Los partidos políticos se aprietan el cinturón: habrá menos dinero para gastar en la campaña electoral

La inflación y el aumento de los precios ha llegado a todas las casas. También a los partidos políticos y a las campañas electorales. Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes especializadas en Comunicación y organización de eventos, los partidos han dado orden de gastar menos dinero en la campaña electoral del 28 de mayo.

Profesionales que ofrecen servicios para ayudar a mejorar la Comunicación de empresas, instituciones y partidos políticos confirman a ECD esta tendencia. Con ocasión de las elecciones autonómicas, en las últimas semanas se han puesto en contacto con formaciones políticas locales para ofrecer un trabajo que desplieguen habitualmente: la contratación de sus servicios para la cita electoral inminente.

La respuesta que están recibiendo de los representantes políticos de varias ciudades y regiones es la misma: este año no hay presupuesto para gastar en empresas externas. El motivo: debido al aumento del coste de la vida han preferido recortar costes en este apartado.

En Castilla y León, comunidad donde solo hay elecciones locales tras el adelanto electoral de hace dos años, el arraigo del Partido Popular es una de las claves de cada ciudad y barrio. Sin embargo, fuentes cercanas a la dirección del PP en esta autonomía han asegurado que “las sedes locales no tienen presupuesto dedicado a estas partidas”.

Se han presentado ofertas para la gestión de temas relacionados con Comunicación y la gestión de los actos electorales en municipios y pueblos. Pero partidos como el PSOE de Cantabria, Unidas Podemos en Madrid y otras formaciones como la CUP han preferido recurrir a sus afiliados para ahorrarse ese dinero.

Fuentes de Izquierda Unida en Asturias confirman que tienen las manos atadas. Según señalaron en un mensaje al que ha tenido acceso Confidencial Digital, la “capacidad para las contrataciones externas de cualquier tipo de servicio es muy limitada” en estos momentos.

La razón es que quieren “reducir al máximo todo tipo de costes y hacer de forma directa” todo aquello que se pueda “con el personal propio”. Ante la insistencia en una situación parecida con Vox en la Comunidad Valenciana, la respuesta fue idéntica: cerrarse en banda y decir que no estaban interesados.