El Gobierno medirá el “sexilio”, la emigración forzada por la orientación sexual
Pretende conocer por primera vez las causas y el número de personas LGTBI que han abandonado sus hogares tras ser discriminados. Las zonas rurales, las más afectadas
- Uno de los pilares de la ‘ley trans’
- Irene Montero blindó el estudio del “sexilio” en la ley
- Fuera de plazo
- El “sexilio” acentúa la despoblación
El Gobierno quiere poner cara al “sexilio”. Este concepto, introducido en la ‘ley trans’ como uno de los principales fenómenos que justificaban la elaboración de la norma, se refiere a las personas LGTBIQ que se han visto forzadas a abandonar sus hogares a causa del rechazo, discriminación o violencia sufrida por su condición sexual. El Ejecutivo encargará un estudio para medir el alcance real de este fenómeno en España: causas, consecuencias y experiencias de los propios afectados.
Uno de los pilares de la ‘ley trans’
La ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI —más conocida como ‘ley trans’— del 28 de febrero del año pasado, recoge en el artículo 82 la “prohibición de ayudas a asociaciones que cometan, inciten o promocionen actos discriminatorios o de violencia contra las personas LGTBI”. En su disposición adicional tercera se refiere al “estudio del sexilio”.
Primero, lo defino: “Se entiende por sexilio el abandono de las personas LGTBI de su lugar de residencia por sufrir rechazo, discriminación o violencia, dándose especialmente en las zonas rurales”. Sin embargo, no hay datos de otros estudios que permitan aproximarse al número de personas que en España sufren esta lacra.
Irene Montero blindó el estudio del “sexilio” en la ley
Después, la ley obliga a arrojar luz en este sentido y cifrar el tamaño del problema para las personas LGTBIQ: “En el plazo de un año desde la aprobación de esta ley (...) se establecerán los mecanismos adecuados para recabar datos sobre la migración de las personas LGTBI dentro de España”, reza el texto. De modo que la dirección del anterior Ministerio de igualdad, dirigido entonces por Irene Montero, blindó este estudio, que no es resultado de una decisión de este Ejecutivo ni de la actual cúpula de Igualdad.
Precisamente, la ‘ley trans’ ha provocado discrepancias dentro del movimiento feminista. El punto clave de este choque reside en el corazón de la ley: la autodeterminación de género. La medida permite cambiar de sexo desde los 16 años sin requerir permiso alguno, ni parental, ni judicial, ni médico y tampoco precisa de un tratamiento hormonal previo. El feminismo se ha dividido desde que se hizo público el borrador de la ley entre quienes apoyan los derechos LGTBI como parte de la lucha por la igualdad de las mujeres, y quienes consideran esta novedad como un riesgo para los avances conseguidos por el feminismo en las últimas décadas.
La exministra Montero, de Podemos, siempre se posicionó cercana al colectivo LGTBI, considerando sus avances como parte del movimiento feminista. Pero La nueva ministra, Ana Redondo, del Partido Socialista, se acerca más a los postulados contrarios a la autodeterminación de género y a la ley trans. Pero, a pesar de ello, en el redactado de la ley se aseguró que las futuras Administraciones —en caso de no seguir en el cargo— tuvieran que seguir avanzando en favor de dicha norma.
Fuera de plazo
Para más inri, la el proceso para estudiar el “sexilio” en España incumple los tiempos marcados por la ley. La iniciativa se aprobó el 16 de febrero por el Congreso de los Diputados y entró en el Boletín Oficial del Estado el pasado 2 de marzo de 2023. Pero el anuncio de licitación que pone en marcha la tramitación para realizar el estudio sobre el “sexilio”, no se publicó en el Portal de Contratación hasta el pasado viernes —8 de marzo—, Día de la Mujer; seis días más tarde de lo dictado en la ley y, en consecuencia, fuera de plazo.
El “sexilio” acentúa la despoblación
El propio encargo sitúa las zonas rurales como las —probablemente— más afectadas por el “sexilio”. Aunque no apunta datos, sí hay decenas de reportajes periodísticos que reflejan la discriminación sufrida por decenas de jóvenes en sus pueblos natales. Una situación que les ha empujado a emigrar a las grandes ciudades. Una vez se haya realizado el trabajo, Igualdad considerará si este fenómeno supone, oficialmente, una causa más de la despoblación. “Teniendo en cuenta los datos que se obtengan, se contemplará, en su caso, el sexilio como causa de despoblación dentro de las medidas sobre políticas de despoblación del Gobierno de España”, afirma la disposición tercera del artículo 82 de la ‘ley trans’.
