Homenaje falangista en la tumba de José Antonio Primo de Rivera: decenas de rosas, fotos prohibidas y sin ‘Cara al sol’
Una representante del cementerio de San Isidro reprochó a los organizadores que lanzaran un discurso político sobre los “caídos por España”. Se desplegaron policías antidisturbios. Radicales de extrema izquierda se concentraron a 1 kilómetro
- Despliegue de policías antidisturbios
- “Caídos por España”
- Sin cantar el ‘Cara al sol’
- “¡Arriba España!”
- ‘Antifascistas’: “¡Primo de Rivera, a la cuneta!”
Cerca de doscientas personas han acudido este sábado 29 de abril al Cementerio Sacramental de San Isidro, en Madrid, para homenajear a José Antonio Primo de Rivera en la nueva sepultura en la que descansan sus restos mortales después de que fueran exhumados de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
La exhumación y el traslado desde el Valle de los Caídos al cementerio madrileño elegido por los familiares del fundador de Falange para reinhumar sus restos se produjo el pasado lunes 24 de abril, precisamente el aniversario del nacimiento de Primo de Rivera.
Decenas de falangistas se concentraron ese día ante las puertas del cementerio. Se llegó a producir un enfrentamiento con los policías nacionales antidisturbios, cuando un grupo trató de acercarse a la puerta detrás de una pancarta. Tres manifestantes fueron detenidos.
Los falangistas se mostraron indignados porque, según contaban, no se cumplió lo que les habían prometido: ni les dejaron portar el féretro a hombros hasta la nueva tumba, ni les permitieron acceder al cementerio para dejar flores en la tumba. El camposanto cerró a las tres de la tarde.
A lo largo de esta semana algunas personas fueron acercándose a dejar flores en la sepultura.
La Falange y Falange Española de las JONS convocaron a sus militantes y simpatizantes para este sábado, para ir en grupo, celebrar un responso y homenajear a su fundador.
Despliegue de policías antidisturbios
Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes presentes en el acto, decenas de policías nacionales antidisturbios de la Iª Unidad de Intervención Policial (Iª UIP, con base en Madrid) tomaron los accesos y alrededores del cementerio, situado junto a la Ermita de San Isidro, en honor al patrón de Madrid.
El acto falangista había sido convocado a las 12:00, y desde un rato antes, los policías no permitían el acceso, alegando que se iba a celebrar un acto.
Los falangistas se reunieron a unos metros, y recibieron la información de que la Policía y una representante del cementerio -gestionado por la Pontificia y Real Archicofradía Sacramental de San Pedro, San Andrés, San Isidro y de la Purísima Concepción de Madrid- ponían una serie de condiciones para permitirles entrar.
Tendrían que acceder en silencio, sin cánticos, no llevar banderas ni pancartas, y no se permitiría hacer fotos ni vídeos en el interior: como norma general, está prohibido tomar imágenes en el interior del cementerio, salvo casos autorizados.
Controlados por un cordón de antidisturbios, los asistentes al acto accedieron después de que los organizadores dieran orden tajante de respetar las condiciones acordadas.
Sobre todo, fueron especialmente celosos en detectar a cualquier asistente que sacara el teléfono, para ordenarle que lo guardara de inmediato.
“Caídos por España”
Una vez ante las tumba de los miembros de la familia Primo de Rivera, un sacerdote pronunció un responso por el alma de José Antonio Primo de Rivera. Los asistentes también rezaron un Padrenuestro y un Ave María por el fundador de Falange.
Después de las palabras del sacerdote, uno de los falangistas leyó la oración por los caídos, que escribió en 1934 el escritor falangista Rafael Sánchez Mazas.
Habló de José Antonio Primo de Rivera como “caído por España” y “víctima del odio”, y homenajeó a todos los falangistas que igualmente “cayeron por España”.
“Esto no es un responso”. La representante del cementerio que había negociado las condiciones para este acto levantó la voz e interrumpió la oración falangista, protestando porque, a su juicio, se estuviera incumpliendo el acuerdo.
Finalmente fue el sacerdote el que continuó leyendo la oración.
Sin cantar el ‘Cara al sol’
Después de este rifirrafe, y una vez terminados los discursos, Andrino y Norberto Pico (jefe nacional de Falange Española de las JONS) colocaron varias grandes coronas de laurel junto a la tumba.
A continuación, fueron pasando los asistentes. Muchos de ellos vestían la camisa azul mahón del uniforme de Falange, o alguna prenda con el yugo y las flechas bordadas.
Para respetar las consignas dadas, no cantaron el ‘Cara al sol’ ni lanzaron los gritos de “¡José Antonio Primo de Rivera, presente!”.
Muchos de ellos dejaron sobre la tumba ramos con cinco rosas rojas, en recuerdo a un verso del ‘Cara al sol’, y se despedían tocando la tumba y levantando el brazo derecho, haciendo el saludo fascista.
Conforme depositaban las flores, los falangistas se encaminaron a la salida. En todo momento, dos grupos de unos ocho policías antidisturbios vigilaron el acto junto a la tumba.
Pese a la prohibición tajante de no hacer fotos, ECD ha tenido acceso a algunas imágenes que tomaron asistentes al acto. Una vez terminado el homenaje, y cuando se vació ese lugar del cementerio, algunas personas se acercaron a ver cómo había quedado la tumba en la que ahora reposan los restos de José Antonio Primo de Rivera.
Los ramos de flores con cintas rojigualdas o rojinegras (colores falangistas) fueron colocados sobre la lápida, cubriéndola con un montón bastante grueso.
A los lados quedaron otros ramos, así como las coronas con cintas de La Falange, Falange Española de las JONS, Hermandad de la Vieja Guardia y la Hermandad de Defensores de Oviedo.
“¡Arriba España!”
Una vez fuera del cementerio, los falangistas volvieron a agruparse y en un punto del Parque de San Isidro sí cantaron el ‘Cara al sol’ y gritaron sus lemas: “¡Arriba España!”, “¡José Antonio Primo de Rivera, presente!”.
Los policías antidisturbios trataron de controlar la marcha de los asistentes hasta que terminara el acto.
‘Antifascistas’: “¡Primo de Rivera, a la cuneta!”
Resulta que a 1 kilómetro de la entrada del cementerio de San Isidro, y de donde estaban concentrados los falangistas, se había reunido un grupo de simpatizantes de extrema izquierda para protestar contra el homenaje a José Antonio Primo de Rivera.
Se ubicaron en la Glorieta del Marqués de Vadillo. Allí, cerca de una treintena de personas coreaban gritos de “¡Fuera fascistas de nuestros barrios!” y “¡Aquí están los antifascistas!”.
Además, dirigieron cánticos contra el fundador de Falange: “¡Primo de Rivera, a la cuneta!” y “¡Falangistas, ni vivos ni muertos!”.
A lo largo del Paseo del Quince de Mayo que separaba a ambos grupos antagónicos se habían desplegado policías antidisturbios y varios furgones.
