia y amigos
El entorno familiar y los amigos de Valeriano Gómez tratan de disuadirle de que acepte la candidatura, ante un congreso, a celebrar en la primera semana de marzo, que está muy abierto y que, además, siempre depara sorpresas porque entre los socialistas de Madrid hay dos o tres familias y una capacidad de enfrentamiento histórico por personalismos, por territorio, por agrupaciones…
Sus amigos dicen que Gómez siempre ha sido disciplinado y por eso le han llamado para “marrones”, como ocurrió con la PSV. Ahora se encuentra cómodo como diputado y portavoz en la Comisión de Economía, y, incluso si ganara el congreso regional, la secretaria del PSM es un ‘potro de tortura’, en un partido que siempre ha estado enfrentado con Ferraz. Recuerdan que Lissavetzky, Simancas y Tomás Gómez, todos han sufrido lo indecible en ese puesto.
La familia y el entorno amistoso le presionan para que no acepte la candidatura, también porque históricamente el candidato de Ferraz pierde: la militancia se revuelve contra un candidato impuesto por el aparato central. Lo más clamoroso fueron las primarias perdidas por Trinidad Jiménez ante Tomás Gómez el año pasado para designar candidato a presidir la Comunidad de Madrid.
Gómez tuvo un año muy duro en Trabajo como “para meterse en el fregado de la PSM”; dicen en su entorno.
Sin candidato
Hasta ayer, el sector ‘rubalcabista’ seguía sin encontrar un candidato. Fuentes socialistas lo atribuyen a que, quien se presente, cosechará una derrota segura. Y por eso nadie quiere dar el paso adelante.
El motivo es que Tomás Gómez ha conseguido ya el 55% de los delegados al congreso regional, con lo que tiene asegurada la victoria. El secretario general se muestra muy crecido, hasta el punto de ‘pedir’ que sus rivales presenten su candidato.
