Yolanda Díaz ha viajado a Bruselas porque Puigdemont no se fía de Bolaños
La dirección de Junts asegura que el ministro de la Presidencia les ha amenazado ya en varias ocasiones con la repetición electoral
El PSOE se desvinculó de la reunión de Yolanda Díaz con Carles Puigdemont, pero tampoco la ha criticado. El motivo es que, pese a que se insistió en que la vicepresidenta no viajaba a Bruselas en nombre del Gobierno, sí buscaba construir la relación entre el negociador socialista Félix Bolaños y el expresident, que no acaba de ser fluida.
Díaz, directamente y a través de Jaume Asens, ha mantenido contacto fluido con Puigdemont durante todo el mes de agosto y la vicepresidenta, de hecho, fue la primera en pedir el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara baja, una de las medidas contempladas dentro del acuerdo para la Mesa del Congreso.
Díaz informó de su encuentro solo unas horas antes a La Moncloa, que se dio por enterada, pero aseguró que no había pactado el encuentro ni el contenido, por lo que no asumía como propio lo que se pudo acordar.
El PSOE insiste en que mantiene sus canales con Junts de manera discreta, al contrario de lo que ha hecho la líder de Sumar en Bruselas. Desde el espacio que lidera la vicepresidenta segunda subrayan que todas sus reuniones con los grupos para la investidura se hacen en nombre de Sumar, y no del Gobierno, y siempre de forma pública.
Puigdemont no se fía de Bolaños
Sin embargo, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de las conversaciones, Yolanda Díaz viajó a Bruselas porque Puigdemont no se fía de Félix Bolaños. La dirección de Junts asegura que el ministro de la Presidencia les ha amenazado ya en varias ocasiones con la repetición electoral.
El expresident no ha ocultado que su objetivo pasa por dejar sin efecto las causas derivadas del procès, lo que puede conllevar una amnistía. Fuentes de la formación independentista explican que los representantes de Junts se encuentran sorprendidos con la posición del PSOE que, por boca de Bolaños, deslizó que no les vendría mal unas nuevas elecciones.
En la dirección de Sumar consideran, además, que hace falta hacer pedagogía y entender que, si la intención es reestablecer relaciones, tiene que haber alguien al otro lado; aunque la visita, remarcan, no fue en ningún caso una exigencia de Junts.
