Así trabajan los vigilantes que revisan las cartas en Correos: 20 minutos de trabajo, 10 de descanso

Está establecido por contrato para que no pierdan la concentración

Correos.
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La Policía Nacional, la Guardia Civil y Correos investigan el envío de las cartas con balas al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, y a Pablo Iglesias, para tratar de dar con el autor de estas amenazas.

Además, también se están analizando los protocolos internos de Correos, para sabe qué pudo fallar para que tres sobres con balas de fusil no fueran detectados por los servicios de seguridad de la empresa pública de correspondencia y paquetería.

Correos ha abierto un expediente a la empresa a la que adjudicó el servicio de vigilancia de paquetería en el Centro de Tratamiento Automatizado de Madrid, ubicado en el distrito madrileño de Villa de Vallecas.

También ha exigido a esa empresa que retire de forma inmediata del servicio al vigilante de seguridad que, según las cámaras de seguridad, no detectó en el escáner la cartas con munición en su interior.

Esa depuración de un trabajador ha provocado la reacción airada de algunos sindicatos, y ha abierto un debate sobre si el escáner pudo fallar, y no detectó ni dio aviso de las balas, o si todo se debió al error humano de este vigilante.

Contratos de inspección de correspondencia

Confidencial Digital ha consultado la documentación de varias licitaciones públicas relacionadas con los servicios de inspección de la correspondencia en centros de Correos.

En octubre de 2020, la Subdirección de Compras de la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos S.A. formalizó el contrato de adjudicación de varios lotes de la licitación para contratar “los servicios de seguridad, vigilancia e inspección de correspondencia 2020-2024 en centros de trabajo de la S.E. Correos, y Telegrafos S.A., S.M.E y de Correos Express S.A., S.M.E.”.

El contrato abarcaba la vigilancia e inspección de las cartas y paquetes en instalaciones de Correos en varias zonas en las que se divide el despliegue territorial de la empresa: Zona 1 (A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra, Asturias, León, Zamora, Salamanca, Ávila, Segovia, Valladolid, Palencia y Burgos), Zona 2 (Cantabria, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, La Rioja, Navarra, Soria, Zaragoza, Huesca y Teruel), Zona 4 (Guadalajara, Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Albacete, Cáceres y Badajoz), Zona 5 (Castellón, Valencia, Alicante y Murcia), Baleares, Canarias y edificios de Correso Express en Madrid y Barcelona.

En el pliego de prescripciones técnicas, Correos estableció una serie de requisitos que debían cumplir los trabajadores que la empresa contratada debía poner a realizar las tareas de vigilancia.

 

Debían ser, en todo caso, vigilantes de seguridad privada, contar con esa cualificación profesional. Esos vigilantes deberían “estar capacitados para afrontar situaciones de incendio, así como tener formación básica en operaciones de evacuación y manejo de los sistemas de seguridad frente a incendio, robo y detección de Mercancías Peligrosas”.

Llama la atención, en relación al incidente con las cartas con balas enviadas a ministerios y edificios oficiales, un punto sobre la formación que deben tener los vigilantes y cómo deben trabajar.

Se indica que “todo el personal, sin excepción, que preste servicio en un Centro de trabajo donde se lleven a cabo labores de inspección de la correspondencia, y muy especialmente en aquellos Centros habilitados como Agentes Acreditados, deberá estar debidamente autorizado, y capacitado, para prestar dicho servicio”.

A continuación se añade que ese personal “no podrá prestar más de 20 minutos continuados en dicho servicio”.

También se determina que los vigilantes, como mucho a los 20 minutos, deben tener “descansos no inferiores a 10 minutos dedicados a otras labores de vigilancia (no de inspección) en el propio Centro”.

Se puede entender que el objetivo de marcar estos límites es garantizar que un vigilante no pierda la concentración, y tras estar mucho rato revisando una carta y un paquete tras otro, mire a las pantallas del escáner sin darse cuenta de algo extraño que requiera un análisis más profundo: por ejemplo, que se muestre un proyectil, una bala, munición en definitiva, y pese a ello la carta no sea interceptada y siga hacia su destino.

Otra exigencia concreta, relacionada con este tipo de amenazas, es que los vigilantes de seguridad que la empresa en cuestión ponga a revisar la correspondencia de Correos tenga “la instrucción y la capacitación técnica necesaria para la correcta manipulación de los equipos de inspección de la correspondencia y, en su caso, los detectores de trazas de explosivos y sustancias estupefacientes”.

También deben haber realizado los cursos pertinentes en estas materias, de forma que dispongan de los certificados que les acrediten como especialistas.

Sustitución por incumplimientos

En el mismo pliego de prescripciones técnicas se contempla también la “sustitución del personal”.

Se indica que Correos, a través del Jefe del Área de Seguridad, “trasladará a la empresa los posibles incumplimientos que se hayan producido por una incorrecta prestación del servicio del personal de vigilancia asignado”.

De producirse un incumplimiento, Correos solicitará la aplicación de las medidas correctoras que procedan, indicando en cada caso la causa que motiva la misma.

Hay que señalar que todos estos requisitos se incluyen también en el pliego de prescripciones técnicas de otra licitación que tiene actualmente en marcha la Subdirección de Compras de Correos.

En este caso tiene por objeto la “contratación de los servicios de seguridad vigilancia e inspección de la correspondencia durante el periodo 2021-2024 que permitan la protección de personas y bienes que se encuentren en diferentes locales y dependencias de la S.E. Correos y Telégrafos S.A. S.M.E y Nexea Gestión Documental, S.A, S. M.E”.

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