Sumar negocia con todos sus aliados para frenar traiciones de Podemos en el Congreso
El equipo de Yolanda Díaz pretende que un reglamento disciplinario consensuado con todos los partidos que integran la coalición, incluido el de Ione Belarra, evite que se desmarquen en algunas votaciones
- Buscar el respaldo de todos los partidos de la coalición
- Amenaza de ir por libre
- Dejar solo a Podemos
- Carmen Calvo, multada por el PSOE
Sumar no acordó la unidad en el voto con los quince partidos que la conforman. En el pasado junio, tras el adelanto electoral anunciado por el presidente Pedro Sánchez, la formación liderada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, cerró alianzas para unir a todas las fuerzas políticas a la izquierda del Partido Socialista, pero no estableció un código disciplinario para los diputados que resultaran electos. Ahora, la dirección del partido ha incluido a todas las formaciones de la coalición en la elaboración del reglamento interno que impondrá sanciones económicas a los parlamentarios que voten distinto al resto del grupo.
Este protocolo suele ser habitual en los partidos políticos. Tanto el PSOE como el Partido Popular imponen multas a sus representantes si se saltan la "disciplina de voto": es decir, la orden de la dirección para apoyar, abstenerse o rechazar una iniciativa legislativa que se someta al sufragio de la Cámara.
Buscar el respaldo de todos los partidos de la coalición
Sumar está negociando con todos los partidos y plataformas que se engloban dentro de la coalición para acordar el reglamento del grupo parlamentario que incluirá un régimen sancionador. Unas conversaciones en las que también se encuentra inmerso Podemos, que obtuvo cinco escaños en las elecciones generales del pasado 23 de julio.
En el partido de Díaz no amarraron la disciplina de voto en junio, cuando se cerraron las alianzas para presentarse bajo la marca Sumar, y ahora surge la posibilidad de que algunos diputados se desmarquen del resto y voten distinto. Un riesgo que amenaza la mayoría de Gobierno actual, en la que cada escaño es fundamental para poder sacar adelante tanto los proyectos de ley de Ejecutivo como las proposiciones legislativas que pretenda apoyar la mayoría de la investidura.
Amenaza de ir por libre
En los días posteriores a que Sánchez fuera reelegido por el Congreso de los Diputados como nuevo presidente del Gobierno, Díaz barajó el nombramiento de algún miembro de Podemos como próximo ministro dentro de la cuota de cinco ministerios que ocuparían miembros de Sumar. Una exigencia que la formación liderada por Ione Belarra ha reiterado desde hace semanas e incluso durante el debate de investidura.
La dirección de Sumar cedió para frenar el ruido interno y propuso que Nacho Álvarez, uno de los referentes del partido morado desde su fundación en 2014, ocupara una cartera en el nuevo Gobierno. Sin embargo, Podemos lo rechazó y se quedó sin representante en el Ejecutivo. A partir de entonces, distintos dirigentes han anunciado públicamente que tendría autonomía en las votaciones y que Sánchez debía ganarse sus votos, al igual que con el resto de partidos.
Una proclama respaldada por Pablo Iglesias, fundador de la formación, que afirmó en redes sociales: "Podemos va a contar con completa autonomía política y parlamenta para recorrer un camino que definirá el futuro de la izquierda plurinacional".
Dejar solo a Podemos
La intención de Podemos de desmarcarse del resto del grupo parlamentario que conforma Sumar, levantó las alarmas en la dirección de la coalición. La respuesta ha sido la elaboración de este reglamento que busca atar los votos morados en todas las votaciones parlamentarias e impondrá sanciones económicas a sus parlamentarios si no lo cumplen.
Pero Sumar quiere que el reglamento esté pactado con todas las fuerzas que lo conforman. Un código disciplinario pactado con las formaciones englobadas en Sumar que refuerce el texto y deje solo a Podemos en caso de que mantengan su órdago de ir por libre. Habitualmente, son las cúpulas de los partidos quienes elaboran este tipo de regímenes con la posterior aprobación en asambleas. Pero Díaz ha optado por que sea un escrito en el que sean los propios partidos quienes forman parte de su elaboración para amarrar el apoyo a reglamento.
Carmen Calvo, multada por el PSOE
La exvicepresidenta Carmen Calvo ya incumplió la disciplina de voto en la pasada legislatura: se abstuvo en los dos plenos que debatían la aprobación de la 'ley trans'. Una norma impulsada por el Ministerio de Igualdad capitaneado por Irene Montero y que causó división dentro del movimiento feminista.
El PSOE multó a la diputada dos veces, una por cada vez que incumplió el voto ordenado por el grupo parlamentario. Pero ningún partido puede prohibir que sus diputados voten lo que les parezca, puesto que la legislación vigente reconoce la independencia de cada parlamentario y no obliga a que voten lo mismo que su partido.
